La Diplomacia de las vacunas

Por: 

Gonzalo García Núñez

Integrante del Foro Peruano de Relaciones Internacionales (FOPRI) 

¿Cuántas vacunas hay disponibles para abastecer una demanda mundial, total y simultánea, de algo más de 7,000 millones de seres humanos? Veamos.  

El suministro de la vacuna pasa por una primera etapa de creación en laboratorio biológico. Luego de numerosas y calificadas pruebas se obtiene un material antiviral. 

Aprobado que este por las autoridades sanitarias, el material se produce en cantidades crecientes que son entregados en lotes transportados a centros de almacenamiento. 

Una cadena de frio se instala para mantener el material antiviral en determinadas condiciones de temperatura por debajo de cero grados. 

Esta cadena de frio es indispensable para iniciar la distribución de las vacunas por las vías institucionales, quiere decir por las autoridades sanitarias nacionales. 

A su vez ellas ordenan la distribución usando criterios demográficos como el que promueve ESSALUD (etarios descendentes) o cualquier otros de naturaleza territorial asociado a criterios de focalización, en función de la gravedad del compromiso del contagio epidemiológico. 

En consecuencia, se construye para la ocasión una red de almacenamiento de insumos, un control de inventarios, previsiones de transporte con y sin carga de los elementos básicos para la producción de las vacunas, los equipos de los laboratorios fábricas, los sistemas de controles de calidad de la  producción, el almacenamiento de los productos terminados, la entrega a los grandes centros de distribución intermediarios, el paso a consumidores intermedios y el abastecimiento de los productos antivirales finales. Que bien ilustra la imagen de la enfermera aplicando el piquete de la inyección.

A lo largo de esta cadena eslabonada hay informes de planeamiento y control de producción que mide la eficiencia de cada etapa, de la sucesión de etapas y ultima ratio, de la eficacia del proceso. Transparencia. Criolladas cero.En la primera fase, producción, el mundo se divide entre los países capaces de hacer vacunas para sus poblaciones y los que, no siendo capaces, dependen de las exportaciones de los primeros.  Siempre y cuando tengan suficiente stock para abastecer a los menos capaces. No siempre lo tienen listo. 

La OMS y la ONU han sugerido mecanismos de cooperación internacional para el caso del abastecimiento de los países incapaces. Por ello se ha comprometido un programa de lotes de vacunas COVAX para aquellos que tienen que hacer cola para recibir la vacuna de las firmas o estados. Fue nuestro caso hace poco.

Para ilustrar se ha reportado que la República Popular China declara haber producido 169.4 millones de vacunas, suministradas por las firmas-laboratorio Sinovac, Sinopharm, Cansino y Astra Zeneca, según data publicada por Airfinity, una consultora científica especializada, el día jueves pasado.  
Nótese que la población de China, esta nación continente se acerca a los 1,400 millones, seguido de cerca de India (1,366), lejos después, USA y UE.

En la tabla origen de esta fuente se lee que los EEUU. van produciendo 136.3 millones ofertadas por Pfizer, Moderna, Johnson&Johnson reciente (que se desmarca del pelotón porque solo requiere un piquete frente a las dos dosis de sus competidores).

Y que en la Unión Europea se ha producido 96,2 millones – con incumplimientos de las órdenes de compra, devoluciones sobre ventas, amenazantes comunicados que van y vienen- con tremendos líos con las naciones clientes  por reiterados incumplimientos de plazos de entrega y otros problemas, con la principal proveedora Astra Zeneca. Esta última firma está presente en casi todas las cadenas de suministro junto con las otras productoras transnacionales. 

Completan el cuadro de naciones en capacidad de producir, la India (68 millones), el Reino Unido (19 millones), Corea del Sur...  SPUTNIK V es la vacuna estrella de la antigua Federación Rusa del Sr. Putin. Le presta el nombre al satélite con que la URSS venció inobjetablemente a los gringos en el hoy lejano inicio de la carrera aeroespacial. Abastece en América Latina a la República Argentina y otras amistosas naciones. Quiere decir que produce, separa lotes, exporta, ayuda a ciertos países usuarios de vacunas. A otros no.

