Todo sobre Sendero y San Marcos

Desde que un grupo de senderistas marchara al interior de la Universidad de San Marcos exigiendo una ley de amnistía para Abimael Guzmán y otros “presos políticos”, un amplio debate se ha abierto sobre qué significa este hecho y sus consecuencias para el país. 

¿Cómo enfrentar esta reagrupación senderista? ¿Es la intervención militar el mejor camino? Por lo pronto, observamos que los senderistas vienen ganando sendos titulares aunque no tengan algo nuevo que decir. No muestran ni siquiera una autocrítica por el derramamiento de sangre que desataron hace tres décadas y siguen, más bien, utilizando el amedrentamiento y la violencia para lograr sus objetivos. Por esto, no debiéramos permitirles ningún espacio, y menos en la universidad, que es uno de los espacios donde se forma el pensamiento crítico tan necesario para nuestra democracia.
 
En medio de este debate, se entrecruza el problema del desgobierno que vive San Marcos. Sin embargo, entre estos dos problemas sí existen vasos comunicantes. Es este desorden el que alimenta y fortalece los discursos y las expresiones autoritarias de Sendero, como bien lo señalan los profesores sanmarquinos Manuel Burga y Nicolás Lynch. Frente a esta situación, un grupo de profesores y alumnos de esta casa de estudios se viene movilizando para impedir que la “corrupción violentista” se imponga en San Marcos.
 
Lo peor, quizás, estaría viniendo del propio gobierno, quien, como en otras oportunidades, no encuentra mejor camino para enfrentar este problema que la fuerza. No olvidemos pues las declaraciones del Presidente Alan García amenazando con intervenir San Marcos si persisten, en su opinión, estos actos de “apología del terrorismo”. Además, la lideresa del PPC, Lourdes Flores, declaró que apoyará los esfuerzos del Presidente por poner orden mientras que el ex Presidente Alejandro Toledo exhortó tomar “medidas urgentes” en dicha universidad. ¿Acaso el APRA, el PPC o Perú Posible hicieron el trabajo político necesario para evitar que Sendero cope espacios en San Marcos?

Por otro lado, un importante sector de intelectuales señala la necesidad de combatir políticamente a Sendero, entre los que destacan el sociólogo Sinesio López y el Historiador Nelson Manrique. Frente a este reto, los intelectuales Carlos Tapia, Isabel Coral y Alberto Adrianzén han iniciado una campaña para confrontar “a estas expresiones autoritarias que buscan una amnistía que beneficia a los responsables de la violencia y de la violación a los derechos humanos en el país: la cúpula senderista, Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, el Grupo Colina, entre otros”.
 
Finalmente, esta presencia mediática de Sendero solo termina beneficiando la campaña de Keiko Fujimori. ¿Acaso la hija del dictador tiene otro caballito de batalla que recordar que el gobierno de su padre “derrotó” a Sendero? ¿Acaso su partido no busca también amnistiar a Alberto Fujimori?
 
No debemos permitir que los discursos extremistas y autoritarios se adueñen de nuestros espacios democráticos. Hay que confrontarlos. Esta es una tarea que nos corresponde a todos los peruanos. A los que vivimos esta amarga experiencia nos toca demostrar que algo aprendimos, enseñando a las futuras generaciones de peruanos a combatir a Sendero con las armas de la democracia. El debate queda abierto.

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