La solidaridad como clave para atender los desastres
Francisco Pérez García
ENTREVISTA a Sergio González embajador de Cuba en el Perú
“Enviamos a nuestros médicos por solidaridad y porque estamos en la capacidad de hacerlo” Así resume Sergio González, embajador de Cuba en el Perú, la decisión de su gobierno de destinar a una brigada de 23 profesionales en salud para brindar atención médica en las zonas afectadas por los desastres producidos en los últimos meses, que han dejado más de 100 muertos y un millón de personas damnificadas.
El Ministerio de Salud (MINSA) de Perú informó este sábado que la titular del sector, Patricia García, se reunió con González y el grupo de especialistas en epidemiología que forman parte de la brigada internacional “Henry Reeve”. El equipo médico inició sus labores el último domingo 02 de abril en Piura, una de las regiones más impactadas por los desbordes y huaicos.
Días antes, Otra Mirada conversó con el representante diplomático de Cuba en nuestro país, quien nos dio detalles del apoyo enviado. Además tuvimos la oportunidad de conocer algo más sobre el trabajo de prevención y el sistema de defensa civil del país caribeño, ubicado en un territorio donde los huracanes y tempestades llegan seguidos y cómo han logrado minimizar los daños.
La brigada Henry Reeve
Reeve fue un brigadier estadounidense que llegó a Cuba en el año 1870, con tan solo 19 años, como parte de una expedición. Sin embargo, se quedó en la isla y formó parte del ejército cubano de liberación durante la guerra por la independencia del imperio español. Falleció en 1876 al caer en una emboscada realista en Matanzas. En su memoria, Fidel Castro crea una brigada médica internacional en el año 2005 colocando el nombre de este insigne soldado de la independencia cubana.
“Cuando fue el huracán Katrina, enviamos más de 1000 médicos cubanos a Estados Unidos para apoyar en las labores de atención médica. Pero el presidente Bush rechazó la oferta”. Así recuerda González la fecha de nacimiento del contingente, que fue creado en septiembre del 2005.
Dentro de este equipo existe una Brigada Médica Especializada en el enfrentamiento de desastres y graves epidemias, que hoy está en Perú y que está conformada por 23 profesionales relacionados al sector salud.
“El 24 de marzo enviamos el ofrecimiento al presidente (Pedro Pablo) Kuczynski en Lima y también en el consulado de Perú en La Habana. La brigada está conformada por 11 médicos (5 generales, 2 epidemiólogos, 1 pediatra, 1 médico clínico, 2 gineco obstetras, 1 psiquiatra), 5 enfermeras, 5 licenciados en higiene y epidemiología y un administrativo”, nos comenta el embajador.
Cada uno de los integrantes del equipo lleva dos mochilas con 50 kilos de medicinas para atender a 20 mil personas en un mes.
¿Y por qué envían a los médicos a Perú y por qué lo han hecho en otras oportunidades en otros países?, preguntamos. Y González responde con un nada disimulado orgullo, “Lo hacemos porque podemos. Porque tenemos el personal necesario y porque somos conscientes que debemos ser solidarios con los demás países, retribuyendo un poco el apoyo que nos dieron en diversos momentos de nuestra lucha por la independencia y la revolución”.
Para González, es importante también la formación del personal médico cubano en “la primera instancia de lo que es un médico: la atención a las personas, la salud de la gente. No como otros que primero se atienden el bolsillo y después ven al paciente”.
Así mismo, el diplomático deja en claro que si bien el apoyo es por un mes, queda abierta la posibilidad de permanecer el tiempo que se requiera en la zona de emergencia e incluso “si se necesita traer más médicos, los traemos, sin perjuicio de la atención en salud del pueblo cubano”.
LA PREVENCIÓN Y MANEJO DE EMERGENCIAS
Cuba, se encuentra ubicada en una zona que es golpeada por huracanes y tormentas tropicales. Sin embargo, lo que para muchos países significa un momento de pérdida de vidas, para los habitantes de esta isla es el momento propicio para demostrar la efectividad de un adecuado sistema de defensa civil. Durante la llegada del huracán Matthew, en 2016, que afectó a varios países caribeños, incluso a la Costa Este de Estados Unidos los muertos se contaban por cientos en distintos lugares, pero en Cuba, el resultado fue de cero vidas humanas perdidas.
¿Cómo funciona el sistema de prevención y alerta?
Se parte del principio humanista. Ante los desastres, la primera cuestión es salvar vidas. Que no haya muertos es lo primordial y también hay que proteger luego el ganado y la agricultura, que es importante para la población, que es su fuente de ingreso. En 1968 sufrimos un ciclón que costó más de mil vidas. Ahí empezaban las primeras medidas de la revolución, pero no alcanzó a todos a tiempo y no estaba la infraestructura para enfrentar el desastre. Luego de eso se ejecutaron programas mejor implementados.
¿Y cómo funciona el sistema de alerta y las acciones frente al desastre?
Hoy los pronósticos son cada vez más acertados. En la Universidad de La Habana tenemos una carrera de meteorología, tenemos expertos en la materia. Nuestros radares detectan la amenaza con una anticipación de al menos cinco, siete días. Y ahí empieza nuestro sistema. Evacuamos a la población que puede ser afectada, la llevamos a los refugios bajo tierra y cada refugio cuenta con las provisiones necesarias.
Hay otro aspecto: Prevención. Se remonta al momento de la fabricación de una vivienda. Los edificios nuestros son cada vez más fuertes. Hay un programa diseñado por escrito, hay un sistema de defensa civil que funciona y que se basa en la solidaridad. Hay una fase de recuperación.
Todo funciona por decreto. Nuestros edificios y viviendas son cada vez más fuertes. Y aquí la organización popular es importante, en una cuadra -por ejemplo- hay al menos dos o tres viviendas preparadas y que son un punto de refugio para los habitantes de otras casas que no están fortalecidas. Y la gente sabe que tiene que ir ahí, y no hay preocupación del tipo “no dejo mi casa porque me van a robar”. El cubano sabe que si deja su casa no hay peligro, confía en su gobierno cuando toma el control y cuidado de su zona.
¿Y cuándo pasa el desastre, qué es lo que sigue?
Todo está previamente preparado y funciona toda la cadena… esa es la clave. Ahí empieza la recuperación. Tenemos brigadas preparadas, que una vez que pasa el efecto, sale inmediatamente a levantar postes de electricidad, de teléfono, a reconstruir lo que ha caído.
CUBA Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
El gobierno cubano es consciente que el cambio climático es una realidad y está aquí para quedarse. Y es muy crítico, frente a posiciones como la del mandatario estadounidense Donald Trump, quien por decreto ha anulado cualquier acercamiento a este tema.
“La naturaleza le está pasando factura a la humanidad por el daño producido… y parece que se lo cobra con los más pobres. Hay opiniones distintas, pero negarlo (el cambio climático) es un ejercicio absurdo. Los hechos cada vez más lo desmienten. La fuerza, intensidad y periodicidad de los fenómenos es creciente”, puntualiza González.
Por ello, asegura “Cuba “planta bandera” a cualquier lugar que va y dice que tenemos que enfrentar el cambio climático, prevenir el daño, tomar acciones”.
Así culminamos esta conversación y nos queda la idea fuerza que hoy se vislumbra en el país: la solidaridad como la clave para las acciones tras la emergencia. Pero sobre todo algo que hoy adolecen nuestras autoridades: la capacidad de prevenir y actuar de forma planificada para evitar los efectos negativos que hoy enlutan a nuestro país y que se repite todos los años de manera más fuerte.
Añadir nuevo comentario