Triunfo de Pedro Castillo, celebración chola del bicentenario

Por: 

Vicente Otta R.

Ha llegado el día, ponte el alma… C. Vallejo                                                                                                                          

1.Golpe severo a la racialización de la dominación republicana. Reinterpretación del bicentenario 

Al 100 % de las actas escrutadas, Castillo logra el triunfo por 60 mil votos. La desesperación de Keiko Fujimori por aumentar las actas impugnadas y cuestionar e intentar un fraude para desconocer las elecciones, es ya estéril. 

En el año en que se celebra el bicentenario de una república, que finalmente escamoteó la justicia social de la masa indígena que constituía la inmensa mayoría de la población nacional de la época, y terminó siendo una república criolla, semi colonial por su estrecho y dependiente vínculo con España y hostil a la cultura nativa. No solo no se produjo la liberación de la población indígena y negra esclava, sino que la opresión y el despojo se acentuaron contra las masas indígenas. 

La dominación colonial y especialmente republicana tuvo como uno de sus pilares el componente étnico-racial. Estigmatizar a la población indígena como inferior, intelectualmente deficiente y carente de civilización. El estigma, usado para producir una dominación más eficaz logró su objetivo pues amplios sectores de la población dominada, particularmente mestiza asumió esta condición y vivió lleno de vergüenza y sumisión.

Tener presente que los indios pagaban un tributo a la corona española, por ser indio, pago que se mantiene durante la república, hasta 1860, como Contribución indígena y, hasta 1920, como Circunscripción vial, que era el trabajo gratuito obligatorio durante 30 días al año en obras de carretera.

En esencia, las bases de la igualdad social para los indígenas se producen recién con la Reforma Agraria de Velasco Alvarado el año 1969. Las hondas repercusiones e implicancias raciales y étnicas de los 50 años post velasquistas y su emergencia virulenta en los procesos electorales últimos, es incomprensible sin el reconocimiento de este factor de vital importancia 

500 años después, desde Cajamarca, región donde Pizarro dio muerte a Atahualpa, último gobernante Inca y se apoderó del Tahuantinsuyo, un mestizo, descendiente de la población indígena, nacido en esta región, maestro de escuela rural, ha obtenido la presidencia del Perú.  No podemos dejar de reconocer en este hecho un sentido de reparación histórica.

2. El azar en la historia y el poder de la choledad

La emergencia de Pedro Castillo hasta llegar a la segunda vuelta y obtener la presidencia del país, se ha visto preñada de una serie y decisivos acontecimientos fortuitos. En los cuales la condición de cholo provinciano ha jugado un papel significativo.

Perú Libre, el partido político que presenta la candidatura de Pedro Castillo, de origen y alcance regional, (Junín, zona central del país) tiene como mayor aspiración, al iniciar la contienda electoral, mantener la inscripción partidaria y lograr algunos curules parlamentarios. Lejos de toda aspiración, pasar a la segunda vuelta, menos aún obtener la presidencia.

Recién a finales de enero, Castillo empieza a aparecer en las encuestas, a finales de febrero está con algo más de 2% de intención de voto. Hasta esta fecha Forsyth y Lescano, candidatos de partidos derechistas, lideraban las intenciones de voto. A partir de mediados de febrero, Verónica Mendoza, candidata de Juntos por el Perú llega al 10% de intención de voto y disputa con Lescano, de Acción Popular, el segundo lugar. Castillo está en el pelotón de 2,3%. Hasta finales de marzo, Lescano mantiene la primera opción, con el 15%,  y Verónica Mendoza, Forsyth y López Aliaga disputan el segundo lugar con 10,9%, de intención de voto.

En este lapso de tiempo emerge  el factor étnico, adquiere gravitante presencia y define los acontecimientos. De un lado, Yoni Lescano, el candidato presidencial de Acción Popular, de origen puneño, mestizo y provinciano, disputa el liderazgo del partido con una corriente de mistis criollos, conocidos como los virreyes. De raigambre blanca y limeña-arequipeña, familiares del círculo íntimo de los líderes históricos de dicho partido. Este núcleo, más conservador y derechista que Lescano,  realiza todo tipo de acciones para traerse abajo esta candidatura, hasta conseguirlo. Para comienzos de abril, Lescano aparece en cuarto lugar de las preferencias. Su mayor pecado, ser un cholo provinciano que arrebata la candidatura a los blancos limeños; y en caso de ganar la presidencia, los provincianos  y cholos se hacían con el control del último partido importante de la derecha señorial peruana.

