Acoso dentro de las universidades: la necesidad de un protocolo
Shirley Mendoza
Hace algunas semanas Camila1 , estudiante de Antropología en San Marcos, denunció un caso de acoso de parte de un alumno de historia en esa misma casa de estudios. El sujeto la agredió verbalmente en el cuarto piso de la facultad de Ciencias Sociales. Cuando Camila reaccionó a sus comentarios, él intentó agredirla físicamente. Otros alumnos tuvieron que intervenir para controlar al agresor.
Katty ex estudiante de psicología de la universidad Federico Villarreal. Sufrió acoso durante dos años y medio de parte de un conocido, quien no entendía que ella no quería tener una relación íntima con él. El acosador también fue estudiante de psicología, ingresaba a las clases de Katty (clases en las que él no estaba matriculado), la esperaba en las escaleras de su facultad, en el patio, llegó a ir hasta su casa, no la dejó en paz hasta que ambos egresaron.
Lili es una compañera trans, estudiante de Humanidades en la PUCP sigue siendo insultada y acosada en redes por hacerse visible como coordinadora de género. El acoso traspasó las redes virtuales y sus perseguidores llegaron a ofenderla en las instalaciones de la universidad, precisamente en la Federación de estudiantes de la PUCP. Todos estos actos ocurrieron a pesar de que la Universidad Católica tiene un reglamento interno contra el acoso y hostigamiento.
Cuando se habla de acoso en las universidades no hay marco legal que pueda proteger a la denunciante. La universidad se hace de la “vista gorda” y pasa la página, sea una universidad privada o estatal. En otras palabras la mujer que fue acosada dentro de su casa de estudios tiene que dejar de asistir a sus clases porque el agresor sigue estando dentro y sigue persiguiéndola, haciendo sentir su indeseable presencia.
Este mes, en Chile se realizaron marchas masivas de estudiantes universitarias donde reclamaban la implementación del Protocolo en caso de acoso dentro de la universidad, es decir que la universidad ya no sea indiferente y garantice protección hacia las estudiantes denunciantes de acoso.
Pero ¿qué acciones propone un protocolo contra el acoso en las universidades?
En experiencia de otras universidades como la Complutense de Madrid, Las Palmas y la Universidad de Buenos Aires, que ya tienen implementado el protocolo contra el acoso, se establecen procedimientos de actuación para la detención, prevención y protección.
Con respecto a la prevención se elabora una estrategia de comunicación que incluye talleres de concientización sobre la problemática dentro de la misma universidad así como a sus entidades colaboradoras (institutos de investigación, centros de formación laboral para las prácticas pre profesionales, y demás empresas). Este punto es importante porque si no existen campañas de sensibilización se seguirá ejerciendo el acoso de manera impune, como en el caso de Lili.
En el ámbito de la protección, el protocolo contra el acoso sexual de la Universidad Complutense de Madrid contempla primero un peritaje que debe ser entregado en un plazo máximo de un mes, después de realizada la queja. Si el informe da cuenta de la existencia de acoso, la universidad proporciona protección psicológica a la denunciante. Además de otras medidas cautelares como la separación de la universidad del acusado; sea este alumno, docente o trabajador administrativo.
Recientemente la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos dio el primer paso para la implementación del protocolo. Mediante Consejo de Facultad se conformó la comisión para la elaboración del Reglamento Interno para la prevención e intervención en casos de hostigamiento y acoso. La comisión está conformada por la doctora María Emma Mannarelli, Guillermo Nugent, Pablo Sandoval, Alejandro Cussianovich y Juan Bazán.
Esperemos que este paso también lo den las demás universidades del país, para garantizar la protección de las alumnas dentro de su lugar de formación y fuera de ellas. El acoso es una de las formas de violencia de género que pueden derivar en violaciones o feminicidios. No esperemos a que las cifras por violencia de género se sigan incrementando, tomemos acciones concretas.
1 Los nombres que se presentarán en el texto son ficticios, los hechos son reales y fueron denunciados mediante redes virtuales (Facebook). Estos son algunos ejemplos de los varios casos que se presentan dentro de las universidades en nuestro país.
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