Que se vayan todos
Francisco Pérez García
En un trabajo, un error se sanciona con una amonestación, dos errores, posiblemente con una suspensión. Si la falla ya es muy severa puede ser pasible de un despido.
En el Congreso, la agencia de empleos más moderna del país (tres mil trabajadores cobran mensualmente sus salarios y en los últimos 19 años su planilla se ha visto incrementada en 169%) existe un grupo de trabajadores que laboran para todos los peruanos, pero hacen lo que quieren, cuando quieren, como desean y sin ningún filtro en sus erróneas decisiones y menos en sus fallidas actitudes.
De los 130 que ocupan una curul, hay una mayoría aplastante, respaldada por "bancadas satélites" que han hecho del Congreso su trinchera de defensa sobre la base de la impunidad, el desprecio a los electores y de la altanería su marca registrada.
No les bastó con blindar a los "hermanitos" permitiendo que el líder de todos se fugara a España. Tampoco les bastó con proteger hasta el final al exfiscal de la Nación, Pedro Chávarry. Mucho menos les interesó salvar a sus colegas que pasaban por Ética o por la subcomisión de Acusaciones Constitucionales.
Tampoco se les levantó una ceja cuando protegieron a Keiko Fujimori y al finado Alan García en la comisión Lava Jato, o cuando el aliado de mil batallas, Luis Castañeda, pasó sin ser señalado por las comisiones que lo investigaban.
Tampoco les bastó sacarle la vuelta a la gente cuando aprobaron las propuestas del referéndum a su gusto y medida, con el único objetivo de proteger su curul. De igual forma como lo han hecho con una reforma política incompleta, manipulada y encima perjudicando a un grupo importante de peruanos, dejándolos -por ejemplo- sin su derecho al voto por vivir en el extranjero.
Sus declaraciones mediáticas confrontando al Ejecutivo, desprestigiando el pedido de la gente, calificando de "capricho" el deseo de muchos por hacer que se vayan de una vez, provocan, crispan los ánimos, confrontan y respaldados por sus "sicarios" virtuales, por su "resistencia" salen al frente y atacan todo lo que no comulga con ellos. Intentan investigar todo lo que les es incómodo, se quieren tumbar lo avanzado en otros temas (la investigación a Sunedu y el licenciamiento que no responde a sus universidades amigas, por ejemplo) se creen intocables, se amparan en su inmunidad y saben que pueden hacer lo que quieren, pues... TIENEN LOS VOTOS.
Por eso, se han dado el lujo de hacer renunciar a un presidente, por eso quieren torcerle el brazo a otro que no se atreve tampoco a tomar medidas más drásticas, por un temor al "qué dirán", por el miedo a quedar en ese ránking nada propicio de los "dictadores" que -ironías políticas- hoy los fujimoristas se apuran en sacar a la luz cada vez que se habla de cerrar el congreso.
La gente está cansada, la propuesta de la reforma constitucional para el adelanto de elecciones solo podrá ser aprobada con la suficiente presión popular, pero ellos alargan el debate, consultan afuera y a sus amigos, dilatan la discusión y buscan hacer tiempo.
Hoy jueves 5 de septiembre la gente tiene un compromiso, los que están cansados de este congreso que ya no nos representa deben salir a la calle y recordarle a estos señores que estamos cansados de su altanería y de su desprecio a quienes los pusieron ahí, a quienes ya no soportan el uso de un espacio público para sus vendetas personales. Es tiempo de decirles "Que se Vayan Todos", porque ya no los queremos más. Se aprovecharon del cargo y solo han trabajado para lo que siempre hemos advertido: Protegerse con impunidad y tumbarse la lucha anticorrupción. Esa es su única agenda.
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