Primera y segunda vuelta: el factor docente
Sigfredo Chiroque Chunga
“Dinos ¿cuál es nuestra tarea ahora?” fue la expresión de una profesora del pasado miércoles 14 de abril, en la reunión virtual que tuvo Pedro Castillo con no menos de 3500 docentes de todo el país. Hablando desde su tierra y entrecortado por la lluvia, informó que había conseguido prórroga de su “licencia sindical”, como secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú (FENATEPERU). Ciertamente, los asistentes a la reunión virtual eran maestros y maestras que habían votado por Pedro Castillo en primera vuelta en las recientes elecciones presidenciales y que ahora se convertían en activistas con mayor compromiso en la segunda vuelta.
El voto magisterial
Existe en el Perú, la constatación del radicalismo en las luchas gremiales docentes, a través del SUTEP. La última huelga de los SUTEs Regionales del 2017 paralizó a cerca del 80% del magisterio nacional. Sin embargo, la radicalidad del movimiento sindical docente no coincide con una postura izquierdista del magisterio peruano. En 1990, un 42,2% de los docentes dieron su voto a candidatos de la derecha y solamente un 15,9 a la izquierda de Barrantes y de Henry Pease; sin embargo, en este año, un 42,9% de los maestros votó en blanco o viciado, ocultándose aquí probablemente el radicalismo de un sector del magisterio peruano.
En el 2006, un 28,4% de los docentes dieron su voto por la izquierda de Javier Diez Canseco, Alberto Moreno y Ollanta Humala (el Humala de ese año). En el 2011, un 40,6% dio su voto progresista por Ollanta Humala (de entonces). Ya para el 2016, el voto izquierdista del magisterio fue un 36,1% (Verónika Mendoza y Gregorio Santos). En este último año, importa advertir que el voto duro de la derecha magisterial se concentra en Keiko Fujimori (13,9% en primera vuelta y de 13,1% en segunda). En la segunda vuelta de las elecciones del 2016, un 76,1% de los votos de los docentes se inclinaron por Pedro Pablo Kuczynski. Ver Cuadro adjunto donde se recoge información de los docentes del sector público y privado.
Como tendencia histórica, entonces, podríamos decir que los votos de los docentes hacia la izquierda giran en alrededor del 35 a 40% y el voto duro de la derecha no pasa del 15%. Más de la mitad de los docentes se ubican en una posición de centro, principalmente de centro izquierda.
Elecciones 2021
Actualmente tenemos unos 565,095 docentes en el sector público y privado. ¿Cuál su comportamiento electoral en este 2021 y su significado?
Asumimos que el conjunto de la población peruana se ha radicalizado y también los docentes. En este último caso, sus angustias de un trabajo remoto improvisado y descontextualizado aumentó su jornada de trabajo. La situación de desregularización de su fuerza de trabajo trepó a un 42% de docentes contratados en diciembre 2020, Pero también creció su descontento con los anuncios oficiales antes de las elecciones: no habrá vacuna para ellos en primera línea, ni tendrán aumento de haberes en este año 2021. En este contexto, creemos que –en las actuales elecciones presidenciales- la izquierda tuvo no menos del 40% del voto magisterial. O sea, en primera vuelta unos 226 mil docentes habrían votado por la izquierda del profesor Pedro Castillo y de Verónika Mendoza.
A partir de diversos diálogos con maestros y maestras de base, estimamos que sólo la cuarta parte del voto magisterial se derivó a Verónika Mendoza. Dos razones principales mencionan los docentes: “No nos apoyó en la huelga del 2017” y “Va junto con Patria Roja”. Pedro Castillo habría cosechado unos 170 mil votos docentes en la primera vuelta. Esta masiva votación y otros gestos del candidato Castillo explican la gran recepción que tuvo el líder sindical el pasado miércoles 14, en asamblea virtual.
Nuestro pueblo de sectores populares aún cree en los docentes y los valora, mucho más después de su experiencia 2020 que quiso involucrar a los padres-madres de familia. No es casual que el 22% de los gobiernos locales del país se encuentre en manos de docentes. El candidato Castillo –ante el pueblo- perdió su apellido; simplemente es el “Profe Pedro”. Y un maestro de pueblo tiene influencia electoral directa en no menos de 4 personas de su entorno. Influencia gravitante en estos momentos.
Es probable que -en la segunda vuelta eleccionaria del 6 de junio- solamente el bloque duro de los maestros de la derecha y de extrema izquierda no votará por Pedro Castillo. La mayoría de docentes será sus electores y muchos, sus activistas de base. El factor docente es también una dimensión que contribuye a entender la dinámica eleccionaria presente.