El IGV de Las Bambas
Carlos Bedoya
Ahora que los promineros se rasgan las vestiduras por la inviabilidad social del proyecto Tía María de la Southern en Arequipa,es bueno saber que el negocio de la gran minería en el Perú está lleno de incentivos tributarios.
Porque mientras solo se habla de los miles de millones de inversión y lo bueno que eso trae a la caja fiscal, no se saca la cuenta de lo que cobramos versus lo que deberíamos cobrar a un negocio bastante caro en términos sociales y ambientales.
Y no me refiero al fraude que las corporaciones hacen con un ejército de abogados expertos en planificación tributaria, sino a las ventajas que el propio Estado da a los inversionistas cuando se comprometen a meter determinada cantidad de plata en uno de estos proyectos. Es que la ideología que hace años domina a la tecnocracia peruana, no se satisface con entregar los recursos naturales (que no todos los países tienen por cierto), sino que además se baja el pantalón fiscal.
Al respecto, una noticia que ha pasado piola, tiene que ver con la ampliación de un incentivo tributario para el proyecto cuprífero “Las Bambas” en Apurimac, que el año pasado fue transferido de manos suizas (Glencore- Xtrata) a manos chinas (MMG), por 7 mil millones de dólares.
El gobierno escogió el feriado 1 de mayo para publicar en el diario “El Peruano”, la Resolución Ministerial N° 186-2015-MEM/DM, en la que se le da un mayor plazo a la empresa minera Las Bambas S.A. para gozar de la devolución anticipada del impuesto general a las ventas (IGV). Claro, que la norma está redactada como para que nadie la entienda. Incluso hasta el título es engañoso: “Establecen requisitos y características del contrato de inversión suscrito con la empresa minera Las Bambas”.
Este incentivo tributario que fue regulado por el Decreto Legislativo N° 973 durante el segundo gobierno de García Pérez y ampliado con Humala, establece que el impuesto generado por las compras hechas en el marco de una inversión es devuelto cuando se cumplan algunos requisitos, como que el proyecto se encuentre en etapa preproductiva. Y si bien ese es el caso de Las Bambas, ya se le había dado este beneficio en julio de 2012 por un plazo de 2 años, 4 meses y 2 días contados desde el 28 de diciembre del 2011.
Pues bien, la resolución publicada el día de los trabajadores, convierte ese periodo en 3 años, 9 meses y 2 días contados desde la misma fecha, es decir como hasta finales de septiembre de este año, periodo en el cual el IGV seguirá siendo devuelto anticipadamente con notas de crédito a Las Bambas. Obviamente se aplicará retroactivamente.
El trámite que hizo la empresa fue bastante rápido ante Energía y Minas. Nada que ver con la pobre Rosa María Palacios que tiene que patalear de alma ante SUNAT para que le fraccionen su deuda. Sobre lo primero hay aun mucha tela que cortar.
Artículo publicado el 10/5/2015 en Diario Uno.
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