Es en esta defección de la representación chola y provinciana desde la izquierda y centro derecha, que Pedro castillo encuentra la oportunidad de oro que lo convierte en el representante que este amplio sector requería con urgencia. Obtiene el 19.09 % de la votación en la primera vuelta y se convierte en la primera fuerza y pasa al balotage de la segunda, con Keiko Fujimori, que alcanza el 13.06%, básicamente el voto duro del fujimorismo.

3. Golpe mortal al limeñismo criollo-blanco como imagen de superioridad social

Para el limeñismo centralista, asumido como identidad blanca, criolla, sinónimo de ascendencia europea, en suma, expresión de superioridad social y racial frente al conjunto del país, es una humillación insoportable tener un presidente cholo y provinciano.

Por eso, el terruqueo o la descalificación por ser un maestro de pueblo, poco preparado, que ni sabe hablar, etc. No es sino más de lo mismo, resistencia feroz a que un cholo cajamarquino, sea su presidente y los gobierne.

Los principales azuzadores eran Keiko y su entorno, pero se sumaban de modo más que entusiasta los grandes empresarios y los dueños de medios de comunicación, sus periodistas mercenarios  y un segmento importante del mundo social popular de Lima y del norte del Perú. Era un coro malévolo y potente, destilando prejuicios, mentiras y burlas crueles por doquier. Esta gigantesca maraña de ignorancia, malevaje y racismo ha sido derrotada de manera limpia y contundente.

Será una gran oportunidad para avanzar en una nueva subjetividad y un sentido de ciudadanía que se fortalece, en suma una sociedad peruana más integrada y democrática. 
La construcción de una visión racista, en un país pluricultural y multirracial como el Perú, es un prejuicio estúpido y cruel, que debe ser erradicado  de raíz.

4. La izquierda socialista como actor político de la sociedad  

La comprensible atención a la lucha por alcanzar la presidencia del país, ha dejado de lado un logro de primera importancia que ya se obtenido en lo que va de la campaña electoral: la legítima presencia de la izquierda socialista en la escena política y social del país.

Hasta antes de este proceso la izquierda socialista había quedado marginada del escenario político nacional. La feroz y recurrente campaña de terruqueo que producía las fuerzas políticas conservadoras y los medios de comunicación y fuerzas armadas, habían logrado generar desconfianza en amplios sectores de la población, en todos los sectores. De ahí que en los últimos 30 años las fuerzas socialistas no hayan podido articularse en la sociedad y se había debilitado en los medios intelectuales y culturales.

Pagó un alto precio por sus ambivalencias frente al violentismo senderista durante los años 80 y 90, y porque no ha procesado abierta y honestamente un balance autocrítico de los postulados de origen, cuando la nueva izquierda que surge en los años 60, hace de la lucha armada el sinónimo de política revolucionaria. Este reduccionismo ideológico es lo que determinó su ambigüedad y desarme frente al violentismo de las dos décadas finales del siglo XX. Aun en la actualidad este ajuste de cuentas sigue pendiente.

Las fuerzas conservadoras y reaccionarias buscaron por todos los medios liquidar la presencia de Pedro Castillo y el partido Perú Libre, tildándolos de Movadef y terroristas pero al final han logrado el efecto boomerang. Al percatarse, la ciudadanía, de que se trata de campañas calumniosas, carentes de toda veracidad, lo ha rechazado tajantemente y han permitido que la izquierda reinserte las ideas y liderazgos socialistas en la sociedad.

Desde la candidatura de Alberto Fujimori el año 1990, la izquierda estuvo de furgón de cola de candidaturas centro derechistas o de nacionalismos demagógicos, como el Ollanta Humala el año 2011. El socialismo ha vuelto a instalarse en el corazón del pueblo.

