Nicolás Lynch
El escándalo de corrupción que sacude el país y atraviesa transversalmente a la clase política alcanza un punto de crisis al haber tocado al Presidente de la República Pedro Pablo Kuczynski. Por más que sus detractores fujimoristas y apristas no puedan ocultar sus malas intenciones y sepamos de antemano que señalan al otro para protegerse ellos, el núcleo del poder político ha sido tocado.