La Asociación Civil Transparencia reporta 39% de mujeres que postulan a ser parlamentarias en el 2016 a nivel nacional y 34 % en Lima, con lo cual la presencia promedio es mayor en las regiones y la cuota de género de 30% ha sido superada.
 
Habría más de 1,000 mujeres presentándose al Congreso, considerando que 17 listas de 140 candidaturas, y con 15 candidatos más para el Parlamento Andino, tienen en promedio el 39 % de la cuota de género.

 
Ningún grupo llegó a establecer la alternancia y paridad en la conformación de su lista.  Hay planchas que han incorporado 2 mujeres y solo 5 planchas no las incluyen.
 
Ello evidencia que se avanza en la percepción (y existe la convicción) de que ya no es posible excluir a las mujeres de los espacios de representación política, aunque persiste aún la resistencia a asignarles el rol principal.
 
Además de las mujeres de las listas parlamentarias, solo 2 van como candidatas presidenciales y 15 como candidatas a vicepresidentas en las planchas, 6 a la primera vicepresidencia y 9 para la segunda vicepresidencia (cifras que se podrían modificar de darse la salida de “Todos por el Perú”).
    
Es importante la notoria presencia de mujeres en las planchas como el cumplimiento de la cuota de género superior al piso obligado por ley del 30%. Sin embargo, ello no garantiza la incorporación de una perspectiva de igualdad de género en la agenda electoral de los grupos que participan en las elecciones. Y esto nos lleva a “mirar más allá de las cifras y de la cuota de género".
 
Falta ver quiénes y cuántas mujeres encabezan las formulas parlamentarias y cuántas y quiénes serán ubicadas en el tercio superior o en puestos elegibles. Según información del JNE y análisis de Jeannette Llaja, el Frente amplio y Fuerza Popular presentan igual número de hombres y mujeres en el tercio superior, seguidos de Todos por el Perú y Perú Posible con 42% y contrario a ello están Solidaridad  Nacional /UPP.
 
Otros 10 partidos han relegado la presencia femenina de más del 40%, siendo ubicadas en el tercio inferior con menores probabilidades de ser elegidas. El extremo de ello lo representa Solidaridad/UPP que ubicaron al 64% en al tercio inferior.
 
Se cumple la cuota más no la naturaleza de la misma, que busca hacer visible y lograr mayor presencia y representación femenina. Y finalmente aunque Alianza por el Progreso cuente en su lista con 36% de mujeres, el 46% de ellas están ubicadas en el tercio inferior. A ello se suman 52 candidatos que tienen condenas por 34 delitos, entre ellos por juicios de alimentos.
 
No basta
En todos los procesos electorales que vienen desde la década de los 80, la presencia de las mujeres en cargos electivos, específicamente dentro del Congreso, fue casi simbólico. Ni qué decir del Ejecutivo.

 
En el Congreso se encarpetó una iniciativa para eliminar el voto preferencial. Y se archivaron los proyectos de ley de Alternancia y Paridad. Si se elimina el voto preferencial, sin aprobar la Alternancia y Paridad (50%-50%) se corre riesgos en cuanto al derecho de ser elegida, porque serían partidos que mantienen criterios autoritarios y un orden patriarcal los que determinarían la ubicación de las candidatas.
Ubicar a las mujeres al final de la lista en el tercio inferior, como lo demuestran los datos presentados por el JNE, les reduce sus posibilidades de elección.
 
Ser mujer no es suficiente para garantizar la equidad de género. Tampoco el llevar candidatas en las planchas, ni siquiera ir como candidata presidencial es garantía total de equidad y menos de igualdad de género.
 
De qué sirve que una mujer sea la candidata a la presidencia, o las vicepresidencias, si ella y su grupo político no son coherentes con esta opción, otorgando un importante rol a la defensa de los derechos de las mujeres en sus propuestas de gobierno y con la búsqueda del cambio y el ejercicio pleno de derechos. Keiko Fujimori no representa nuestros intereses estratégicos de género. !No basta con ser mujer!.