A la fecha hay 447 millones de inyectables con vacunas aplicadas en 133 naciones. Una de ellas es el Perú que anuncia ahora que ha firmado por noventa millones de dosis hasta el final del año. Pero como esta sometido a la discrecionalidad de las firmas abastecedoras, el anuncio tiene un aroma de fragilidad. 

Viene la segunda fase, la logística de los productos terminados que reciben las vacunas entregadas por las firmas transnacionales a los Estados y que son distribuidos en acuerdo con las normas dispuestas por sus autoridades. 

Algunos Estados de recia disciplina cívica como Israel (57.1%) lideran la aplicación de la inyección salvadora en la población, más del cincuenta por ciento y a una velocidad suficiente para presumir que, en pocos meses más, no quedaran nuevos candidatos al piquete. Se habrá producido, distribuido y aplicado a todos con éxito.

En Unión Europea, por el contrario, las colas de los piquetes van lentos-apenas (8.7%) justo cuando se eleva una ola tipo Pico Alto frente a los nuevamente confinados ciudadanos de Europa.

Además, han aparecido variantes de Covid-19, primero inglesa lo que es habitual en la tradición diferenciadora de los hijos del Brexit, pero después llego la sudafricana, la brasileña y demás variables detectadas por los estudios gnómicos de autoridades nacionales.

También, hay resistencia en la gente, hay un extendido y no por ello menos justificado sentimiento que hay gato encerrado en esto de la vacuna. 
De ello se aprovechan los embajadores del populacherismo autoritario, bruto y achorado que también han sentado reales en plazas y calles, sembrando temores, miedo y hasta pavor en la gente más sensible. 

Casos de excepción, flor de robinsonada económica, las pequeñas islas paradisiacas como las Seychelles (100%) han logrado vacunar a toda su gente, apelando a las fuerzas blandas del celo marketero y competitivo de las empresas de países vecinos que -no queriendo perder prestigio y calidad- se apresuraron a entregarles dosis suficientes.

Inyectar las vacunas es la siguiente fase que nos debe llevar al final si todo sigue como ahora al fin del 2022. Lo asombroso es que grandes países recién han comenzado a correr a toda velo, caso de la India y la propia Rusia. 

Pero también hay las interrupciones propias a toda cadena de suministro. Sincronizar los reactores de los laboratorios con el papeleo de las pruebas exigidas por las autoridades no es tarea fácil. 

Por ejemplo, las vacunas en stock son decenas de millones en los almacenes temporales de Estados Unidos según relata un experto ex funcionario del FMI. 

Recién se está destrabando las autorizaciones para usar la Oxford-Astra Zeneca en los propios territorios gringos. Pocos dudan que esta operación lentifica la respuesta. 

Entendiendo que esta situación es extremadamente fluida urgidas por la demanda poblacional, cabe exigir un cierto equilibrio entre las naciones. Pero, lección inequívoca, los países productores de vacunas comienzan por cubrir las necesidades de sus ciudadanos. Terminado el mercado interior, exportaran los saldos excedentarios. ¿Cuándo y con qué criterios? 

Uno es aumentar la influencia internacional de cada uno de sus países entre los demandantes para suministrarles las vacunas en plazos oportunos.  Dos, también el exportador tendrá un fuerte argumento para pedirles una u otra decisión que los asocie al interés del abastecedor. Tres, no cabe duda que las grandes potencias que controlan sus respectivos circuitos productivos como China, USA, UE o bloques regionales como el QUAD de reciente suscripción verán aumentado su grado de influencia sobre sus periferias. Cuatro. Cambios de poder. Otros, de menor poder y menores ingresos buscaran asociarse al hermano mayor. Al que se porta mal, no hay vacunas.

Ese cruce de intereses se teñirá de las banderas políticas y partisanas en pro de dividendos del poder. Ya hemos comprobado en la vida peruana que la discusión científica se puede sustituir por un manto de desconfianza, inseguridad y un rosario de creencias ideológicas en lugar de cadenas genómicas, identificación de claves biológicas e informes biotecnicos. 

La diplomacia de las vacunas confirma sin duda la asimétrica distribución del poder en el mundo actual.