En la mañana de ayer, Martha Chávez, congresista fujimorista, fue ratificada como coordinadora del “Grupo de Trabajo de Evaluación de la Política de Derechos Humanos”. La ratificación, producto de una jugada legal que se ampara en un reglamento inexacto, no hace sino poner en evidencia un tema de fondo: la ofensiva fujimorista. Está, caracterizada por leguleyadas, mentiras a todo pulmón, estrategias de show mediático, etc. se ha visto con mayor dinamismo durante las últimas semanas.

Alberto Fujimori y la “presión”

Luego de un giro en su estrategia legal, que se inició con el cambio de su abogado, Alberto Fujimori llegó al juicio que se le sigue por el caso de los diarios chicha acompañado, además de su defensa, de su inseparable tensiómetro. La historia es conocida, medirse la presión y presentarse como una víctima de un régimen carcelario, a todas luces dorado, constituía esta nueva estrategia. ¿La intención? apelar a la compasión ciudadana.

Sin embargo, la farsa sería desmentida rápidamente por el mismísimo reo Fujimori quien no sólo hizo un escándalo sonoro faltando el respeto a las autoridades de la clínica Centenario sin que se le subiera la presión, sino que algunos días después, aprovechó la plataforma radial de la siempre condescendiente “RPP” para brindar una entrevista, con el amén de los periodistas de dicha radio, que evidenciaba a un Alberto Fujimori bastante saludable. En esa ocasión aprovechó además para confirmar que se siente “inocente” en los hechos por los cuales se encuentra en prisión.

Alfiles naranjas

Martha Chávez ha sido el alfil fujimorista de los últimos días, buscando posicionarse de manera vergonzosa, como comentamos anteriormente en Otra Mirada, como defensora de aquellos derechos humanos contra los cuales se manifiesta cotidianamente. Otros congresistas fujimoristas como Gagó, Rosas, Spadaro y Kenji Fujimori han aparecido también en la escena protagonizando desde “pecheos” amenazadores contra agentes del INPE, declaraciones mentirosas (como afirmar que Fujimori tiene “derecho” de llamar a RPP) hasta la defensa cerrada de la elección de Chávez.

No obstante, y más importante, es que estos alfiles no operan solos.

Alfiles con estrella

Mauricio Mulder fue el “gran presente” en la sesión que ayer ratificó a Martha Chávez. Pese a abstenerse en el voto, fue su presencia la que dio el quórum que dicha reunión necesitaba y, por tanto, avaló esta situación. Mulder fue, en esta ocasión, la representación de lo que algunos llaman “escopeta de dos cañones”; sin embargo, este apoyo al fujimorismo vino de más arriba.

Durante el fin de semana, Alan García, ex presidente investigado por una serie de escándalos de corrupción habidos durante su gobierno, señaló vía internet que se encontraba en contra de la sanción que autoridades penitenciarias impondrían a Alberto Fujimori por la llamada que realizó a RPP. Este coqueteo con el fujimorismo, sin embargo, no es nuevo y evidencia lo que ya sabíamos pero, tal vez, íbamos olvidando: la alianza aprofujimorista no es cosa del pasado.

La ofensiva recién se inicia. Con la fuerza política del fujimorismo en el Congreso de la República y el aprismo dispuesto a apoyarlos, la cosa se ve difícil para quienes nos proponemos hacer memoria y condenar la corrupción. A ello hay que añadir también un aliado tácito del aprismo: el grupo El Comercio, que en estos días también ha prestado su plataforma. No son aliados pequeños y, por lo mismo, el peligro es latente.

Lo bueno, por suerte, es que la ciudadanía no es tonta y podrá advertir el show de un reo que busca hacerse la víctima mintiendo, la intención de otro ex presidente que busca limpiarse de las acusaciones sobre su segundo gobierno y la estrategia del grupo mediático más fuerte del país que, a fin de cuentas, busca apoyar a su candidato hacia el 2016. Un candidato con estrella, sin duda.