"Es urgente abrir un debate público, lo más amplio posible, sobre las políticas del Gobierno de coalición y su modo de ejercerlas"
"Que Iglesias hable ahora de que una cosa es el Gobierno y otra cosa es el poder, hay que tomárselo con cierta distancia. Él sabe esto desde siempre. Si lo saca ahora, es porque está mandando un mensaje a su gente, a su base social, a la militancia"
"La separación entre clase política y la ciudadanía se acentúa; el conflicto en el Gobierno las hace aún más explosivas y se deja abierto un espacio político inmenso"
Pablo Iglesias
Manolo Monereo
Laura Arroyo Garate
El gobierno de coalición que acaba de investirse en España tiene por delante no sólo un reto enorme. Tiene ahora, en sus manos, la posibilidad de revertir una década perdida por las políticas de austeridad como mantra, la precariedad como su consecuencia y la inseguridad vital como cotidianidad para las mayorías sociales.
Laura Arroyo Gárate
Laura Arroyo Gárate - Desde Madrid
Pedro Sánchez, llamaba a Pablo Iglesias, para decirle que su última oferta era un punto final en las negociaciones. “Lentejas, o las tomas o las dejas”. Desde ese momento el ambiente se torció.
Laura Arroyo Gárate - Desde Madrid
Elsa García de Blas/Javier Casqueiro/El País
Pablo Iglesias no quiere dar por rotas las negociaciones con el PSOE ni por fallida la investidura de Pedro Sánchez que se vota la semana próxima. Ahora bien, el líder de Unidas Podemos no está dispuesto a ceder en su pretensión de un Gobierno de coalición ni en que él deba formar parte de ese gabinete.
Elsa García de Blas/Javier Casqueiro
Laura Arroyo Gárate
En esta España que se encuentra en precampaña el juego limpio sigue reinando por su ausencia. Esto no va de Podemos, sino de la democracia Española. Esto no va de Pablo Iglesias, sino de defender que los votos de los y las ciudadanas valgan más que las tramas de corrupción que con los recursos del Estado quieren decidir el futuro de un país al margen de lo que digan las urnas.
Laura Arroyo Gárate
Laura Arroyo Gárate
Nunca a la derecha se le ha hecho tan difícil responder a las fuerzas progresistas. Una cosa era apostar, junto con los parlantes mediáticos de la derecha, por tumbarse a uno o cuatro ministros por las razones que fueran, y otra decir sin ningún tapujo que se oponían al aumento del salario mínimo.
Laura Arroyo Gárate