Nicolás Lynch
La salida no está en el Congreso, ni en las envalentonadas huestes fujiapristas ni en las alicaídas bancadas que apoya a Vizcarra. La salida está fuera del espacio congresal, en la calle y en la opinión pública que de manera abrumadora en los últimos tiempos expresan su deseo de que el “elenco estable” de la política peruana se vaya a su casa.