En lo económico el presidente Ollanta Humala deja una carga pesada para el próximo gobierno y no debe esperarse cambios debido a que los candidatos Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski plantean prácticamente el mismo modelo económico que el aplicado en este régimen.

Para el economista José De Echave, fue un gobierno que despertó expectativa de cambio en el manejo económico, pero fue la continuidad del modelo de los gobiernos anteriores, solo que en la última etapa se encontró en un escenario en el que el contexto externo, que era favorable, empezó a cambiar con la caída de los precios de los minerales.

En ese sentido, considera que la herencia ha sido un manejo económico de continuidad con los mismos personajes que han estado en el MEF y el BCR, quienes han seguido insistiendo –y lo seguirán haciendo en el nuevo régimen- con un modelo que está agotado. “Esta suerte de perseverancia e insistencia en una propuesta económica agotada es una herencia de estos cinco años de gobierno, y lo que se viene es más de lo mismo”, señaló.

SITUACIÓN DELICADA
El economista Germán Alarco sostiene que la herencia de Humala en el campo de la microeconomía de las familias y negocios, y en la macroeconomía, es delicada, con una marcada desaceleración productiva y problemas en el mercado de trabajo.

Para este año se espera un crecimiento que fluctúa entre el 3 y 4%, según estimaciones de los especialistas. El BCRP habla de 4%, el MEF de 3.4% y el FMI de 3.3%. Sería el tercer año consecutivo con una tasa de crecimiento económico promedio de 3%, lo que implicaría, de acuerdo a los estándares históricos, un aumento de la población ocupada entre 1.2% y 1.5% anual.

Estos resultados inferiores al crecimiento de la población en edad de trabajar de 1.7% (INEI, 2014), implican una elevación del desempleo abierto, del subempleo y nuevos ciudadanos fuera de la población económicamente activa (PEA). Lo delicado es que esto podría ser una constante hasta el 2021.

Sostiene que pese de la reducción en el ritmo de crecimiento de la demanda, las presiones inflacionarias que erosionan el poder de compra de los sueldos, salarios e ingreso de los independientes, con una mayor restricción y mayores costos financieros del crédito, impactarán en el consumo privado en 2016 haciendo poco probable la tasa de crecimiento de 3.4% prevista por el MEF.

En opinión de Alarco, Profesor de Postgrado de la Universidad del Pacífico, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha tenido una política cambiaria, de manejo de las reservas internacionales (RIN) y monetaria, equivocadas que han impactado negativamente sobre las RIN. Dijo, por ejemplo, que el tipo de cambio real, que afecta al aparato productivo, en numerosas oportunidades ha rebasado sus propias metas de inflación.

Esta herencia del BCRP parece no incomodar a los candidatos que disputan la presidencia y apuestan por la continuidad del modelo. PPK, incluso, ha llegado a señalar que mantendrá a Julio Velarde como presidente del BCRP, pese a que un mayoritario sector de la población, según las encuestas, está a favor de un cambio.

Como legado, el actual gobierno dejará al siguiente una microeconomía de las familias y las personas con problemas, que se traduce en menor crecimiento del empleo y la ocupación, menos ingresos reales para las familias, menos consumo privado, menores ingresos por las exportaciones, menos inversión privada, menos canon a las regiones, lo que avizora un panorama social y político convulsionado.

Germán Alarco considera que más temprano que tarde se deberá acudir a otra agenda económica. Una que reconozca como esencial construir un nuevo consenso económico social donde todos importen y que deberá tener un fuerte énfasis en la equidad entre los diferentes grupos sociales; que relieve espacios para los asalariados y los trabajadores independientes; que establezca una nueva relación constructiva con los empresarios; que promueva mayor participación ciudadana. Una agenda que permita balancear esfuerzos, costos y beneficios en horizontes de corto, mediano y largo plazo.