Urresti: ¿El ministro que se necesita?

El Comercio levanta la noticia de que Daniel Urresti es el ministro del Interior con más aprobación, según la última encuesta de Ipsos-Perú.

El Comercio levanta la noticia de que Daniel Urresti es el ministro del Interior con más aprobación, según la última encuesta de Ipsos-Perú. Pero detengámonos un momento. No es que Urresti sea el más aprobado entre los actuales ministros, sino que el apoyo a su gestión (25%) es mayor si lo comparamos con las tres gestiones anteriores. Bastante forzada e interesada la intención de El Comercio por levantar más de la cuenta a Urresti, sobre todo cuando el 53% de los encuestados declara no conocer la denuncia que pesa en su contra por el asesinato al periodista Hugo Bustíos en 1988, lo cual perjudicaría su actual aprobación. ¿Estamos ante el ministro que el país necesita?

El ministro Urresti se ha popularizado mostrando medidas efectistas y coyunturales como encabezar megaoperativos contra la delincuencia, así como dando declaraciones altisonantes contra la criminalidad. “Mi intención es destrozarle la cabeza a la delincuencia”, declaró alguna vez el actual ministro del Interior. Por supuesto, dada las preocupantes cifras de inseguridad ciudadana, estas declaraciones caen bien en la población, pero sin acciones de fondo, como atacar la corrupción policial, caen en saco roto.

Pero repasemos la información que el 51% de peruanos parece desconocer. Según el expediente judicial que acusa a Urresti, el actual ministro, como encargado de la Sección  de Inteligencia y Contrainteligencia de la Jefatura Política de Huanta en 1988, habría tenido conocimiento de la detención del senderista “Sabino”, quien habría implicado al periodista Bustíos en las actividades de Sendero Luminoso, lo cual habría sido el motivo de su asesinato. Por tal motivo, se le acusa al ministro Urresti de presunto autor mediato de este crimen. A esta denuncia se suma otra realizada por la Federación Minera de Madre de Dios por el asesinato de Américo Laura Pizarro, ocurrida en una protesta de mineros informales en Mazuco (Inambari).

Por la gravedad de las acusaciones del expediente, diversas organizaciones internacionales de derechos humanos criticaron la posición del gobierno de cerrar filas en favor de Urresti. Como señala Viviana Krsticevic, Directora Ejecutiva de Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), “la decisión del Ejecutivo peruano de ofrecer un cargo público a una persona investigada por estos graves hechos, envía un mensaje de irrespeto a la labor del poder judicial en combatir la impunidad, además de ser una afrenta directa para las víctimas de graves violaciones de derechos humanos en Perú”.

Las declaraciones del Presidente de la República, Ollanta Humala, crean mayores suspicacias sobre este caso. Humala ha dicho que “no ve la culpabilidad” de Urresti en el caso de Bustíos, lo cual, sin dudas, es un ataque a la independencia judicial y supone “recompensar” a una persona acusada de graves violaciones a los derechos humanos.

Muy preocupante que el Presidente Humala ponga las manos al fuego por un ministro cuya temprana labor viene siendo sobredimensionada, y que, por el contrario, bien haría en dar un paso al costado de la cartera del Interior y enfrentar a la justicia como corresponde.

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