Automatización: Máquinas que hacen máquinas

Por: 

Gonzalo García Núñez, ingeniero industrial

Las instalaciones de robots siguen creciendo en el mundo. Al elevarse la composición orgánica de los medios productivos, más capital técnico, ciencia y tecnología y relativamente menor valor del fondo de salarios, la robótica acelera la producción, multiplica la productividad del trabajo e impulsa la maximización de la tasa de retorno de la inversión. ¿Llegará el tiempo de la automática robótica en que” máquinas hacen máquinas”?    

Asimismo, la robótica garantiza una oferta de productos estandarizados y a plazo costo-precio decrecientes y competitivos en los mercados. Junto con la automatización de los procesos, los parques robóticos flexibles permiten a los productores fabricantes sustanciales ahorros en inversiones fijas, articular las cadenas de suministro, aumentar la producción móvil y la velocidad de circulación de mercancías en provecho de una mayor eficiencia, tecnicidad y retorno sobre el capital individual y transaccional.

El COVID-19, cepas y variantes tipo ómicron, el virus global tiene un fuerte impacto -desde el 2020- sobre estos procesos de trabajo al quebrar las relaciones habituales entre trabajadores; entre trabajadores y máquinas; y en general, entre los humanos y los poseedores del parque de equipos y máquinas.  
Siendo como es un grave riesgo para la vida humana cualquier vía de lucha antiviral y la pronta recuperación del trabajo pasará, en adelante, por el uso creciente de las disciplinas y medios de la robótica y la inteligencia artificial. 

Que deben operar en un contexto de radical transición de fuentes energéticas convencionales hacia las renovables, en especial del sol y el viento en sustitución de las fuentes fósiles, carbón y petróleo. Doble cambio: energético y técnico, motorizados por el cambio climático. Ello remarca el hecho que, así entendido, la robótica es el núcleo de la estrategia de diversificación productiva y de las estrategias de sostenibilidad del crecimiento prometidas en los ODS planetarios. 

¿Cómo se propagan las máquinas? La gama de robots industriales se expande en el mundo desde la sustitución de partes, piezas, componentes, conjuntos, hacia subsistemas hombre-maquina; el remplazo de máquinas electromecánicas desde brazos robóticos a chasises humanoides, robots enjaulados- tradicionales- capaces de manejarse mediante impulsos eléctricos y tableros de control electrónicos incorporados. 

Y la asunción por las máquinas de toda otra carga útil de manera rápida y precisa. 

Tal como lo hemos comprobado cuando los equipos Bot son capaces de recoger materiales e información geológica en planetas distantes de millones de millas de distancia que se aproximan cuando la robótica remplaza al ojo humano en los emprendimientos de la astrofísica automatizada.

Importa desde esta perspectiva prospectiva el creciente grado de integración de la fuerza de trabajo calificada con nuevos robots colaborativos que trabajan de manera segura junto con los humanos, completamente incorporados en los bancos de trabajo y los programas digitales.

El informe World Robotics 2021 Industrial Robots revela este rápido desarrollo. A nivel mundial se calcula que hay 2,7 millones de robots industriales operando en fábricas -muchas de ellas denominadas fablabs- un aumento de 85% en cinco años (2014-2019). Y que, pese a la pandemia, no deja de aumentar. En efecto las ventas despachadas de nuevos robots se estiman en 373.000 unidades, un incremento anual de 12% en el 2019 algo menos en comparación con el 2018, lo que se explica por el impacto de la crisis global y la pandemia en la caída de la producción en las ramas nuevo industrializantes, automotriz, eléctrica y electrónica. Y la aparición de nuevas formas de trabajo doméstico robotizadas.

Las existencias operativas de robots están concentradas en Asia, China, Japón, la India emergente, donde se ha duplicado el número de robots industriales en las fábricas del pueblo de Gandhi. 

La proporción de robots recién instalados en Asia representó aproximadamente dos tercios del suministro mundial, lo que viene ocurriendo de modo acelerado en la década 2020. 

Pero el fenómeno Bot liderado por China es mundial. Europa alcanzó un stock operativo de 580.000 unidades en 2019.  Alemania lidera con 221.500 unidades; tres veces el stock de Italia (74.400 unidades), cinco veces el de Francia (42.000 unidades) y diez veces el de Gran Bretaña (21.700 unidades) (world robotics). 

Estados Unidos alcanza un stock operativo de  293.200 unidades. Lejos México con 40,300, después viene Canadá con 28,600 unidades. Muchos de los robots de EE. UU. se importan todavía de Japón y Europa por lo que hay integradores de sistemas de robots muy importantes. Algunos crecen: La Federación Brasileña ha obtenido uno de los mejores resultados de la historia de la robótica en Sudamérica. 

Hay un extenso consenso que la lucha contra la enfermedad y el envejecimiento obliga a nuevas formas de consumo a distancia que privilegia el desarrollo de robots en la esfera del trabajo no productivo, lo que conviene estudiar con mayor detalle. 

Por lo pronto ayuda a sustituir las tareas repetitivas, sucias, peligrosas o delicadas, inseguras o insalubres, monótonas, caras, por una intervención programada de herramientas robots, drones, microfilms, microcámaras, en fin, el despliegue de otras escalas de la microelectrónica en la facilitación del trabajo humano. Al Perú le conviene una institución que examine las implicancias de estas nuevas tecnologías en el algoritmo de crecimiento de su función de producción.