Una semana de desgobierno, un Congreso sin altura
Francisco Pérez García
Dos muertos, decenas de heridos y más de 40 desaparecidos tras una semana de manifestaciones que tuvo en el día sábado su momento más intenso de represión policial. Y solo así, Manuel Merino De Lama renunció al mediodía del domingo y ni siquiera con esa intensidad y el descontento en las calles el Congreso fue capaz de una respuesta digna, a la altura de la circunstancia.
Cuando la población se sentía victoriosa de haber expulsado a lo que se llamó un gobierno de facto, ilegítimo y usurpador, todas las miradas se dirigieron al Congreso donde se esperaba encontrar la solución. Tras idas y venidas desde la madrugada del domingo se concretó una lista “de consenso” encabezada por la legisladora del Frente Amplio, Rocío Silva Santisteban, una de las dos parlamentarias de ese grupo que votó en contra de la vacancia de Martín Vizcarra.
Francisco Sagasti, la ficha preciada del Partido Morado quedaría en la primera vicepresidencia, lo cual despertó más de un temor. Durante la votación para elegir a la nueva Mesa Directiva y por ende a la nueva encargada de la presidencia de la República, se pudo escuchar una serie de agravios a la parlamentaria que cumplía al menos tres de los temores más terribles de los sectores conservadores y de derecha del Congreso: Ser de izquierdas, defensora de los derechos humanos y mujer. Así, la votación se frustró, el “consenso” no llegó y la población otra vez se quedó burlada.
Mientras tanto, el Tribunal Constitucional adelantó para hoy la sesión donde verá la demanda competencial presentada por el hoy vacado Martín Vizcarra, que debería -en teoría- definir los alcances legales de la vacancia y de la mentada incapacidad moral permanente. Sin embargo, el discurso triunfalista de Vizcarra también parece desconocer lo que la gente se pasó gritando toda la semana, que ahora tampoco lo quieren de vuelta en Palacio, que es el discurso que algunos “analistas” también han venido ensayando como una salida a la crisis.
Al cierre de este texto el Congreso continúa en el limbo tratando de consensuar una lista nueva. Es posible que al momento de la publicación aún continuemos sin gobierno, que no haya un inquilino en Palacio de Gobierno, que el gabinete de Ántero Flores Araoz, renunciado, pero sin ser aceptado estará esperando su relevo.
Mientras tanto la calle seguirá hablando, esperando respuestas, reacciones políticas a la altura y de acuerdo a la época en que vivimos. Una época que -no debemos olvidar- nos presenta todavía una emergencia sanitaria y una serie de necesidades de reactivación económica.
Un tema adicional para no olvidar. La renuncia de Manuel Merino De Lama y su gabinete, no los exime de las responsabilidades por las muertes y las violaciones a los derechos humanos perpetrados durante las manifestaciones, por el abuso policial que resultó en pérdidas humanas y decenas de heridos, pero también igual de grave decenas de desaparecidos que según Human RIght Watch podrían ser víctimas de ejecuciones extrajudiciales, si es que se llega a comprobar las denuncias que existe hasta el momento. La renuncia, no significa impunidad, que quede claro.
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