La Ley de la gravedad

Por: 

Víctor Caballero Martin

Todo lo que sube tiene que bajar por la ley de la gravedad. No solo lo afirma el sentido común, está fundamentado y demostrado científicamente por la Ley de la gravedad que, como sabemos, se cumple aquí, en la China y en la Cochinchina.

Claro, no todo lo que sube, baja igual con la misma velocidad. Y eso también está demostrado. Es por eso que los investigadores sociales (y políticos) al momento de analizar procesos sociales y políticos tienen que hacer preguntas interesantes para entender mejor la realidad social, pero sobre todo hipótesis que permitan explicar lo que se ve.

Pongo un ejemplo: hay muchos historiadores que han escrito sobre la caída del Imperio Romano de Occidente, y casi todos han dado cuenta escrupulosa de la crisis del Imperio, de los protagonistas de la crisis, de las guerras internas, y así. Claro todos aportan y nos permiten comprender todos los pormenores de ese tremendo hecho histórico. Pero el historiador F.W Walbank, planteó una pregunta distinta: ¿Por qué el Imperio romano de Occidente demoró tanto en caer”(1) . Claro, viendo todo el periodo histórico desde el inicio del Imperio en 753 A.C., a su caída en 509 D.C., el periodo ha sido uno de los más extenso; más aún, el anuncio de la crisis y caída del Imperio se venía pregonando desde el siglo I antes de Cristo. Entonces la pregunta resultaba más que pertinente porque permitía indagar más en los factores que le dieron una estabilidad al imperio.

Bueno, algo así debemos plantearnos para tratar de entender esta coyuntura que va desde la caída de PPK, el cambio de gobierno, el gobierno de Vizcarra, la disolución del Congreso y la crisis por la pandemia del corona virus. Si tomamos el periodo de octubre pasado a junio del presente, la aprobación de Vizcarra se ha mantenido por encima del 50%, llegando a tener 92% en abril y 56% en junio, según la reciente encuesta de IEP(2). La encuesta de IPSOS de junio también arroja resultados similares: en octubre pasado la aprobación subió a 70%, en marzo llegó a 87% y en junio, 70%.

Una forma de leer estos resultados es que la aprobación viene cayendo; pero otra puede ser: durante nueve meses (tiempo político considerado largo), Vizcarra mantiene un porcentaje de aprobación considerable, y que a pesar de la tremenda crisis ocasionada por el incremento de las víctimas del corona virus, la profundidad de la crisis económica, y la desesperación de grupos poblacionales por acabar con la cuarentena, no obstante todo, Vizcarra sigue con la aprobación mayoritaria de la población, todavía.

Ahora, claro de caer, puede caer, o mejor dicho: puede profundizarse la tendencia a la disminución del respaldo de la población. Al fin de cuentas, como dice la Ley de la Gravedad, todo lo que sube, tiende a bajar. Por tanto, la pregunta pertinente no es cuando caerá, sino la que hizo F.W. Walbank: por qué demora tanto en caer la aprobación de Vizcarra.

Obviamente para responder a esta pregunta tenemos que valorar la opinión de la población acerca de las razones que explican la estabilidad del gobierno y el respaldo a las medidas adoptadas para enfrentar la crisis, como lo podemos ver en los siguientes indicadores:  

  • La población considera que la gestión de la crisis del corona virus ha sido: buena y muy buena, 35%, y regular 48%; si sumamos ambas podemos ver que la aprobación suma 83%, frente a 11% que considera mala y muy mala;
  • Asimismo, la población tiene una opinión favorable a la cuarentena, un 58% considera que debe extenderse por más tiempo; y que ésta ha sido positiva, lo respalda un 60% de la población.

