Reforma del transporte en cuidados intensivos
Rocío Pereyra Zaplana
Lima está de aniversario: cumple 487 años de su fundación española (porque como cultura milenaria este territorio ya había sido habitado hace 4 mil años). Cabe preguntarse qué tanto Lima ha avanzado: ¿estamos mejor o peor que hace unos 10 años? Mi impresión es que Lima ha retrocedido. Hay una serie de reformas que Lima necesita urgentemente, pero hoy quiero centrarme en una de ellas: establecer un modelo integrado de movilidad sostenible en la ciudad.
De acuerdo a la última encuesta de “Lima Cómo Vamos” (2021)(1), la pandemia tuvo efectos en la forma como nos movilizamos en la ciudad. Así, el 6.2% de personas de Lima y Callao usaron la bicicleta para movilizarse durante la pandemia, lo que representa un aumento de 2.5 puntos porcentuales respecto al tiempo pre pandémico. Ello representó una excelente oportunidad para promover el uso de la bicicleta como medio alternativo de movilidad, pero que lamentablemente no fue aprovechada por la actual gestión de la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Caminar ya era un medio bastante usado por los limeños y chalacos para movilizarse y durante la pandemia aumentó de 16.9% a 18.4%. Estas cifras nos dicen que en general caminamos mucho para trasladarnos, lo que resulta positivo para pensar en un esquema de transporte multimodal. En el caso de la oferta de transporte público, esta atiende a un 40% de personas y también tuvo algunos cambios durante la pandemia. Así, el uso del bus bajó de 19.3% a 14% y el uso de la combi o coaster de 29% a 20.9%, lo que se explicaría por el miedo al contagio. Por su parte, el Metropolitano (3.2%), metro de Lima (2.3%) y corredores complementarios (0.5%) mantuvieron su baja cobertura durante la pandemia. Como sabemos, estos últimos medios no son suficientes para responder a la demanda actual, por lo que resulta necesario fortalecerlos y articularlos bajo un sistema integrado y sostenible de movilidad.
El uso del auto privado se mantuvo en un porcentaje bajo, alcanzando un 11.7% de personas, lo que nos recuerda la necesidad de cambiar el enfoque pro auto todavía vigente en la ciudad. Finalmente, un dato curioso es que otro medio que aumentó durante la pandemia fue el uso del taxi por aplicación, pasando de 1.8% a 5.3%.
Si sumamos los medios de transporte público, la bicicleta y la caminata, tenemos que más del 65% de limeños y chalacos se movilizan en medios no privados de transporte. Estos datos nos dan cuenta de la necesidad de implementar un sistema de movilidad de calidad que priorice al peatón, al ciclista y al usuario/a del transporte público, que son las formas mayoritarias de movilidad en la ciudad. Ello implica superar el actual esquema comisionista-afiliador y pasar a un nuevo modelo de negocio de empresas consorciadas y con trabajadores en planilla; requiere subsidiar el transporte público; así como impulsar formas más sostenibles de movilidad en la ciudad que se interconecten con los medios públicos masivos.
Hacer realidad este nuevo sistema de movilidad redundará en una mejor calidad de vida de la población, evitará más muertes en las pistas y reducirá el número de casos de enfermedades respiratorias, nos permitirá tener más horas con la familia y menos horas transportándonos, contribuirá a una mejor calidad ambiental, entre muchos más beneficios. Hacerlo además implica democratizar el acceso al derecho a la movilidad y, en definitiva, el derecho de disfrute de la ciudad.
¿Qué hicieron los alcaldes de turno? Según el experto Gustavo Guerra García,(2) Castañeda le hizo un daño terrible a la reforma del transporte al anular 31 de 49 procesos de adjudicación de los corredores complementarios y todas las licitaciones de las rutas de integración y aproximación que habían quedado listas para implementarse. Movido por la necesidad de congraciarse con sus aliados políticos -vinculados al grupo Orión y con intereses reñidos con la reforma-, Castañeda aniquiló las bases de la reforma del transporte en la ciudad.
Durante la actual gestión del alcalde Muñoz lo que ha ocurrido es que le han quitado las competencias de transporte a la Municipalidad Metropolitana de Lima, las mismas que han pasado a la ATU. Esta decisión resulta bastante controversial dado que afecta el avance de la descentralización en el país, proceso que se suponía irreversible. No obstante, la ATU permitió tener una mirada integral del espacio Lima-Callao y de todos los medios de transporte masivos (incluyendo el metro de Lima). Por ello, resultó condenable el intento del gobierno de intervenir la ATU en el 2021, configurando un panorama bastante desolador. El intento de extender por diez años los permisos de circulación de las combis asesinas -perdonándoles además sus millonarias multas- fue felizmente impedido gracias a una ciudadanía movilizada y a la presión mediática.
Con todo, la reforma del transporte pende de un hilo. A más de 10 años de haber puesto las bases de la reforma del transporte en la ciudad, la agenda pendiente es grande y empieza por lograr su supervivencia. El caos del transporte en Lima solo se puede resolver con una reforma integral del transporte, que nos permita movilizarnos de manera segura, con buses modernos e interconectados, con trabajadores con derechos laborales, y asegurando su interconexión con medios más sostenibles de movilidad.
(1) Lima Cómo Vamos. Informe Urbano de Percepción Ciudadana en Lima y Callao 2021. Ver informe en: http://www.limacomovamos.org/wp-content/uploads/2021/12/EncuestaLCV2021.pdf
(2) Portal web Actualidad e Investigación Sucesos. Entrevista a experto Gustavo Guerra García, disponible en: https://sucesos.pe/castaneda-hizo-un-dano-grande-a-la-reforma-del-transp...