Premios nobel de economía 2024, ponen la desigualdad en el centro del debate público
Alejandro Narváez Liceras
El último informe de Oxfam Internacional de setiembre de 2024, titulado "Multilateralismo en una era de oligarquía global”, revela que el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 95% de la humanidad, lo que pone de manifiesto una preocupante concentración de poder y riqueza. El informe subraya cómo las grandes corporaciones y las élites económicas están influyendo de manera desproporcionada en las políticas globales, exacerbando la crisis climática y frenando las reformas necesarias para abordar las desigualdades y la pobreza.
Este informe advierte sobre el poder creciente de los megaricos y sus efectos negativos sobre la gobernanza global y la justicia económica, particularmente en el sur global, donde el 79% de la población posee solo el 31% de la riqueza mundial. Oxfam también hace un llamado a una reforma fiscal global y la implementación de políticas que promuevan una distribución más equitativa de la riqueza, proponiendo, entre otras cosas, la cancelación de deudas soberanas y un marco fiscal más justo.
Causas y consecuencias
Como sostiene Thomas Piketty en su libro “El capital en el siglo XXI" (2013), una de las principales causas de la desigualdad es la alta concentración del capital cuyas tasas de retorno superan largamente el crecimiento de la economía real. Esto permite a quienes poseen grandes cantidades de capital aumentar su riqueza más rápidamente que aquellos que dependen de ingresos laborales, profundizando la brecha entre ricos y pobres. La desigualdad educativa es otro factor clave en la perpetuación de la desigualdad económica. También se achaca a la falta de políticas fiscales progresivas y la evasión de impuestos por parte de las grandes fortunas que han impedido una redistribución justa de la riqueza. Muchos países han reducido impuestos a las corporaciones y las élites, lo que ha exacerbado la concentración de riqueza.
Este escenario de desigualdad creciente puede llevar (ya se viene dando en varios países) a la inestabilidad social y ha exacerbado la polarización política. Por otro lado, la concentración de la riqueza en pocas manos puede reducir la demanda agregada, ya que los ricos tienden a consumir menos proporcionalmente a su ingreso, lo que disminuye la actividad económica y el empleo. La excesiva concentración de riqueza crea un ciclo en el que las élites económicas tienen un acceso privilegiado a oportunidades educativas, sanitarias y laborales, perpetuando la desigualdad intergeneracional y limitando la movilidad social. Y, finalmente, la influencia de las élites económicas en las políticas públicas puede sesgar las decisiones gubernamentales a favor de los más ricos, debilitando las instituciones democráticas y marginando a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Premios Nobel y la desigualdad
Precisamente, los economistas Daron Acemoglu (1967), Simon Johnson (1963) y James Robinson (1960) han sido galardonados con el Premio Nobel de Economía 2024 por sus valiosas contribuciones al entendimiento de las causas estructurales de la desigualdad global y su relación con el desarrollo económico y político de las naciones. Los dos primeros son profesores en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), y Robinson en la Universidad de Chicago. A lo largo de sus carreras, estos economistas han trabajado en colaboración para investigar cómo las instituciones políticas y económicas afectan el crecimiento económico y la equidad en las sociedades.
El profesor Acemoglu, es muy conocido por su estudio en las relaciones entre Instituciones Inclusivas vs. Extractivas. Sostiene que las instituciones inclusivas, que promueven la participación equitativa en la economía, son esenciales para el crecimiento y la reducción de la desigualdad. En contraste, las instituciones extractivas concentran el poder y la riqueza en una élite, perpetuando la pobreza y la desigualdad. Añade el Nobel, la desigualdad no solo es un síntoma, sino también una causa de los bajos niveles de desarrollo económico en países con instituciones débiles. Una de sus obras más conocidas es: "Por qué fracasan las naciones: los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza" (2012).
Entre tanto, Johnson, ha centrado gran parte de su trabajo en la historia económica y el impacto de las instituciones políticas en el desarrollo económico. Sus investigaciones revelan cómo las crisis financieras y las políticas económicas han exacerbado las desigualdades a nivel global. Ha estudiado cómo las instituciones financieras internacionales pueden profundizar la desigualdad si no se regulan adecuadamente, enfocándose en la relación entre crisis financieras y la concentración de riqueza. Uno de sus libros más leídos es: "13 Bankers: The Wall Street Takeover and the Next Financial Meltdown" (2010). En este libro analiza cómo cómo la desregulación financiera en Estados Unidos, ha contribuido a un aumento de la desigualdad al permitir la concentración de poder financiero en pocas manos.
Por último, al igual que Acemoglu, Robinson ha investigado el papel central que juegan las instituciones en la perpetuación o reducción de la desigualdad. Sus investigaciones se han centrado en cómo las élites políticas configuran las instituciones para mantener el statu quo, impidiendo una redistribución justa de los recursos. Ha aplicado enfoques comparativos para estudiar cómo las trayectorias históricas y coloniales de las naciones han afectado la desigualdad moderna. Su obra más leída: "Por qué fracasan las naciones: los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza" (2012), con Acemoglu. Este libro investiga por qué algunos países son ricos y otros pobres, señalando las instituciones como el factor determinante.
Apunte final
Las contribuciones de Acemoglu, Johnson y Robinson han sido fundamentales para entender las dinámicas estructurales detrás de la desigualdad global. Sus investigaciones, principalmente enfocadas en el papel de las instituciones económicas y políticas, ofrecen una visión clara de cómo la distribución desigual del poder y de los recursos a moldeado las trayectorias económicas de las naciones. A través de sus publicaciones más influyentes, estos economistas han abierto el debate público sobre la desigualdad y, la necesidad de reformar las instituciones para construir sociedades más inclusivas y equitativas (151024)
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(*) Este articulo también puede leerse en: www.alejandronarvaez.com