En nuestro infodiario No 147 llamado “La historieta de los Pishtacos” resaltamos que más allá de lo absurdo de una noticia como la difundida, lo que más indignaba y llamaba la atención fue la velocidad y seriedad con la que el mismísimo Ministro del Interior,

Octavio Salazar, confirmó que la banda de traficantes de grasa humana existía y que, contradiciendo  toda confirmación médica, se trataba de un negocio rentable.El ministro en cuestión sigue al mando de la cartera del interior, pese a que la reciente noticia es solo una raya más al tigre de desaciertos que ocurren dentro de este ministerio.
Basta recordar el Baguazo el 5 de junio de este año, o la estrategia a todas luces fallidas por enfrentar el narcoterrorismo en el VRAE para que notemos la importancia de contar con un Ministerio del Interior que tenga a la cabeza del sector a un político capaz de gestionar efectivamente este sector. Es evidente la falta de un plan estratégico y articulado para hacer frente a tres temas específicos como son el crimen organizado, el terrorismo y un plan articulado para garantizar seguridad ciudadana. Sin embargo, en lo que va de este segundo gobierno aprista, podemos notar la falta de voluntad política por reformar este sector, para lo cual se necesita políticos eficientes al mando. Hagamos memoria.
Pilar Mazzetti: La ex ministra Mazzetti solo duró en el cargo más de 7 meses y se le reclamó desde el inicio la inexperiencia respecto al sector. El motivo de su salida se debió a un escándalo en la compra de patrulleros sobrevalorados para la Policía. 
Luis Alva Castro: Las primeras observaciones a su designación se debieron a, nuevamente, su desconocimiento sobre el manejo del sector. La ineficiencia de este ex ministro se evidenció nuevamente con el tema de patrulleros sobrevalorados, pero con el aval del partido de gobierno pudo pasar el obstáculo. Por otro lado, fue incapaz de actuar políticamente, y no solo policialmente, para resolver el Moqueguazo en junio del año pasado. Fue removido del cargo cuando la comunicación constante con Fortunato Canaán, y las visitas a la suite del Country Club, lo vincularon con el faenón.
Remigio Hernani: Este ministro solo duró cuatro meses en el cargo. Lo más saltante de su gestión fue el desalojo del bosque del POMAC que, como recordamos, fue un desastre ya que dos policías fallecieron por ser enviados sin el menor conocimiento de contra quiénes se enfrentaban y en qué condiciones. Este ministro, además, salió del cargo con una serie de denuncias debido a sus rivalidades policiales.
Mercedes Cabanillas: Esta fue la Ministra del Interior durante el Baguazo, pero más allá de su incapacidad de actuar respecto a este tema, indigna su negación a admitir cualquier responsabilidad. A ello le sumamos las declaraciones desafortunadas que otorgó a La República (ver aquí) sobre los indígenas amazónicos y, nuevamente, la inexperiencia en los temas de este sector para notar que su designación no fue afortunada.
Octavio Salazar: Este es el último ministro de esta saga de inexpertos que se mantiene en el cargo pese a que entre las perlitas que nos ha brindado, tenemos por un lado, las ridículas declaraciones sobre la banda de los Pishtacos y, por otro lado, la falta de una investigación creíble sobre la existencia de un escuadrón de la muerte en Trujillo. ¿Hasta cuándo Salazar seguirá en el ministerio? 
Como vemos, el MININTER sigue a la deriva debido a la falta de voluntad política del gobierno por reformar el sector. Es preciso reformar la Policía para que la seguridad ciudadana deje de ser un tema abandonado y, por otro lado, redefinir su objetivo que, actualmente, se orienta únicamente a reprimir. ¿Será acaso que el gobierno quiere tener títeres e ineficientes en el MININTER pues sus noticias tienen considerable repercusión?