La escalada en el Caribe, a propósito de la lucha antidrogas
Ricardo Soberón Garrido
Desde su aparición en 1971 y luego en 1989, la “Guerra contra el Narcotráfico” siempre estuvo predispuesta a cierto uso político para el logro de ciertos fines geopolíticos según cada administración: desde Nixon, Reagan, Clinton, el propio Obama y ahora Trump en sus dos versiones. Esta situación fue particularmente evidente en los países de la región andina y en México, donde se han vivido todo tipo de incidentes, operaciones policiales y militares extraterritoriales, interferencias domésticas, asistencias condicionadas, los procesos anuales de certificación antinarcóticos, la extradición de ciudadanos, esfuerzos de erradicación infructuosos entre otros.

Pero lo que está ocurriendo ahora, excede los límites de lo permisible. La campaña electoral del 2024 en EE. UU giró en torno a un nuevo enemigo: el migrante narco terrorista que dio como fruto el rotundo éxito político de Trump sobre Harris. Ya en el poder, empezó una andanada de Ordenes Ejecutivas, seguidas de acciones de retaliación diplomática en Panamá, Argentina, Honduras, El Salvador, México y Colombia, para obligarles a cierto tipo de proceder en su política de seguridad y de drogas. Adicionalmente, EE. UU firmó acuerdos de “tercer país seguro” para la recepción de migrantes expulsados, con El Salvador, Panamá, Costa Rica, Belice y El Salvador.
En realidad, se entremezclan intereses específicos en materia de drogas y otros más amplios. Es el caso de las acusaciones por tráfico de cocaína a través del denominado “cartel de los soles” en Venezuela y a la certificación condicionada y la posterior suspensión de asistencia a Colombia. La existencia de dicha organización es puesta en duda por propios mercenarios norteamericanos1. A ello se suman otros intereses geopolíticos más relacionados a la creciente avidez norteamericana por los recursos naturales (Guyana) o competencia por simples intereses comerciales (Brasil).
Luego, las amenazas se hicieron más concretas a modo de un false flag: declaración como organizaciones narco terroristas2, las sanciones generales contra países y altos dignatarios en Venezuela3 y Colombia4, los amenazantes tweets y declaraciones de funcionarios de la Casa Blanca como Marco Rubio o Pet Hegseth. La verdad es que ningún documento de UNODC, la ONU o el NIDA aceptan la premisa del “narco estado”, para el caso venezolano. Asimismo, se produjeron diversas formas de rechazo en diversas instancias colectivas internacionales, desde la ONU, los BRICs, los No Alineados, CELAC, ALBA y CARICOM.
El despliegue de unidades militares diversas se convirtió en un peligroso paso dado por los EE. UU.: desde cruceros, buques anfibios, un submarino nuclear en los límites marítimos, hasta los diez los aviones F- 35 en Puerto Rico que realizaron acciones cerca de los límites con Venezuela, fue seguido de la declaración al Congreso de estar en conflicto armado contra los carteles5, es decir, un casus belli que entre otras cosas afecta las economías pesqueras de varios países caribeños. Hasta que llegaron las primeras acciones militares letales en aguas internacionales a través del uso de bombas aéreas contra embarcaciones sospechosas, que hasta la fecha llevan más de 30 fallecidos, configurando verdaderos asesinatos extrajudiciales. Vale la pena señalar que desde hace diez años el Comando Sur venía realizando en el Caribe operaciones de interdicción marítima con procedimientos totalmente distintos: vigilancia, interdicción, incautación, detención y enjuiciamiento. Esa situación alimenta la hipótesis sobre la ilegalidad de las medidas de Trump´.
Luego la escalada aumentó el 15/10 con el anuncio de próximas operaciones encubiertas en tierra por parte de la CIA6. La dimisión del jefe del Comando Sur, Almirante Alvin Holsey, por supuestas diferencias con la política hacia Venezuela7. En el último incidente de ataque militar se acusa a EE. UU. de haber disparado contra inocentes, incluidos dos sobrevivientes, un ciudadano colombiano y otro ecuatoriano, este último sin ninguna evidencia de haber cometido un delito8. ¿Riesgos de una intervención militar mayor? Si por supuesto, se produjeron anuncios a ciudadanos norteamericanos en Trinidad y Tobago9. Aunque se descarta una intervención militar terrestre por los diversos riesgos, el escenario más factible es el de una recurrente interdicción policial y militar alrededor e incluso dentro de Venezuela, que puede originar incidentes muy peligrosos.
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1 https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/10/20/venezuela-mercenario-a...
2 https://www.whitehouse.gov/presidential-actions/2025/01/designating-cart...
3 https://www.state.gov/nicolas-maduro-moros
4 https://apnews.com/article/trump-petro-colombia-drugs-us-aid-c3955b2ce35...
5 https://www.swissinfo.ch/spa/trump-declara-en-carta-al-congreso-que-eeuu...
6 https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2025-10-16/trump-...
7 https://www.nytimes.com/2025/10/16/us/politics/southern-command-head-ste...
8 https://apnews.com/article/ecuador-strike-caribbean-trump-fentanyl-colom...
9 https://apnews.com/article/trinidad-us-embassy-alert-warning-strikes-ven...
