El mismo día que el abusador ministro Villena era reemplazado, una manifestación de trabajadoras del hogar reclamaba ante el Ministerio de Trabajo por sus derechos, algunos tan elementales como una jornada que no exceda las 8 horas.
Se ha hablado mucho sobre la inaceptable agresión de Villena a una mujer y de cómo eso desnuda unas relaciones de poder discriminatorias y abusivas. Poco se ha resaltado que lo dicho y hecho por Villena es sufrido cotidianamente por millones de peruanos en oficinas, minas y fábricas que se encuentran a merced de sus empleadores.