Gustavo Gorriti
“El último capítulo de histeria recurrente fue cuando la fiscal entregó a sus deudos los restos de senderistas muertos en un motín carcelario, sangrientamente debelado, El pequeño cortejo de familiares y simpatizantes senderistas los llevó a un cementerio apartado en el distrito de Comas, en un conjunto cerrado de nichos que varios medios de prensa llamaron pomposamente mausoleo, y los enterraron con algunos cantos y antorchas, ninguno de los cuales proclamaba la violencia.”
