Los medios de comunicación no informan al país sobre el Banco del Sur. Esta iniciativa busca financiar proyectos de desarrollo conducentes a la integración sudamericana y al cierre de la brecha de pobreza entre los países, tema que no está en la agenda de las instituciones financieras internacionales (IFI) como el BID, el Banco Mundial y el FMI. El Banco del Sur es impulsado, desde febrero del 2007, por los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, quienes han comprometido un capital inicial por US$ 7 000 millones (ver gráfico). Por su parte, Chile participa como observador y Colombia a fines del 2007 pidió su incorporación, aunque luego desistió. El gobierno del Presidente Alan García nunca ha tenido acercamiento alguno.
Aporte de capital de US$ 7 000 millones al Banco del Sur, por país (en US$ millones)

Fuente: Diarios de los países de América Latina. Elaboración: Otra Mirada 
Otro tema que se busca abordar, con el Banco del Sur, es contrarrestar las condiciones que las IFI imponen a nuestros países para poder acceder a financiamiento. Por el ejemplo, del mensuario nº 25 de Le Monde Diplomatique se desprende que el FMI aprovecharía la actual crisis financiera para seguir promoviendo sus ajustes estructurales entre los países pobres que necesitan financiamiento, tal como lo hizo en la crisis de la década de 1980, y que luego le permitió consolidarse como el gendarme del “Consenso de Washington”. Una de estas condiciones es adoptar políticas procíclicas, que implican reducción del gasto público, congelamiento de los salarios y desprotección social.
A diferencia de las IFI, donde los países más ricos tienen más votos, incluso derecho a veto, en el Banco de Sur cada país tendrá un voto independientemente de su aporte o tamaño de su economía. Esto último es reconocido como un hito en la nueva arquitectura financiera regional, al mismo tiempo que nos permitiría ser capaces de financiar nuestro propio desarrollo. Ante esto, el presidente García debe rendir cuentas al país y responder ¿Por qué nos excluye de esta gran oportunidad de desarrollo e integración?