5. Crisis de la constitución fujimorista y del orden neoliberal global

La victoria del cambio no puede entenderse cabalmente sin tener presente dos factores que han sido determinantes

Uno, el agotamiento de la constitución del año 1993, impuesto írritamente por Fujimori padre. La privatización de los servicios básicos y la corrupción generalizada han tenido un efecto devastador sobre la atención de las necesidades urgentes de la población nacional. Cuando llega la pandemia sanitaria, el sistema de salud se encuentra en grave precariedad.

Cantidad de hospitales insuficientes y mal implementados, personal con salarios deficientes y desmotivados, y la corrupción que corroe al sector desde los niveles inferiores hasta el ministro del sector y presidencia de la república.

En menos de 90 días de iniciada la pandemia, el sistema hospitalario colapsa. Faltan camas UCI, oxigeno, personal especializado, etc. No es casual que el Perú sea el país con mayor número de fallecidos por millón de habitantes, en el mundo. La prueba del fracaso e ineficacia del modelo neoliberal no puede ser más contundente e ilustrativo. Si a esta ineficacia estructural se suma una corrupción galopante, podemos explicar los 200 mil muertos por Covid-19 producidos hasta la fecha.

Si a esto se añade la implementación de una emergencia sin orden ni concierto, que acentúa el hambre y falta de ingresos en millones de hogares vulnerables, tenemos una idea aproximada de su terrible impacto en la sociedad, y su creciente rechazo.

Estas carencias flagrantes determinan la ausencia de discurso propositivo de una derecha engordada hasta la obscenidad, políticas que ante su flagrante fracaso son resistidos y rechazados cada vez más por la población.

Dos, sobre este descrédito generalizado es que una gran mayoría de peruanos buscan una alternativa de cambio. Esto incluye una revisión de la actual constitución, pero en primer lugar y urgente, la atención de la emergencia sanitaria, del hambre y los ingresos.

La pandemia se ha convertido en plebiscito del sistema neoliberal global. El neoliberalismo ha mostrado una absoluta orfandad e ineficacia del Estado que mercantilizó las urgencias de la población. Salud, educación, vivienda, seguridad, dependen completamente de que haya o no dinero para comprarlas en el mercado. Los millones de pobres carecen de recursos para adquirirlo, por eso sobre ellos se abate la muerte y miseria.

El giro de Perú hacia la izquierda, el probable retorno de Lula a la presidencia en Brasil, el regreso del MAS al poder en Bolivia, la mantención de Fernández en Argentina y López Obrador en México, y la militancia heroica de Cuba y Venezuela, auguran nuevos vientos en el mediano plazo, y el reemplazo del neoliberalismo por políticas de justicia social y auténtica democracia.

6.El riesgo de un presente griego como gobierno

Varios elementos configuran un escenario de alto riego para el gobierno entrante. A la urgencia sanitaria, el hambre y desempleo, que exigen atención de máxima urgencia, hay que sumar el boicot y sabotaje de los derrotados de esta jornada, y de sectores mafiosos y criminales que se han insertado en áreas de actividades empresariales legales, que ven con malos ojos un gobierno que quiere poner justicia, orden y legalidad en las actividades económicas y sociales.

Tener presente que, en el corto plazo, estamos ante un escenario internacional en que las fuerzas reaccionarias han logrado avances en los últimos años, en tanto que las fuerzas del progreso han sufrido retrocesos. Se ejemplifica en el desarme de la UNASUR, debilitamiento del ALBA, y en la formación del denominado conservador Grupo de Lima, que ha tenido como país líder y anfitrión al Perú. 

Este cuadro debe completarse con la mención de la presencia gravitante de las fuerzas del narcotráfico muy ligadas al clan Fujimori y los esfuerzos de EE.UU por mantener el control de América Latina, y la desesperada contención del ocaso de una hegemonía que pierde aceleradamente en favor de un mundo multipolar, impulsado por China y Rusia.

El nuevo gobierno enfrentará un panorama por demás complejo y de riesgos diversos a cada cual mayores. Una política de convocatoria amplia, alta eficiencia, gran responsabilidad social y de honestidad y transparencia, serán los factores claves para tener el gobierno que el Perú y su población requiere.

El estado Pluricultural y Descentralista, es más urgente que nunca.