En la encuesta de IPSOS (3) también encontramos indicadores que muestran indicadores que explican la estabilidad del gobierno, en lo que se refiere el respaldo de la población, me refiero. Así:

  • Un 7% de la población considera que el gobierno de Vizcarra lo está haciendo bien en el campo de la salud;
  • Un 42% considera que hace lo que puede, dentro de las limitaciones que el país enfrenta desde hace muchos años;
  • 32% considera que hace lo que puede, aunque ha cometido errores importantes;
  • 19% considera que lo está haciendo mal y muy mal

EL MIEDO POLÍTICO

Para explicar estos resultados es preciso incorporar una tesis: el miedo o los temores que ha generado el corona virus en la población. Al final de cuentas, la población ha sido intensamente informada respecto del extremo peligro de la pandemia, todos los días ve, escucha, lee que las víctimas mortales ya suman cerca de los diez mil en el Perú, y que en el mundo ya suman medio millón de víctimas y diez millones de infectados. Ya no solo ve, sino sufre el desempleo masivo, la falta de alimentos, el resurgimiento de los comedores populares y ollas comunes. Y también ve y siente la manera cómo grupos de poder económico vienen lucrando en medio de la más espantosa tragedia sanitaria.

El miedo ciertamente está presente en la conciencia ciudadana, lo siente, lo vive. Un 61% de la población considera que los contagios están aumentando, que ésta no se controlará pronto sino hasta diciembre (56%); y que la cuarentena ha sido positiva (60%), que el aislamiento obligatorio ha evitado muertes. Aun cuando hay la urgencia de reanudar la actividad económica y recuperar el empleo, no obstante, un 73% de los trabajadores teme contagiarse en el centro laboral y un 71% teme contaminarse en el transporte.

Lo que evidencian estos datos es que, al margen de la aprobación de la gestión del presidente Vizcarra, lo que realmente importa a la población es cómo superar este difícil trance, cómo vencer el miedo a la muerte y al desempleo (que es otra forma de morir). Obviamente que con todos los errores reconocidos, lo que ven es a un gobierno que los apoya, brinda respaldo, acompaña y es visible; eso se evidencia en ambas encuestas citadas. La población busca confiar, depositar sus expectativas en la solución colectiva, como lo recuerda José Miguel Jaque en un artículo recientemente: “tener un mayor contacto con las comunidades… eliminar el lenguaje que culpabiliza y poner énfasis en uno que enfatice el cuidado comunitario”(4)

El miedo político ha sido objeto de investigaciones sociales y políticos. “Por miedo político – señala Corey Robin – entiendo el temor de la gente a que su bienestar colectivo resulte perjudicado”(5) Lo acontecido con el atentado a las Torres Gemelas el 11 de setiembre del 2001, en efecto les hizo recordar el miedo, pero lo que más temían era la vuelta a la normalidad: “consumo privado en lugar de funerales públicos”, “colas en los restaurantes en vez de colas para donar sangre”, “en lugar de atención cívica, disolución personal”. 

Como dije al comienzo: lo importante en el análisis de esta coyuntura no es explicar la tendencia de la caída del respaldo al gobierno de Vizcarra, sino explicar las razones por qué a pesar de la tremenda tragedia que vive el país, aún mantiene respaldo mayoritario. Quien logre entender esto, tendrá, indudablemente, mejores herramientas para ganar la confianza de la población. Y en épocas electorales, esto es sumamente valioso, pero sobre todo, que nada de lo que prometa sea la vuelta a la normalidad.

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(1) W.F. Walbank: “La pavorosa revolución. La decadencia del Imperio romano en Occidente”. Alianza Editorial. Madrid 1996.
(2) https://iep.org.pe/wp-content/uploads/2020/06/Informe-OP-Junio-2020-Apro...  
(3) https://www.ipsos.com/sites/default/files/2020-06/evaluacion_de_la_gesti...
(4) https://www.latercera.com/tendencias/noticia/ciencias-sociales-y-humanid... Consulta el 12 de junio de 2020. 
(5) Corey Robin: “El miedo. Historia de una idea política”. Fondo de Cultura Económica. México 2009.

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