Triunfo de Pedro Castillo, avance de la República chola en el Bicentenario

Por: 

Vicente Otta

Dicen que ya no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor…
Dicen que algunos doctores afirman eso de nosotros; doctores que se reproducen en nuestra misma tierra, que aquí engordan o que se vuelvan amarillos.
Que estén hablando, pues; que estén cotorreando si eso les gusta…

Carta a algunos doctores. JM Arguedas

Hasta desde predios izquierdistas osan ningunear al candidato ganador de esta primera vuelta; ¿Alguien tiene argumentos válidos para desmerecer el triunfo de Pedro Castillo?

¿Todos somos ciudadanos?

La constitución de 1979, reconoce el quechua como idioma oficial y consagra el voto al analfabeto.  En estos 50 años los ninguneados y oprimidos de siempre han tratado de lograr representación propia sin conseguirlo. La izquierda que se asume vocera y representante de las causas justas no ha terminado de profundizar raíces y comprender al mundo andino-amazónico, que es la sustancia del Perú. La savia vital del Perú de todas las sangres que preconizaba Arguedas. De ahí su desubicación

En 1990, un ingeniero de origen plebeyo y japonés derrota al aspirante a marqués, Vargas Llosa, el año 2000, un ciudadano de rasgos andinos pero barnizado en Oxford y USA obtiene la presidencia; el año 2006 y el 2011, un militar retirado de origen ayacuchano, cholo, es candidato presidencial y lo obtiene en el segundo intento. Previo cambo de su programa de la Gran Transformación por la Hoja de Ruta, que la gran burguesía le impone como condición presidencial.

Este recuento pretende graficar que, en los últimos 50 años, desde que se rompe el Perú oligárquico, se va organizando el país, que durante 350 años convivió como republica de indios y república de blancos, como una república de cholos. Que accede a ciertos derechos pero no termina de igualarse con los blancos, que ejercen el poder y el control del universo simbólico del país. Los gustos, las modas, lo light. Lo decente y políticamente correcto, lo decide esta clase. Por supuesto en función de los cánones occidentales, de matriz eurocéntrica.

Este dominio de lo simbólico es lo que ni el velasquismo pudo modificar. Las mentalidades tienen un proceso de formación en periodos de muy larga duración, densidad compleja y reproducción permanente.

La izquierda peruana, que teóricamente es la llamada a dinamizar la subversión del dominio cultural eurocéntrico, que descalifica y hace escarnio de nuestra milenaria historia y sus extraordinarias conquistas, en no pocas oportunidades, comparte la mirada eurocéntrica y prejuiciosa contra nuestros pueblos y sus costumbres. Mira el Perú como vástago de la Lima criolla-señorial.

La izquierda peruana, entre la ideología y lo étnico cultural

Desaparecido Mariátegui y derrotada en ese periodo, su propuesta teórica y política, se producen casi 40 años de hegemonía aprista en el campo popular.

Solo Arguedas mantuvo la vigencia del socialismo marxista y su vínculo profundo con el Perú, sus cambios y permanencias.

La izquierda que se reorganiza en los años 60, al influjo de la revolución cubana y China, no logra retomar el camino de la praxis mariateguista. Entre el dogma y la praxis, opta y se sumerge en el dogma. Hasta ahora cultivamos y cosechamos el fruto estéril del dogmatismo.

Por eso la extrañeza y lejanía de lo andino-amazónico, por eso el servilismo a lo europeo, a lo limeño. Lo extranjero como sinónimo de superioridad y buen gusto. Nuestros referentes académicos, políticos y culturales son de sello anglosajón. Lo andino-amazónico, se desconoce o subvalora y menosprecia. Ideología sin sustento social ni experiencia colectiva, discursos autocentrados.

Una obra en busca de actor

Esta desubicación de la izquierda es tan marcada que sigue confundida respecto del contenido y apariencia de la lucha política social. Lo que la gran mayoría nacional busca es la autoafirmación de su ser nacional, de su identidad andino-amazónica. Hace de este aspecto factor sustancial de su actividad social y cultural, y a partir de ahí su protagonismo político.

Arguedas que privilegió lo cultural en sus estudios teóricos y su práctica social, pudo entender no solo las características esenciales de la cosmovisión andina sino sus manifestaciones prácticas y su incidencia en la sociedad operante.

Mientras la izquierda ideologizada y desvinculada de la vida de  los pueblos indígenas y mundo popular, se desenvuelve bajo parámetros ideológicos exclusivamente. Las clases populares, tienen en la cuestión identitaria, en su mestizaje y  andinidad, los ejes de actividad social, cultural y política.

Pide y exige respeto y reconocimiento de su lengua, de su música y canto, de sus comidas y fiestas. De su color de piel y rasgos físicos. ¡Cómo todo esto no va a ser de primordial importancia¡

Esta situación ha devenido en un marcado desencuentro entre izquierda y mundo popular, se transita por carriles diferentes. Aunque parecen ir en la misma dirección se camina a lugares distintos. 

Por eso, en 1990, 2000, 2006 y 211, la izquierda carecía de rumbo claro y terminó cada vez más reducida y marginal o como comparsa de proyectos nacionalistas de poco calado, que terminaron claudicando ante el sistema.

La construcción del Perú de todas las sangres, del Estado Pluricultural y Descentralizado, sigue siendo una gran obra en busca de autor. 

Con Perú Libre, un gran frente nacional para ganar la segunda vuelta y sacar al Perú de la crisis

La pandemia se ha convertido en plebiscito del modelo neoliberal. Ha mostrado la absoluta orfandad del Estado que mercantilizó las urgencias de la población. Salud, educación, vivienda, seguridad, dependen completamente de que haya o no dinero para comprarlas en el mercado. Los millones de pobres carecen de recursos para adquirirlo, por eso sobre ellos se abate la muerte y miseria y caen como moscas.

La constitución de 1993 que consagró la desigualdad social extrema también sembró y fertilizó la corrupción, vinculando a grandes empresarios mafiosos con militares y sistema judicial.

Dada la magnitud de la crisis, tan o más grave que la producida en la guerra con Chile, resolver la terrible crisis sanitaria y de alimentación y seguridad de la población exigirá un esfuerzo titánico, que excede a un partido o gobierno. Solo podrá salirse victorioso de esta hecatombe, si somos capaces de unir a las fuerzas políticas diversas, al gobierno y agentes privados, concentramos todas las fuerzas y sumamos energías por el Perú, como un solo puño.

Las fuerzas democráticas, progresistas y socialistas estamos llamadas a encabezar esta cruzada para reconstruir nuestra patria.

Para eso la izquierda debe llegar al gobierno y ponerse al frente de esta tarea.

Un gran frente nacional que aglutine a todos los peruanos de buena voluntad, ganemos gobierno y conjuremos la profunda crisis que nos abate.

Rumbo a la Nueva República, al Estado Pluricultural y Descentralizado