Fuga o vacancia. Ajuste de cuentas o Adelanto de Elecciones
Rudecindo Vega Carreazo
Sosiego, sí, sosiego inquietante es el signo de estos días: un estreno del nuevo periodo congresal plagado de desvergüenza y prepotencia, un “reestreno” presidencial repleto de menosprecio y desprecio a la opinión ciudadana y, un repliegue solapado y golpeado de la protesta ciudadana. El congreso sabe que manda y gobierna, la presidente "celebra su empoderamiento" y la ciudadanía más calma repiensa como concretar mejor su rechazo al congreso y la presidente. Ese inquietante sosiego es el peor escenario nacional, es el triunfo momentáneo del “se quedan todos”, presidente y congreso, y de su explícito acuerdo de negarse al adelanto de elecciones.
El congreso inicia su tercer año con nueva mesa directiva y acciones de escándalo, en otros tiempos impensables, inimaginables: el pacto de supuestos partidos (organizaciones criminales en términos fiscales) de derecha e izquierda, traicionando ambos a sus semejantes, para conformar la mesa directiva; la increíble elección de un "recorrido prontuariado" como presidente del congreso como muestra del fango en que se encuentra este “poder del estado”; la repartija, sin criterio ni seriedad, de las comisiones congresales; un renovado proyecto de ley de “los niños”, bandada de pájaros fruteros de AP, para regular su impunidad parlamentaria camuflada de inmunidad y; la autorización inconstitucional del viaje al exterior de la presidente sin encargar el despacho gubernamental. Difícil esperar algo bueno de este congreso, su vocación delictiva y autoritaria va rumbo a destruir nuestra democracia.
Para algunos, la nueva mesa directiva expresa un pacto oculto del fujicerronismo, deshacerse del “tonto útil”, su presidente; escogieron un prontuariado para renunciarlo o censurarlo y lograr que el primer vicepresidente del fujimorismo (FP) asuma la presidencia del congreso y el segundo vicepresidente del cerronismo (PL) asuma la primera y, asentados en sus cargos, vacar a Dina Boluarte para que el fujimorismo asuma la presidencia de la república en transición y el cerronismo asuma la presidencia del congreso. Un desenlace de este tipo, posible y probable, tiene 2 interrogantes y un “escollo” por salvar: ¿El fujicerronismo será una alianza más allá de la voluntad de sus líderes por salvarse de sus procesos judiciales destinados a inhabilitarlos?; ¿Querrá Keiko asumir la carga de un gobierno de “transición” sin ser ella la presidente y prácticamente arruinar su nueva candidatura al tener a su partido gobernando con un “invitado”?; ¿Podrá el “fujicerronismo” salvar la posibilidad que renunciado o destituido el presidente congresal, este elija uno nuevo solo para ese cargo o decida renovar toda la mesa directiva? Nada está dicho, todo giraría, alrededor de la vacancia presidencial y la sombría guerra por reemplazar a la presidente.
Otro escenario, es que el fujimorismo decida mantener, con Dina o un presidente de transición, el control del congreso para concretar una reforma política electoral a su antojo y, desde ese congreso, acelerar la captura de los restantes organismos del sistema de justicia (JNJ, Poder Judicial) además del TC, MP y DP y, de los organismos del sistema electoral JNE, ONPE Y RENIEC. Capturadas dichas instituciones y con reglas políticas electorales a su antojo, el fujimorismo y sus aliados podrían asegurar el triunfo de su rechazada lideresa sin importar denuncias de fraude; quien, con una institucionalidad capturada y democracia destruida querría emular al gobierno de su padre. Este sombrío escenario, gira nuevamente, sobre la vacancia de Dina, sostenerla a costa de su inutilidad o danto soporte a un frágil gobierno de transición.
La vacancia presidencial otra vez, está en agenda, esperando programación y puesta a la orden del día, la solidez de Dina Boluarte depende de pactos o algún ajuste de cuentas entre las organizaciones criminales que están en el congreso, tiene la seguridad de una dinamita y la solidez de una geladina, depende de que los verdaderos capos, no la bajen el dedo. Ahora es funcional y útil, mientras su ineptitud e incapacidad gubernamental no se convierta en demasiada carga que amenace los intereses que este congreso representa; o las denuncias de corrupción, que aparecen con mayor cantidad y nitidez, sean tan pestilentes, que hasta este congreso evite hacerse de la vista gorda y decida poner otro presiente más útil y funcional.
Esa posibilidad de vacancia, activa otra figura lacerante en la historia del Perú, la fuga presidencial y su renuncia desde el exterior, como ocurrió con Fujimori en noviembre del 2000 y con Prado, en diciembre de 1879, durante la guerra con Chile; en ambos casos, con sus propias particularidades, su fuga devino en renuncia, estas fueron rechazadas y transformadas en destitución y vacancia presidencial. Hoy, la fuga de Dina, es claro y posible escenario, tiene una ley inconstitucional propuesta por su gobierno y aprobada por el congreso que le permite salir del territorio nacional sin encargar su despacho y, tiene su reciente pedido de autorización de viaje a Brasil aprobado por el congreso. No fugara ahora, más adelante es probable; como lo hemos escrito, su fuga le permitiría asilarse y burlar la justicia, por un buen tiempo, por los asesinatos ocurridos en el marco de las protestas sociales. No es ajeno suponer que la ley de “despacho presidencial remoto” aprobada abrupta y rápidamente en consejo de ministros y el congreso, sea parte de esos pactos sucios y oscuros entre gobierno y congreso, y sin proponérselo facilitarían una salida a la crisis nacional.
Fuga, vacancia, ajuste de cuentas están en el centro de nuestra crisis, cualquiera de ellas, felizmente, aceleran que se vayan todos, lamentablemente, sin nuevas reglas políticas electorales, es “un que se vayan todos para que vuelvan los mismos”. Por ello, es clave y destacable que la protesta ciudadana exija nuevas reglas políticas electorales, una agenda más amplia hace plural, democrática y viable dicha propuesta y, fortalece, complementa y da vida a esa otra “Iniciativa Ciudadana” de recolectar firmas para provocar un adelanto de elecciones con mejoras de las reglas de juego, para que se vayan todos, evitando en lo posible que regresen los mismos y potenciando un nuevo gobierno y nuevo congreso que en 5 años procuren realizar la verdadera transición de la larga y profunda crisis que padecemos. Ese solapado y golpeado repliegue ciudadano, reinventado con la protesta y la recolección de firmas para adelantar las elecciones, será también el desencadenante de la fuga, vacancia o ajuste de cuentas para salvar a nuestro Perú.