La transición inconclusa

Otra Mirada ha dado inicio a un ciclo de publicación de textos que contribuyan a generar espacios de debate, discusión y reflexión en diversas áreas.

Este esfuerzo ha tenido como resultado la publicación del libro del educador David Roca Basadre titulado “Sobre el programa ‘Una laptop por niño’ del Ministerio de Educación y la mitificación de las nuevas tecnologías de la información” y el libro de Alberto Adrianzén, “La transición inconclusa”.
Este segundo libro fue presentado el jueves 14 del presente mes en el Colegio Médico del Perú y contó con la presencia de reconocidos intelectuales peruanos. A raíz de esta presentación, Michel Azcueta, ex alcalde de Villa el Salvador, nos ha hecho llegar un comentario que publicamos a continuación junto con la respuesta de Alberto Adrianzén, autor de “La transición inconclusa”.
Con esta publicación, contribuimos al debate y reflexión sobre los procesos sociales y políticos ocurridos en nuestro país.
Comentario de Michel Azcueta: Preocupación por un silencio imperdonable
Fuimos muchos los que asistimos a la presentación del libro de Alberto Adrianzén “La transición inconclusa”, dada la importancia de la reflexión sobre los procesos sociales y políticos vividos en el Perú desde los años 70 a la actualidad. Aparte de la propia obra, la gran acogida que tuvo la convocatoria animaba a fortalecer espacios de diálogo y de debate que estaban asegurados por el nivel de los panelistas Eduardo Ballón, Nicolás Lynch, Alejandra Alayza, que se vieron acompañados por prácticamente todos los intelectuales progresistas y de izquierda y por casi todos los políticos de izquierda y de partidos democráticos ligados a la transición, especialmente Acción Popular de Valentín Paniagua, cuyo gobierno de transición era uno de los aspectos analizados en el libro de Alberto Adrianzén.
Definitivamente, el ambiente y las reflexiones de los panelistas y del propio Adrianzén al comentarlas, confirmaron las expectativas y lograron lo que realmente se buscaba ya que no fue, en ningún momento, una letanía de alabanzas a la obra que se presentaba sino, como auténticos analistas y como amigos sinceros, aportaron todos ideas nuevas y señalaron los vacios que, según su punto de vista, aparecen en el trabajo.
Bueno, aquí viene mi preocupación, relacionada sola y exclusivamente con la presentación ya que todavía no he leído el libro de Alberto Adrianzén: ninguno de los cuatro panelistas, al referirse a ese ya no tan corto período de la historia moderna del Perú, a las décadas de los 70, 80, 90, al gobierno dictatorial  de Fujimori, a la crisis de los partidos, al papel de las Fuerzas Armadas, etc., ninguno de ellos, en ningún momento, lamentablemente, mencionaron siquiera de pasada, a la violencia y al terror vividos en esos años, ni a Sendero Luminoso y su nefasto rol en las muertes, en el debilitamiento de las organizaciones sociales, en el aumento del temor a la militancia política, etc. etc. Pasaban los minutos y esperaba que alguno de ellos lo mencionara…pero no fue así…Un olvido imperdonable.
Acaso se puede entender las actitudes de Fujimori sin la violencia senderista? Acaso no se relaciona con el poder que adquirió la cúpula militar? No es cierto que la alianza de Fujimori con los sectores populares fue posible precisamente por el terror existente en esos años? La Comisión de la Verdad no se formó para evaluar la crisis económica y el modelo neoliberal sino para esclarecer las causas de la violencia y del terror. Inclusive, uno de los factores del fin de Izquierda Unida, no el único, fue la interpretación del fenómeno senderista y de la violencia política en el Perú y la relación interesada que se construyó como imagen que todavía perdura, entre una propuesta de izquierda y el senderismo terrorista…
Es increíble que se haya dado esa omisión, ese olvido y, lo que es peor, no es la primera vez. No es una cuestión personal pues conocemos la clara y valiente posición asumida, en años difíciles, por Alberto Adrianzén, Eduardo Ballón y Nicolás Lynch en relación a Sendero Luminoso y a la violencia y el terror. Eso está fuera de duda…pero por qué, una vez más se cayó en esa terrible omisión? Qué nos pasa a todos aquellos que somos de izquierda y progresistas al tocar estos temas? Por qué dejamos que sea Vargas Llosa el abanderado del Museo de la Memoria? Por qué nos olvidamos que Fujimori ha sido condenado no por el modelo económico neoliberal ni siquiera por todo lo que robó ni por el autogolpe de Estado sino por la violación de los derechos humanos y alentar asesinatos en medio de una violencia política? Es realmente preocupante…Más aún, cuando pretendemos entender la actitud del pueblo, de los sectores populares, en su relación con el Estado, con el poder, con los partidos políticos, sabiendo lo que ha pesado y pesa en ellos la violencia y el terror vividos en las décadas pasadas…
Ha sido una omisión, un olvido…estoy seguro que Eduardo Ballón, Nicolás Lynch, Alejandra Alayza y, sin lugar a dudas, Alberto Adrianzén van a reflexionar nuevamente sobre ello y nos ayudarán a comprender mejor qué nos pasa en la izquierda peruana y qué pasa al interior de los sectores populares que avanzan en sus objetivos de democratización de la sociedad y del Estado.
Michel Azcueta
 
