La gran incertidumbre gubernamental
Rudecindo Vega Carreazo
El primer año de gobierno de Castillo deja la certeza que no podemos esperar nada de su desgobierno ni del tránsfuga congreso, con ellos, en el mejor de los casos seguiremos en la degradación diaria de la vida misma y en el peor de los casos en una gran incertidumbre gubernamental y el deterioro de un futuro mejor. La estabilidad de nuestro mal presidente depende del nefasto congreso y la estabilidad de este pésimo congreso depende del nefasto gobierno también. Ellos saben que la estabilidad o caída de uno depende de la estabilidad o caída del otro; esa ecuación la respiran y transpiran día a día. Su relación es simbiótica, de codependencia y aprovechamiento mutuo. La mala situación del otro es lo que garantiza su sobrevivencia para desgracia del Perú.
Difícil pensar que la solución a nuestra crisis venga de los políticos y sus partidos, aún si se atreven a perfilar salidas no se concretan por debilidad misma de ellos. El sonambulismo gubernamental del ejecutivo poco o nada hará más allá de sobrevivir y el travestismo congresal hará todo lo posible por sobrevivir y asaltar al ejecutivo en cualquier momento. Pero como la inutilidad de uno no puede con la inutilidad del otro, sin renuncia, vacancia y suspensión temporal del presidente y; sin disolución congresal, los peruanos estamos condenados constitucionalmente a padecerlos los próximos 4 años. Las salidas, más que en la carencia de legalidad del mandato de nuestras autoridades está en la legitimidad de ellas puesto que han perdido representación, aceptación y justificación de su mandato.
Muy poco lo bueno que puede resaltarse del gobierno, durante su primer medio año lo rescatable fue el manejo de la pandemia liderado por el ministro de Salud Cevallos, el cobro de las deudas tributarias a grandes empresas y el manejo económico liderado por el ministro Francke en el MEF. Lamentablemente ambos fueron “renunciados” por presión del partido de gobierno en ese momento. Los sucesores de Cevallos de PL han demostrado su nula preparación para el cargo y el sucesor de Francke es total muestra que el gobierno abandonó su propuesta de cambio y se acurrucó en la política liberal de los últimos 30 años que propuso cambiar. Luego, lo más resaltante y triste del gobierno es tener tres vergonzosos récords: i) El mayor número de gabinetes y ministros en nuestra vida republicana; ii) La mayor designación de altos funcionarios sin conocimiento, experiencia y con denuncias penales y; iii) El doloroso hecho de tener a un presidente con 5 investigaciones fiscales por delitos en curso y muchas denuncias a sus familiares y entorno cercano.
Quienes no esperaban nada del mensaje presidencial deben haberse sorprendido por la enorme enumeración de datos y “logros” señalados por el presidente; en realidad, para los que conocen la gestión pública, no fue más que un simple listado de cifras del funcionamiento corriente de la actividad estatal, eso ocurre sí o sí, se haga o no algo por ello. Agrupados en un mensaje da la ilusión de que el gobierno funciona, pero no es más que un sueño y “los sueños, sueños son”. Por otro lado, para quienes esperábamos propósito de enmienda y propuestas de cambio tampoco hubo nada más allá del poco convincente “hemos cometido errores”, las acusaciones de persecución de la oposición y la “justicia mediática”. El presidente parece decirnos acá estoy, acá estaré, a pesar de mis errores no me pidan nada porque nada podré hacer. Los ciudadanos que no esperaban nada, quizás, hayan sido los más visionarios desde su pragmatismo, el nada por aquí y nada por allá, es la certeza de su visión, pero también es lo más peligroso porque tampoco hay nada para nuestro futuro.
El desastre del congreso puede medirse en su penosa aceptación ciudadana, según todos los sondeos de opinión es peor que la del presidente en todo lugar, estrato social o grupo etario y; en la multiplicación inusitada de bancadas durante su primer año, la bancada mayoritaria PL se dividió en 4 (PL, Perú Democrático, Bloque Magisterial y Perú Bicentenario); Acción Popular esta partido en 2 grupos, uno de oposición y otro oficialista llamado los niños por ser una guardería del presidente dentro de dicho partido, APP perdió 2 congresistas, Renovación Popular ha perdido 3 congresistas y en casi todas las bancadas hay posesiones más personales que colectivas.
La mejor muestra de porque es difícil esperar algo esperanzador de este congreso se dio en la elección de su nueva Mesa Directiva, fue un parto forzado, inducido; fue la oficialización, sin descaro, del transfuguismo político y de que el interés nacional y el Perú “les importa un comino”. De los 4 candidatos, 3 cambiaron de partido sólo para ser candidatos a la presidencia del congreso y perdieron, la ganadora es congresista luego de haber cambiado de partido el 2021. La lista ganadora es compacta, integrada por quienes proclaman vacancia pero a la hora de votar se desisten; la lista perdedora en segunda vuelta es expresión que en Perú la sinrazón puede estar vestida de ideología radical pero en realidad es totalitarismo angurriento y pragmático (la unión de PL y sus divisiones con tránsfugas de Renovación Popular da escalofríos); la izquierda moderada tuvo como líder a un renunciante de APP nada de izquierda y la lista de RP jaló como candidata a otra renunciante de APP. El transfuguismo oficializado es la mejor muestra de que la vacancia o suspensión presidencial es poco probable por la inexistencia de votos para lograrla.
Con una calle pasmada, en estado catatónico, salvo la que se identifica con el gobierno o la oposición; los últimos días parecen encender una salida inusual, que la crisis política sea parcialmente resuelta no por los políticos sino por el Poder Judicial. Que el peso de los 5 procesos de investigación presidencial desencadene, a pedido del Ministerio Público, una autorización del Poder Judicial de inhabilitación para el ejercicio de funciones del Presidente (similar a lo ocurrido con el Fiscal de la Nación Chavarry y el Vocal Supremo Hinostroza); aceleren, dado la escandalosa situación y la obsesión vacadora de la oposición, una suspensión congresal suya o; desencadene un despertar ciudadano que presione al Presidente y Congreso para que se vayan todos mediante un recorte del mandato, cambio de reglas de juego y adelanto de elecciones.
Nada de nada para nuestra mejora, porvenir, para la esperanza; con nuestros gobernantes, ejecutivo y congreso, gobierno y oposición, solo queda pesimismo, desilusión e incertidumbre. "Una vez más, nuestro resiliente Perú y su salvación será, ciudadana y democráticamente, nuestro acto de lucha y fe."