La UE27, en camino a una recesión económica inevitable
Alejandro Narváez Liceras (*)
Una reciente encuesta a 600 inversores profesionales en toda Europa, llevada a cabo por la empresa CoreData Research, por encargo del gestor de fondos WisdomTree, ha revelado que el 70% de encuestados perciben que una recesión económica es el mayor riesgo al que se enfrentará la Unión Europea (UE27) en los próximos meses, seguido por la inflación (52%) y los conflictos geopolíticos (46%). Para conocer qué tan profunda sería dicha recesión, es necesario analizar al menos 3 factores clave: el precio de la energía, el precio del dólar y la economía china. En este artículo trataremos de explicar esos factores, para luego analizar los posibles escenarios que podrían darse en la Unión Europea.
Una recesión grave
El primer escenario, y el más probable que ocurra, sería una recesión grave. El Producto Bruto Interno (PBI) trimestral de Europa, luego del pico post pandemia, crece cada vez menos. El banco alemán Deutsche Bank, estima que el PBI de Europa en el 2023 caerá en un – 2.2% frente al -0.3% anterior. ¿Qué significaría este escenario para la UE27? Tendría amargas consecuencias: desplome de la inversión, el consumo, quiebra de empresas y familias y perdida masiva de empleo. De hecho, una reciente proyección de empleo en Europa para el 2023 revela que el desempleo aumentaría en promedio de 6.6% a 7.5% para la zona euro, y de 6% a 6,6% para la UE27.
Ahora bien ¿de qué depende que ocurra este escenario? Eso dependerá de cómo evolucionen los 3 factores señalados al principio. Empecemos por el primero: la energía. Con el invierno la demanda del gas aumentará, tanto de empresas, como de familias, y, sí continúa el bloqueo a Rusia, será muy difícil contener el precio del gas en el 2023. En este escenario el aumento de la inflación es inevitable. Según Eurostat, la inflación promedio en la Unión Europa hoy es de 10.9%, con algunos casos más graves como el de Estonia donde la inflación llegó a 24.1%. Esto afecta hasta las más grandes economías de Europa, como es el caso de Alemania cuya inflación está en 10.9%.
El aumento de la inflación en este escenario nos lleva a analizar el segundo factor: el precio del dólar. Cuando una divisa, como podría ser el euro o la libra esterlina, tiene alta inflación, los inversores deciden deshacerse de sus inversiones en dicha moneda y comprar divisas fuertes como el dólar que es más segura. Y cuanto más se aprecia el dólar, más caerán las otras divisas.
La evolución del dólar Índex o índice DXY que mide el rendimiento del dólar estadounidense frente a una canasta de divisas extranjeras, muestra la fortaleza del billete verde. Cuando el dólar se vuelve más fuerte, automáticamente caen los precios de las otras divisas. En ese caso para evitar que los inversores vendan sus inversiones en libras o euros para refugiarse en el dólar, los gobiernos europeos tendrían que subir la tasa de interés de sus bonos.
Pero aumentar las tasas de los bonos trae dos problemas: el primero es que cuando aumentan esas tasas, las otras tasas también lo hacen, como, por ejemplo, la de los créditos hipotecarios o las tarjetas de crédito. Eso hace que las personas consuman menos y la economía se enfríe. Y el segundo es que los inversores prefieren colocar su dinero en esos bonos en vez de invertir en empresas, es decir, en la economía real.
Muchos de los productos que se consumen en un país son fabricados en otros países o se fabrican con materiales importados. Como los precios internacionales son en dólares, y si el valor del euro cae contra el dólar, los empresarios de Europa necesitaran más euros para importar productos, aumentado sus costos, produciendo luego, la llama inflación importada.
Pero el problema no sería sólo con los productos importados, ya que las exportaciones también están en riesgo, y eso nos lleva al tercer factor: la crisis de la economía china.
En 2021 China representó el 10.2% del total de las exportaciones de la Unión Europea, y está entre los tres socios internacionales más importantes junto con el Reino Unido y Estados Unidos. Pero, ahora China está enfrentando una crisis de en su mercado inmobiliario. En enero de 2022 representaba este sector, cerca del 23% del PBI de ese país, siendo muy elevado con respecto a otras economías. Por eso muchos analistas creen que la crisis del mercado inmobiliario podría significar la caída de la economía china arrastrando a la economía global.
Si China entre en recesión importaría menos productos de Europa, y eso también haría que la situación del PBI europeo empeore. Pero hay una esperanza de que las cosas no sigan por este camino, y es que el Banco Central Europeo (BCE), utilice su poder para rescatar a aquellos países con problemas, especialmente inyectando dinero fresco para bajar los costos de la energía. Y es por eso que creemos que el escenario de una recesión grave es el más probable, porque el BCE evitaría que la situación pase de grave a una recesión apocalíptica si fuera necesario.
¿Es posible una recesión apocalíptica?
La eurozona concentra a los países más importantes de Europa en términos de PBI, excepto al Reino Unido. Y como tienen una moneda común, el euro, sus economías están muy relacionadas, por lo que la caída de uno de esos países, podría también arrastrar a los otros. El BCE funciona como un único banco para todos esos países, y como cualquier banco central puede autorizar o no a que los países miembros emitan bonos en euros.
Recordemos que la emisión de los bonos son una forma que tienen los países de endeudarse y atraer inversiones. Por eso, para enfrentar la crisis, algunos gobiernos necesitan de la ayuda económica del BCE. Pero, ¿Qué pasaría si el BCE sigue con su idea de no dar más dinero a los países de la zona euro? Aquí abría dos escenarios, ambos muy malos para la Unión Europa.
El primero, es que esos países simplemente caigan en una recesión extrema, y que eso genere un efecto dominó en otras economías europeas. El segundo escenario, es que los países decidan irse de la UE27 y abandonar al euro para emitir bonos por su cuenta sin pedirle permiso al BCE, lo que debilitaría aún más esa moneda. Es decir, cualquier escenario de esos dos sería catastrófico para la zona euro y por eso decimos que sería un escenario apocalíptico. De cualquier forma, este es el escenario menos probable de todos ya que hoy por hoy la UE27 es sólida y el BCE difícilmente permitiría que Europa caiga en un apocalipsis.
¿Y quizás una recesión leve?
Este sería el escenario más optimista de todos, y podemos decir que la probabilidad de ocurrencia es intermedia. Según el último informe del FMI, la eurozona crecerá un 0.5% en el 2023, por tanto, una recesión leve sería el escenario más probable de acuerdo a estos datos. Entonces ¿qué tendría que pasar para que se dé este escenario? La principal razón seria que la crisis energética no sea tan severa como vimos en el primer escenario, y eso podría ser posible si se dan dos condiciones.
La primera condición es que Europa controle los precios de la energía, por un lado, reemplazando completamente el gas ruso con importaciones de gas natural licuado (GNL) de otros países, y por otro, reduciendo la demanda, por ejemplo, bajando los termostatos en 3 grados, como recomiendan algunos expertos. Una segunda condición para que se dé este escenario, es que Estados Unidos deje de subir las tasas de interés ¿Y qué razones tendríamos para pensar que esto ocurra? En principio nadie lo sabe. Pero los mercados, es decir, los inversores, esperan que la Reserva Federal haga una pausa a su política de subir tasas en 2023 para darle un respiro a la economía.
Ahora analiza tú mismo. ¿Cuál crees que sea el escenario más probable?, ¿Crees que podría darse algún otro escenario que no hayamos visto?
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(*) Es Profesor Principal en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y director del Instituto Internacional de Economía y Empresa.