Respuesta de Alberto Adrianzén
Estimado Michel:
En primer lugar, gracias por tu carta y por tus comentarios. Creo que el debate siempre es bueno y ayuda a aclarar malos entendidos. Sin embargo, te quiero decir que me extraña que hagas un comentario tan extenso sobre la presentación de mi libro (La  Transición inconclusa) sin haberlo leído. En el libro encontraras varias referencias sobre Sendero Luminoso (SL).
De otro lado, no comparto mucho el tono de tu carta. Si bien creo que fue un error no mencionar a SL en la presentación, calificar ello de “silencio imperdonable” me parece, sinceramente, un poco exagerado. En todo caso lo que sería más pertinente es reflexionar y preguntarnos por qué hoy existe lo que tu calificas como “silencio imperdonable” respecto a SL. Tampoco comparto el otro calificativo de “increíble”. También me parece exagerado.
En todo caso mi libro no está dedicado a estudiar a SL sino más bien los últimos 40 años de historia política en el país, en especial al fujimorismo, y  las transiciones en todos esos años. En ese contexto, los énfasis que uno puede poner son distintos.
Si queremos entender las transiciones en el Perú y al fujimorismo, tan importante es Sendero Luminoso como lo fue el fracaso de la Izquierda Unida, del  gobierno aprista, la caída el Muro de Berlín, la crisis económica, el comportamiento de los sectores populares, el surgimiento de los independientes, etc. No niego con ello la importancia que, lamentablemente, tiene hasta ahora S.L. Lo que ocurre es que de tanto hablar sobre SL nos olvidamos de otros factores también importantes. Por ejemplo, yo sostengo que el surgimiento de SL (además de las muertes y la destrucción del mundo popular que ocasionó y provocó) les planteó a las FFAA y, también, a la democracia, un serio problema que se resume, siguiendo a Alfred Stepan, en lo siguiente: en un abierto conflicto entre las altas responsabilidades políticas que tenían los militares (ellos combatían al terrorismo) y las bajas prerrogativas políticas que tenían en esa guerra. Este conflicto se resolvió con el golpe de estado del cinco de abril de 1992 y con la implantación de un régimen civil-militar. Tan importante era Alberto Fujimori como lo fue Vladimiro Montesinos esos años. Lo que te quiero decir es que el accionar de SL que ocasionó violencia y  terror, así como miles de muertes,  el debilitamiento de las organizaciones sociales, el aumento del temor a la militancia política, etc. etc., como bien dices, debe ser analizado en toda su complejidad. La existencia de SL no debe ocultar otros procesos, así como los errores que cometieron muchos y menos ser una suerte de único factor explicativo.
Comparto tu preocupación respecto a que sea hoy Mario Vargas Llosa y no gente progresista quien encabece la construcción del Museo de la Memoria. Solo me queda decirte que ello debe ser motivo también de una profunda reflexión que tiene mucho que ver con el impacto, negativo por cierto, del accionar de SL, pero también con la incapacidad de la izquierda y del progresismo en general de ser profundamente autocríticos, además de saber defender sus ideas. Lo que ha pasado todos estos años es que muchos se olvidaron que fueron de izquierda guardando, como dices, un “silencio imperdonable” que terminó en un espiral del silencio. Por mi parte, siempre he dicho, más allá de toda dificultad por definirlo, que me considero un hombre de izquierda y socialista, y que siempre defenderé esas causas por más problemático que ello sea.
Espero que estas líneas te hayan aclarado cuando menos mi “silencio” en la presentación. Me encantaría, sinceramente, recibir tus críticas una vez que hayas leído el libro.
Finalmente, aprovecho esta carta pública para agradecer una vez más a Otra Mirada por la publicación de este libro, a los comentaristas, así como la asistencia generosa de todas y de todos a la presentación del mismo. 
Abrazos como siempre,
Alberto Adrianzén M.

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