Hay una costumbre, un hábito muy español, que es hablar bien de quién se muere. En este caso no ha sido así. Los grandes medios de comunicación no han perdonado a Hugo Chaves ni siquiera después de muerto. Las descalificaciones han sido recurrentes: golpista, dictador, autoritario, gorila…envuelto todo ello en eso que ha terminado por convertirse en uno de los peores insultos políticos: populismo.
Uno de los conceptos más importantes de “la caja de herramientas” analíticas de Antonio Gramsci es el de “transformismo”. Esquematizando mucho, se podría decir que para el dirigente comunista italiano es el dispositivo por medio del cual las clases dominantes, sobre todo en tiempos de crisis política, cooptan a las élites (los intelectuales) de las capas subalternas, ampliando su base social y perpetuando su poder.
El domingo pasado, el presidente ecuatoriano Rafael Correa fue reelecto en primera vuelta con un abrumador e histórico 56,7%. Esta significativa cifra deja mal paradas las denuncias e intenciones de los intereses oligárquicos que en Ecuador han buscado mellar la imagen del mandatario.
A diferencia de la desértica Lima, Bogotá es una ciudad verde donde llueve casi todo el año. Más allá de estas distancias climáticas, Lima y Bogotá comparten algo, ambas ciudades están en camino a ser sometidas a un proceso de revocatoria.
En Lima la revocatoria ha entrado en su recta final. Atrás quedaron la recolección de firmas, las tachas del Jurado Nacional de Elecciones y las primeras escaramuzas entre ambas partes. Por delante quedan menos de 40 días y las campañas por el No y el Si avanzan a toda marcha.
El pasado 21 de enero el Instituto Lula, que dirige el ex-Presidente brasileño organizó en la ciudad de Sao Paolo un encuentro titulado “Los caminos progresistas para el desarrollo y la integración regional”. Junto al líder del Partido de los Trabajadores estuvieron más de 30 intelectuales y políticos que discutieron los espasmódicos intentos de integración que ha tenido nuestra región, así como los avances que en el marco del giro progresista en América del Sur ha experimentado esta.
Hace unos días los diarios locales mostraban en sus páginas largas colas de ciudadanos cubanos en busca de sus pasaportes que les permitieran viajar fuera de la isla. La nueva política migratoria puesta en marcha por Cuba otorga un conjunto de facilidades para que sus habitantes puedan ir y venir de la isla. Esta medida forma parte del “proceso de actualización del modelo económico”, un paquete de medidas que buscan hacer frente a los graves problemas que atraviesa Cuba.
De vez en cuando surge la propuesta de concesionar al sector privado las cárceles del país. Como señala un reciente artículo en “El Comercio” (Bonifaz, 8 de enero, 2013, p. B2) Chile, Honduras y Paraguay han tenido “resultados auspiciosos”. Pero, desde mi óptica, la pregunta clave es, “resultados auspiciosos” ¿para qué? y ¿para quién?
La semana pasada se llevó a cabo en los Estados Unidos la reunión anual de la Asociación Americana de Economistas. En el marco de esa reunión se presentó un documento llamado “Growth Forecast Errors and Fiscal Multpliers”, en el cual sus autores señalan que el Fondo Monetario Internacional se equivocó en el programa de ajuste económico en el que embarcó a la región europea luego de la crisis 2008-2009.
El día de ayer se hizo oficial: el Presidente Hugo Chávez no podrá juramentar este 10 de enero en Caracas como manda la Constitución de dicho país. A través de una carta firmada por el actual vicepresidente Nicolás Maduro, este comunicó a la representación nacional venezolana que “el proceso de recuperación post quirúrgica deberá extenderse más allá del día 10 de enero del año en curso, motivo por el cual no podrá comparecer en esa fecha ante la Asamblea Nacional”.
El término es de Emmanuel Todd. Lo que quiere decir es claro y directo: las políticas que están poniendo en práctica las instituciones de la Unión Europea están creando condiciones para el retorno del fascismo en el sur de Europa. ¿Exageración? No lo creo. Vayamos a los hechos.