Conocidos contra desconocidos

Por: 

Rudecindo Vega Carreazo

La criminal campaña electoral que viene

El 2026, entre abril y octubre, renovaremos todas las autoridades electas de los 3 niveles de gobierno, es un año clave para nuestra sobrevivencia democrática nacional. Tendremos 7 elecciones nacionales: presidencia, senado, diputados, parlamento andino, en abril y; regionales departamentales, municipales provinciales y municipales distritales, en octubre. Padeceremos una inaudita confrontación, muy dispersa, confusa, violenta, de todos contra todos. El exceso de partidos y candidatos en pugna, sin identidad ni propuestas, es un concurso de egos. Será una confrontación entre partidos y políticos conocidos que están en el congreso, gobierno o son su apoyo y; un sin número de partidos nuevos y desconocidos. Programas, doctrina, ideología, son pasado; más que derechas, izquierdas o centros, las elecciones del 2026 enfrentarán a la clase política y sus partidos gobernantes con la clase política de los nuevos partidos recién inscritos. Conocidos contra desconocidos; la última encuesta de IPSOS muestra ello, sólo aparecen los conocidos y, en el rubro otros, los nuevos desconocidos.

Los políticos y partidos conocidos gobernantes son Keiko con Fuerza popular, Acuña con APP, Cerrón con Perú Libre, López Aliaga con Renovación Popular, Avanza País, Acción Popular y sus “niños”, con el apoyo de Podemos, Somos Perú y el Bloque Magisterial. Ellos son el soporte y apoyo de Dina y responsables del 95 % del desprecio ciudadano hacia el gobierno; han destruido la democracia, economía, dignidad y moral nacional. Hay 2 partidos que no son gobierno: Juntos por el Perú, aliado de Antauro y el Partido Morado que perdió a sus 3 congresistas. A ellos se suman 2 partidos históricos que han logrado su reinscripción: APRA y PPC y; Nuevo Perú de Verónica Mendoza. Son la clase política conocida, la que por acción u omisión han ocasionado o permitido el “desgraciamiento” nacional. 10 partidos aupados en el gobierno y 3 distantes y críticos a él.

Luego de la exclusión judicial del partido ANTAURO, de 40 partidos inscritos, 27 son nuevos, todos desconocidos, algunos tienen líderes con pasado conocido no siempre bueno. El 2/3 de partidos inscritos, por ahora, son desconocidos y 1/3 son conocidos. Peor aún, existen otros 33 nuevos partidos (cifra que puede incrementarse) igualmente desconocidos, que están tramitando su inscripción en el JNE y con posibilidades de lograrla y; una centena de partidos regionales y locales llamados movimientos. La pulverización política electoral es terrible, los ciudadanos informados o no, se perderán en un laberinto de columnas, filas, siglas, nombres, colores y símbolos. Si los partidos desconocidos no generan alianzas, convocan líderes reconocidos, serán animadores del “baile de los que sobran”, una bulliciosa comparsa favorable a la reelección de la mafiosa coalición gubernamental.

Las elecciones del 2026 tienen la legislación política electoral en beneficio de las organizaciones y políticos conocidos que gobiernan, está aprobada para garantizar su reelección. Además, tienen controlado el sistema judicial para beneficiar a sus organizaciones y perjudicar a sus adversarios y, el sistema electoral para autorizar sus candidaturas y tachar o eliminar a sus rivales. Hace una semana la SAC del congreso aprobó otra acusación constitucional que vuelve inhabilitar a Vizcarra por 10 años e inhabilita a Salvador del Solar y Vicente Zeballos, ex premieres, por 5 años, por la disolución del congreso del 2019. Ayer, la Corte Suprema, resolvió anular la inscripción del partido ANTAURO.  A los 3 potables candidatos sacados de carrera (Antauro, Vizcarra y Del Solar) hay que añadir otros 2 que están en la mira, con investigaciones para inhabilitarlos desde el congreso: Sagasti y López Chau. La mafia gubernamental organiza su reelección, no desea competencia, busca exterminar rivales, no desea correr ningún riesgo.  Como ocurre en las tiranías, además de la normativa a su favor, control de las instituciones judiciales y electorales, persiguen, inhabilitan y exterminan potenciales candidatos con aceptación. La mafia quiere jugar sola y enfrentarse a un enjambre confuso de partidos minúsculos y desconocidos.

La campaña electoral será criminalizada, harta violencia entre criminales y de estos contras inocentes, no será pacífica. La violencia criminal que azota el país, masificada en las calles e institucionalizada en el estado y los 3 niveles de gobierno no quiere dejar el poder, tiene todo organizado para continuar y reelegirse. Esas mafias representan a las economías criminales (minería ilegal, narcotráfico, trata de personas, corrupción, tala ilegal, tráfico de flora y fauna, contrabando y crimen organizado), han llevado el sicariato y extorsión al congreso y gobierno, para garantizar su sobrevivencia, protección de sus juicios, por sus negocios y enjuagues a costa del país. Desplegaran una campaña violenta, criminal, con sicarios y extorsionadores a nivel nacional. Los políticos, partidos y ciudadanos deberíamos tomar como terribles advertencias las últimas elecciones de Ecuador (el crimen organizado asesinó al candidato presidencial Fernando Villavicencio), Nicaragua (la dictadura orteguista encarceló una docena de candidatos, eliminó partidos, desterró o encerró opositores, dirigentes, religiosos y personalidades) y Venezuela (existe una maquinaria estatal y social organizada para reelegirse aun perdiendo). Nuestras autoridades no pondrán orden, están vinculadas al crimen y las organizaciones criminales. Las 7 elecciones del 2026 se anuncian violentas, sangrientas, para desgracia ciudadana. Los peruanos debemos exigir misiones de observación electoral, internacionales y nacionales, además de protección a candidatos, partidarios y organizaciones políticas.

Las elecciones del 2026 también serán logísticamente inviables, solo la cédula de votación es un gran problema para la realización normal de estas; una sola cédula, con el diseño conocido y más de 40 partidos, por ahora, tendría el tamaño de una pancarta impresa por ambos lados, imposible hasta para los más experimentados. La ONPE viene proponiendo retirar las fotos de los candidatos presidenciales y tener dos cédulas de votación, es claro anuncio que las elecciones serán muy complicadas para elegir, contar votos y llenar actas. Denuncias de irregularidades, fraude, enfrentamiento y pedidos de anulación y nulidad de elecciones van a ser lo más común. Por otro lado, se imaginan si varios partidos acreditan a sus personeros en una mesa, será un mercado, faltarán aulas y el escrutinio será interminable. Los políticos y partidos conocidos que gobiernan el país, justamente buscan ese escenario, para reelegirse. Más confusión electoral, más posibilidades para que continúen gobernando.

En esas condiciones, los líderes y partidos nuevos y desconocidos deben sumar esfuerzos, procurar alianzas, que permitan hacerse un espacio en la escena nacional, con la misma legislación política electoral parcializada y los sistemas de justicia y electoral intervenidos, se puede dar batalla y vencer. Quedan 5 meses para sosegar los egos pensando en el país y promover esa unión de voluntades que nos permita recuperar nuestra patria de las manos de los conocidos criminales que gobiernan y van por su reelección. Recuperar la democracia, reactivar nuestra economía, revivir nuestra república asesinada y salvar nuestra dignidad y moral nacional deberían ser nuestras prioridades inmediatas. Es nuestro derecho ciudadano y, sobre todo, nuestro deber patriótico.