El Perú votó por el cambio
Salomón Lerner Ghitis
Aproximadamente 25 millones de peruanos debieron defender su voto para elegir al presidente del Perú, que dirigirá los destinos del país durante el periodo del 28 de julio del 2021 al 28 de julio del 2026.
Una de las candidatas, solicitó el voto de los peruanos por un cambio por el futuro y ofreció propuestas que se enmarcaron en la actual Constitución, heredada desde el año 1993 y promulgada durante la dictadura del Ingeniero Alberto Fujimori; en las condiciones que regían dicha época. Una de ellas: haberse concretado la capitulación del líder más sangriento de la historia republicana: Abimael Guzmán, presidente del movimiento terrorista Sendero Luminoso. Así mismo, salíamos económicamente de la época más inflacionaria del país, la del gobierno de Alan García, que terminó con una inflación mayor a mil por ciento y una recesión y corrupción que tuvo consecuencias catastróficas para el país.
Ahora nos ofrece más Pensión 65, construcción de 3 mil colegios, erradicar la ideología de género en la currícula escolar, perfeccionar Beca 18, un Bono de 10 mil soles a cada uno de los deudos de COVID 19, créditos con tasas preferenciales a la pequeña y micro empresa, empleo a un millón de personas, terrenos urbanizados para vivienda social, inmediata vacunación antes de finalizar el año con la mayoría de la población mayor de 18 años.
El otro candidato, considera que luego de 28 años de la Constitución del 93 ha fracasado y propone una nueva Constitución, debido a que hoy el Perú tiene 12 millones de personas en la pobreza, una población menor de 5 años con 42% de anemia y 13% de desnutrición, 35% a 40% de las escuelas públicas sin agua ni sanidad y 37% sin luz; agricultores pobres que no tienen vías de comunicación para enviar sus productos a los mercados y sin riego ni tecnologías para cosechar sus productos con mayor productividad. Una salud pública primaria inexistente, sin oxígeno para paliar los problemas de la pandemia del COVID 19 y sin suficiente capacidad de camas UCI para atender a los pacientes, donde han fallecido un número mayor a 180 mil personas. Una tributación de 14%, una de las más bajas de Latinoamérica, con una evasión y elusión del 30% en el IGV y 49% en el impuesto a la renta; 70% de los trabajadores informales, más de 300 mil de trabajadores que dependen de la minera ilegal y tala de árboles, y 180 mil sembradores de hoja de coca y cocaína.
Propone el cambio de constitución, revalorizar la producción nacional, imponer mayor tributación a la riqueza, especialmente en el sector minero, un programa prioritario a las agriculturas, créditos a la nueva y mediana empresa, salarios justos, un nuevo fondo pensionario para los trabajadores y un impulso a la inversión pública en carreteras, reconstrucción de escuelas, canales de riego y proyectos de ingeniería. Inversión en innovación, ciencia y tecnología. Prioridad en el tratamiento en la salud y educación con presupuesto suficiente para efectuar una labor de reconstrucción de dichos sectores.
Ambas propuestas apuestan al cambio, por ello, hemos votado por un cambio. El ganador dirigirá al país y orientará a 33 millones de personas a lograr su bienestar en armonía y paz.
En las últimas décadas, hemos querido privilegiar a sectores minoritarios para alcanzar el éxito, olvidándonos que todos los que conforman la sociedad peruana, tenemos los derechos de alcanzar los mismos requerimientos para la evolución del ser humano. La sociedad es la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento; su vida es posible por el trabajo. Es pues, de máxima importancia la relación del individuo y la sociedad y debemos poner todos nuestros esfuerzos en volver a relacionar al hombre peruano con su sociedad.
El Bicentenario nos hace reflexionar si la condición de la esclavitud se rompió habiendo tanta pobreza y hambre. Si estamos construyendo una sociedad de individualistas o una solidaria; la campaña que finaliza nos abre otra oportunidad para que seamos más conscientes que somos multiculturales y debemos respetarnos unos a otros.
Millones de peruanos podrán ser vencedores o vencidos, pero han podido expresar su inconformidad con el sistema y por la gran inequidad social. Se han rebelado ante un sistema que los condicionó a aceptar la corrupción para gobernar para hacer obras y a ver de cerca o de lejos la injusticia con impotencia.
Un estado que ha dejado de pensar en el bienestar de su gente para solo negociar con los poderes facticos y entregarle al pueblo migajas para callarlos.
Todos los peruanos que buscan un verdadero cambio deben unirse y que su voz y voto sean respetados con la promesa que no se volverán a olvidar de los olvidados de siempre.
El Bicentenario nos obliga a muchas conciliaciones, sin triunfadores ni vencidos, con la frente muy en alto, todos a ser ciudadanos de primera. Unidos podremos afrontar el futuro, pero aprendiendo de lo que nos dejó el pasado. Sin historia no habrá cambio ni futuro.