A inicios de mayo de este año, luego de quince meses de negociaciones, se completó la fusión de dos empresas transnacionales que operan en el Perú: Glencore y Xstrata.
Ambas, con proyectos mineros en varios países, constituyen con esta fusión la cuarta minera más grande del mundo. Esta fusión, sin embargo, contó con un condicionamiento que resulta además de importante, alarmante en cierta medida para los peruanos.