Nuestras perversiones políticas nacionales fujimorismo, acuñismo, porkismo, cerronismo.
Rudecindo Vega Carreazo
La política peruana hace tiempo se perdió en un laberinto complejo, peligroso y taponeado en sus salidas, sus promotores gozan de los acuerdos y enfrentamientos de los actores políticos encerrados en el mismo, es su circo; los líderes políticos se encuentran fuera de la estructura gubernamental nacional, pero mandan, dirigen y gobiernan mediante sus bancadas desde el congreso nacional. Nuestros gobernantes son los dependientes de los verdaderos gobernantes que son los dueños de sus partidos políticos. Nuestra política esta pervertida, no es el camino para realizar los intereses ciudadanos y nacionales sino los particulares, no hay líderes sino jefaturas y dueños, no tenemos gobernantes con visión nacional sino funcionarios vendidos al mejor postor, no hay partidos políticos sino vientres de alquiler, clubes electorales y organizaciones criminales. La perversión de la política peruana es un mal nacional.
Los responsables de nuestra desgracia nacional, son esos líderes externos que, desde la clandestinidad, manejan al gobierno y congreso nacional, son los que dan las órdenes para destruir la democracia, el estado de derecho y el orden constitucional, son los que sostienen a Dina y su gobierno a pesar de la destrucción de la viabilidad económica nacional, son lo que con sus votos respaldan la supervivencia de este gobierno repleto de corruptos y bandas delincuenciales que se han repartido los sectores económicos y sociales, son los que facilitan y avalan el despliegue y desarrollo territorial del crimen y la inseguridad ciudadana, son los que cruelmente alientan la violación de los derechos humanos y el aislamiento internacional, son los que gobiernan desde la sobra y oscuridad a través de sus títeres los congresistas y gobernantes. Sí, nuestra perversión política nacional es que formalmente somos gobernados por títeres y no por los titiriteros.
Quien gobierna el Perú es el fujimorismo con Fuerza Popular, el acuñismo con APP, el “porkismo” con Renovación Popular, la autónoma bancada de Avanza país, el cerronismo con Perú Libre y Bloque Magisterial; también están como comparsa y con juego propio, Podemos Perú de Luna Gálvez y la franquicia Somos Perú. Keiko y Alberto Fujimori no están en el gobierno pero mandan desde afuera, Acuña no está en el gobierno nacional pero, desde el gobierno regional de La Libertad, negocia y da estabilidad a cambio de proyectos y obras; López Aliaga tampoco está en el gobierno nacional pero presiona, negocia y da estabilidad desde la Municipalidad de Lima; Cerrón, fugado y nunca detenido, desde la clandestinidad, con aspavientos de crítica, garantiza la estabilidad del gobierno a cambio de su impunidad; la bancada de Avanza País, con vida independiente del partido, es un furgón de cola del fujimorismo y/o “porkismo”; Luna Gálvez impulsa y apoya todo en favor de sus negocios e impunidad; y, Somos Perú, todo lo que vaya beneficie a su franquicia y sus socios regionales y municipales. Nuestra perversión política nacional es que los que verdaderos gobernantes no son responsables y los verdaderos responsables no gobiernan.
Resulta deplorable que un gobierno y congreso con más de 90% de desprecio ciudadano y solo un 5% de aprobación haga lo que se le da la gana, resulta incomprensible que cerca de 80% de ciudadanos pidan adelanto de elecciones y el gobierno y los congresistas se ufanen de su estabilidad, hagan reformas constitucionales para intentar reelegirse y hasta un “felpudini ministerial” hable de reelección presidencial. La perversión de nuestra política nacional es que nuestros gobernantes han dejado de lado el verdadero sentido de la política del interés nacional para asumir el rol de representantes de intereses particulares y criminales. Si nuestras autoridades fueran políticas, hubieran propiciado una salida democrática a nuestra crisis; la protesta nacional actual no tiene eco porque no enfrenta políticos sino organizaciones criminales, que se han dado el lujo, de cambiar las leyes para seguir delinquiendo sin ser llamadas organizaciones criminales.
Una salida democrática es posible y factible, si los ciudadanos canalizamos nuestras protestas contra los titiriteros y dueños de los partidos y no solo contra sus títeres gubernamentales, necesitamos hacer sentir al fujimorismo, acuñismo, “porkismo”, cerronismo y sus satélites que ellos son los responsables de este desmadre gubernamental y democrático que padecemos. Los títeres deberían ser botados, los titiriteros encarados y responsabilizados del deterioro nacional; adelantar elecciones ayudará, no resolverá nuestros problemas, sería tomar aire y “chocolatear” nuestra política nacional. Hoy son 9 partidos representados en la estructura gubernamental de casi 20 existentes en las pasadas elecciones; sin embargo, como vamos, bordearemos el doble de partidos para las elecciones siguientes. Nuestra perversión política nacional, es que hoy tenemos más actores y nuevos actores políticos fuera de las estructuras gubernamentales y políticas que dentro; los que están dentro no desean ni pretenden dejar el poder y los que están fuera no pueden entrar ni los dejan hacerlo.
Ese repetido y terrible escenario político electoral de votar por los antis más que por identidades, por oportunistas y advenedizos, por propuestas radicales e irrealizables, será el signo, del futuro proceso electoral; y, por lo fragmentado, polarizado y, sobre todo, criminalizado, demasiado peligroso para el futuro nacional. Las próximas elecciones, en el momento que sucedan, serán la confrontación entre los actuales partidos gobernantes contra los nuevos que buscan ser gobierno. Es hora de hacer sentir al gobierno y congreso, pero sobre al fujimorismo, acuñismo, “porkismo” y cerronismo que su desastroso gobierno actual, su gobierno de destrucción nacional no será el que marque el derrotero de nuestro futuro. El Perú ha demostrado, hartamente, que en cada proceso electoral puede inventarse autoridades más allá de los cánones que guían la política normal.
El futuro viable del Perú no lo encontraremos en los polos autoritarios, corruptos y radicales, ni en la izquierda ni en la derecha, tampoco en un centro perdido y fofo. Van surgiendo y reapareciendo alternativas democráticas que deberán promover alianzas para airear y dar esperanzas a la vida nacional ante tanta dispersión; imposible las candidaturas únicas y mesiánicas, deseable impulsar alianzas democráticas en todas las tendencias y mejor apostar por un centro democrático que promueva una transición dialogada para recuperar el crecimiento económico con justicia social, la recuperación y fortalecimiento de nuestra institucionalidad democrática, la diversificación productiva y formalización del país, la lucha contra la inseguridad y criminalidad, la reforma y fortalecimiento del proceso de descentralización y el respeto delos derechos humanos y el interés nacional. Aún con las nuevas reglas políticas electorales de las bandas gubernamentales es posible, apoyar alternativas políticas democráticas que enfrenten los antis desde propuestas que pongan el interés nacional y de los ciudadanos en el centro del ejercicio del poder. Es nuestro derecho ciudadano, es nuestro deber nacional, salvemos al Perú.