Tensa calma por espionaje chileno

El caso del espionaje chileno al Perú puso en evidencia la fragilidad de nuestra diplomacia frente a los intereses de los grupos económicos con capitales chilenos afincados en nuestro país. Ante la firme actitud del presidente Ollanta Humala para exigir las satisfacciones del gobierno chileno ante un espionaje consumado y probado (con nombres de los espías peruanos y chilenos), la cancillería peruana mostró una actitud dubitativa que mereció un jalón de orejas de parte del mandatario peruano.
 
El diario El Comercio, a través de un editorial, fungió de vocero de un sector de la diplomacia peruana que consideró que la respuesta chilena a la primera nota de protesta tuvo términos conciliatorios, incluso llegaron a señalar que el presidente Ollanta Humala utilizaba el caso como una cortina de humo y revelaron el malestar entre los diplomáticos por lo que consideran una “actitud torpe” del presidente peruano.

La respuesta de Ollanta Humala fue contundente al considerar que dicho medio de comunicación defiende sus negocios con los grupos chilenos y le pidió más responsabilidad a la hora de informar sobre el caso del espionaje.
 
El 6 de marzo, El Comercio reveló en un editorial que cuatro diplomáticos de alto nivel de la cancillería (cuya identidad hasta la fecha se desconoce) le dieron la información sobre el descontento del cuerpo diplomático por la forma en que el gobierno viene tratando el caso del espionaje. Ello provocó un remezón en la Cancillería pues desde el Ejecutivo salió la orden de identificar a los diplomáticos que habrían dado esa información y, evidentemente, no para premiarlos.
 
En el Ejecutivo tienen claro que superado el impase con Chile es necesario identificar a los diplomáticos que consideran pro-chilenos y luego realizar cambios en Torre Tagle.
 
HABLA EL CANCILLER
 
El silencio del gobierno chileno ante la segunda nota de protesta de nuestro país por el caso del espionaje, hizo que el canciller peruano Gonzalo Gutiérrez aparezca en los medios de comunicación para recordar a Chile que el gobierno peruano sigue a la espera de una respuesta satisfactoria “que permita superar esta situación molesta”.
 
¿Pero qué respuesta es la que espera el Perú?. Primero que el gobierno chileno anuncie que ha sometido a investigación a los implicados.
 
Segundo, que se comprometa a no volver a intervenir en labores de espionaje. Y, tercero, que pida las disculpas correspondientes por ese hecho que se ha acreditado con las pruebas que ha enviado el gobierno del Perú a través de nuestra cancillería, mediante la nota diplomática correspondiente.
 
El embajador Hugo de Zela sostiene que no hay fecha ni plazo para la respuesta chilena, pero hay un tiempo prudencial y si en ese tiempo Chile no contesta, el Perú podría insistir para una pronta respuesta (una forma de presionar es una declaración pública, como la que acaba de hacer el canciller peruano).
 
Si pese a ello no llegara la respuesta, se podría enviar una tercera y última nota diplomática, “pero no creo que se llegue a ese extremo, porque el canciller chileno Heraldo Muñoz ha dicho públicamente que va a contestar”, declaró Hugo de Zela a otramirada.pe.
 
Si bien es cierto que las voces oficiales en Chile son la de la presidenta Michelle Bachelet y la del canciller, las autoridades de ese país han hecho público una posición invariable y uniforme en el sentido de no reconocer el espionaje y considerar que la respuesta a la primera nota de protesta peruana es suficiente.
 
TENSA Y FRÍA
 
A nivel diplomático, actualmente la relación con Chile es considerada como tensa y fría. Una demostración del malestar del gobierno es el llamado a consulta del embajador peruano en Chile Fernando Rojas Samanez, quien no regresará a Santiago hasta no obtener la respuesta del gobierno chileno y después que se analice los puntos de vista de esa respuesta.
 
Si Chile insiste en no responder, el Perú también puede expresar su malestar de manera permanente manteniendo en Chile al encargado de negocios para que las otras relaciones no se vean afectadas. Hasta el momento todo está en el terreno diplomático de ambos países.
El exministro de Defensa, Roberto Chiabra, se manifestó en contra de que el Perú siga tratando el caso del espionaje chileno bajo la tesis de las cuerdas separadas y si no hay una respuesta satisfactoria se deben enfriar las relaciones con Chile a todo nivel. “Si se golpea el bolsillo a los chilenos el problema se resuelve en cinco minutos”, señaló.
 
Chiabra dijo que el espionaje inevitablemente va derivar en un enfriamiento en las relaciones de ambos países. “¿Por qué vamos a ser hipócritas, para que nos vamos a reunir si nos están espiando?”, agregó.
 
¿Qué conclusión debemos sacar del comportamiento chileno?. ¿Qué lecciones del comportamiento tibio de nuestra diplomacia?. Superado el incidente estas cuestiones debieran ser objeto de debate público y no solo materia para fabricar rumores entre cuatro paredes.

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