La campaña, con sendos titulares de por medio, en la que se informa sobre una recarga de las tarifas eléctricas que pagamos todos los usuarios para financiar el Gasoducto del Sur deja de lado un tema muy importante: la construcción del gasoducto surandino, además de ser fundamental para el desarrollo nacional, generaría capital a favor de Petroperú, nuestra empresa nacional de petróleos. ¿Cómo así?

La llamada Garantía por Red Principal (GRP) a favor del operador del Gasoducto es un fondo para garantizar a la empresa concesionaria una ganancia mínima por la construcción de la obra. “El impacto hacia el consumidor residencial es en torno al 2,3 %, al comercial sería 3,5 % y al industrial 4,4 %, esto es lo que se espera con la construcción de la zona de seguridad en torno a Camisea y con el Gasoducto Sur Peruano”, declaró el viceministro de Energía, Edwin Quintanilla. Algunos expertos señalan que, al no existir un mercado de gas en el sur del país, es necesario este modelo de inversión. ¿Cómo lo recuperamos los peruanos este aporte? Con la construcción del gasoducto y el posterior funcionamiento de la obra.

Lo que no se dice es que este aporte de los usuarios, por ley, deberá destinarse a Petroperú. Según el artículo 7º de la Ley 29690, Ley que promueve el desarrollo de la industria petroquímica basada en el etano y en el nodo energético en el sur del Perú, los aportes otorgados a través de la GRP son considerados aportes para el Estado y deberán ser “capitalizados a nombre de Petroperú”. De lo que se trata, entonces, es que se asegure estos aportes en el fortalecimiento de la estatal nacional de petróleos. ¿Por qué no mencionan este punto los medios? ¿Por qué se insiste en dejar a Petroperú como una simple refinería, cuyo negocio no sería rentable?

Si bien el gobierno actúa en temas de política energética sin horizonte claro, existen diversas propuestas a favor de Petroperú que no debieran caer en saco roto. En otra ocasión, presentamos la propuesta del congresista Daniel Abugattás que busca una mejor valorización de las acciones de PetroPerú. Ahora llamamos la atención sobre un artículo que el Ejecutivo, al parecer, quisiera pasar por alto.

Insistimos que la estatal petrolera puede ser la gran oportunidad para el desarrollo energético nacional si se garantiza una buena inversión pública y privada, y una administración eficiente que le permita generar competitividad y rentabilidad. Hoy, el 85% de las reservas mundiales de petróleo pertenecen a empresas estatales mientras que, sólo aquí, el 61% del petróleo peruano lo producen empresas estatales extranjeras. Esperemos que, en esta ocasión, la ley se respete y el aporte de todos los peruanos en la financiación del gasoducto surandino vaya a favor de Petroperú.