Vizcarra y un mensaje ¿pensando en el futuro?
EDITORIAL
El último mensaje del presidente Martín Vizcarra durante las fiestas patrias ha tenido una serie de giros que van desde un recuento de los hechos ocurridos el último año, hasta algunos anuncios de carácter económico, político y social, aunque sin los golpes efectistas de sus mensajes anteriores.
En medio de la emergencia nacional, Vizcarra planteó algunos anuncios respecto a la inversión en salud, donde aseguró que se destinará 20 millones de soles para el presupuesto del sector con el fin de enfrentar la pandemia del Covid 19, además de reiterar la expectativa del Estado peruano frente a la puesta en venta de una vacuna para combatir la enfermedad.
Asimismo, anunció una nueva política para integrar el sistema de salud (EsSalud y Minsa) para fortalecer la estrategia de atención. Mensajes que resultan importantes en una coyuntura complicada pero que podrían estrellarse contra una realidad que ya nos ha demostrado la precariedad del sistema agravada por el mercantilismo del sector privado.
En lo social los anuncios de nuevos bonos para los sectores más vulnerables, además de una pensión mensual de 200 soles para los niños y niñas que han perdido a sus padres producto del Covid19, fueron los aspectos más saltantes de este mensaje. Aquí cabe preguntar cuáles serán los mecanismos de identificación de los beneficiarios de estos bonos para evitar las fallas que se produjeron con la entrega de los aportes anteriores.
El mensaje por los 199 años de la independencia nacional incluyó un espacio para el tema de infraestructura: los proyectos Chavimochic, Majes, Líneas 3 y 4 del Metro de Lima, Carretera Central y otros que serán ejecutados en algunos casos con los proyectos de contrato de gobierno a gobierno, tal como se hicieron las obras de los Juegos Panamericanos y las que se vienen ejecutando en el marco de la Reconstrucción con Cambios.
Esta decisión posee dos mensajes detrás: uno, que las empresas involucradas en hechos de corrupción no puedan volver a contratar con el Estado y dos, que la corrupción nacional solo puede ser combatida cerrándole la opción de participar en obras de magnitud. No existe un reconocimiento de la lucha que debe existir para evitarla a toda costa.
Finalmente, el llamado al Pacto Perú con los partidos políticos, una especie de versión 2.0 del Acuerdo Nacional, pero sin la presencia de las organizaciones sociales, gremiales y agrupaciones no representadas en el Congreso, busca tal vez allanar el camino para un proceso electoral tranquilo el 2021 y que genere un espacio político calmado con miras al bicentenario. Esto teniendo en cuenta que el presidente Vizcarra no cuenta con representación política que lo contenga frente a situaciones adversas como las que se produjeron durante la existencia del congreso anterior.
Este Pacto, sin embargo debilita a un Acuerdo Nacional de por sí ya débil y que solo reaparece cuando el presidente de turno lo solicita para una buena fotografía. Por ello es que esta decisión y otros aportes como la aprobación del Proyecto Educativo Nacional al 2036, apuntan más bien a un “legado” de este gobierno, más que un mensaje de acción a corto plazo para recuperar la situación social y económica tras la pandemia del Covid 19.
Se vienen 12 meses intensos, en plena emergencia sanitaria, sin vacuna a la vista y con una campaña electoral ad portas, con procesos judiciales a medio avanzar y con una convulsión social que puede eclosionar en cualquier momento más allá de algunas notas cortas en los medios de comunicación.
Importante ver que viene de aquí en adelante, no solo para el próximo año sino con miras al Bicentenario, que de fiesta ya no tendrá mucho, sino más bien de expectativa por lo que pueda ocurrir.
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