Ser pobre y sin DNI cuesta la vida
Carlos Reyna, Sociólogo
Esta no es una nota escrita con tristeza. Ese es un sentimiento que desarma, y lo que debe despertar la pobreza son otras cosas, entre ellas la acción resuelta de peruanas y peruanos para erradicarla junto con todas sus peligrosas consecuencias.
En la última línea de uno de sus Poemas Humanos, Vallejo frasea “la cantidad enorme de dinero que cuesta ser pobre”. Si pues, cuesta muy caro. Así le costó a Jhon Bardales Angulo, de 29 años, carpintero de San Juan de Miraflores. La pobreza le costó una tuberculosis que no fue tratada, que se expandió a otros órganos, al punto que casi ya no podía moverse. Le fue imposible traer su partida de nacimiento de Iquitos para tramitar su DNI. Sin este no se pudo asegurar, ni siquiera en el seguro para los pobres, y sin ese seguro no podía ser atendido en un hospital público.
Un medio informó de la grave situación de Jhon. Las entidades implicadas reaccionaron, le facilitaron los trámites, pero murió sin llegar a ver su DNI. Su hermana se quedó con el documento en las manos, y también con una deuda que le impedía retirar el cuerpo de Jhon porque se estaba enterando que el seguro no te cubre todo.
La pobreza atrae la mala suerte. Jhon se fue grave justo en medio de la pandemia. Y en el momento en que muy insensatas decisiones presupuestales tomadas en 2019, hicieron que en este 2020, RENIEC recortara casi al 100% las atenciones del registro gratuito itinerante a personas de condición vulnerable como Jhon.
Con ese servicio en funciones, Jhon podría haber sido contactado, se le habría traído su partida de Iquitos, y su dni procesado, sin ningún costo, para que se le atienda en el hospital. De hecho, en 2019, en Lima Metropolitana, se atendieron en sus domicilios o en hospitales o albergues, a unos 3500 casos, ya sea de personas enfermas, con discapacidad o adultos mayores.
Sin embargo, Jhon también pudo haber sido atendido, aún sin DNI, si los centros de salud cumplieran con lo que manda la Ley General de Salud respecto a la perentoria obligación de dichos centros, públicos o privados, de atender a las personas en situaciones de emergencia que pongan en riesgo su vida.
Burocracias inconstitucionales
Ocurre que Jhon, además de la pobreza también ha sido victimado por esa peligrosa irresponsabilidad de ciertas burocracias respecto a sus funciones y a lo que sobre ellas disponen normas tan importantes como la Constitución, las leyes o las sentencias del Tribunal Constitucional que les son aplicables.
Por ejemplo, el artículo 2 de la Constitución, compromete a todo el Estado y a los gobiernos a hacer efectivos los derechos fundamentales a la vida y a la identidad, y a la no discriminación por condición económica. O el artículo 7, que los compromete a lo mismo en cuanto al derecho a la salud.
Ocurre que hay una vieja incultura burocrática que hace que se vea a los mandatos constitucionales como puros adornos retóricos sin poder efectivo sobre la gestión cotidiana en las instituciones públicas. Eso, a pesar de que, en numerosas sentencias del Tribunal Constitucional, se ha subrayado que esas instituciones, en cuanto a los derechos que les toca atender, deben actuar proactivamente. No esperar que se les demande atención sino garantizar el acceso amplio, de todos, a esos derechos.
Pero lo que se ve con frecuencia es que todo aquello que en la Constitución se afirma como derecho o principio, en las leyes se reduce, y en los reglamentos se termina negando. Y, de lo contrario, se bloquea en los presupuestos. En efecto, el funcionario a cargo, puesto frente a problemas de este tipo, suele optar pasivamente por los ajustes en la atención a los más vulnerables.
El rebrote de la indocumentración: Jhon no es el único caso
En lo que se refiere al sector Salud, el proyecto de Presupuesto General de la República para 2021 contempla un aumento significativo. Por ello, no habría razones de tipo presupuestal para que se repitan las rigideces que se presentaron con el joven carpintero. Para que esto no se repita, basta flexibilizar los requisitos para las atenciones de emergencia y ponerlos en línea con lo que manda la Ley General de Salud.
Sin embargo, en el caso de RENIEC el proyecto para 2021 trae una nueva disminución en el presupuesto de apertura del servicio de registro itinerante gratuito de actas de nacimiento y de DNIs. Hasta 2019 este servicio atendió un promedio anual de medio millón de personas vulnerables en los, aproximadamente, 1300 distritos de mayor pobreza del país.
En 2020, por efecto combinado de la pandemia y de la disminución presupuestal, este servicio cayó desde ese medio millón promedio a unos cuantos cientos de atenciones. De hecho, el servicio de registro itinerante gratuito, al presente no tiene presupuesto para desplazamientos.
Si se suma el hecho de que las agencias de Reniec dejaron de atender durante varios meses y luego comenzaron a atender de manera dosificada, es un hecho que ya tenemos un rebrote de indocumentación especialmente entre niños que no han podido acceder a su acta de nacimiento y al DNI, y adultos que no han podido tramitar duplicados por pérdida. Esto es más acentuado en las zonas rurales más remotas y pobres.
Cabe señalar que la actual Jefa de Reniec, Carmen Velarde, no ha sido responsable de la elaboración de los presupuestos institucionales para 2020 ni 2021. Esos fueron elaborados por la gestión anterior, que estuvo hasta fines de agosto, cuando el proyecto 2021 ya estaba enviado al MEF.
Velarde, en el Plan de Trabajo de su postulación para el puesto que ahora ocupa, ofreció mantener el acercamiento a la población vulnerable de distritos de fronteras, comunidades indígenas y rurales, personas con discapacidad y adultos mayores. Para cumplir, tendría que gestionar que el recorte presupuestal se revierta. Esto es perfectamente sustentable y defendible ante el MEF y ante el Congreso
Primero, porque la atención solo con agencias, sin registro itinerante, mantendría embalsada la demanda de documentación, porque su capacidad de atención se mantendrá disminuida y ocasionará una indocumentación superior a la que había hasta 2019.
Segundo, eso afectaría la actualización de los registros de población que necesitan diversos programas sociales ahora más que nunca. RENIEC está a cargo de elaborar el “Registro Nacional para Medidas contra el Covid”, usando bases de datos de diversos sectores, cuando la suya estaría desactualizada, especialmente respecto a los sectores de mayor vulnerabilidad.
Tercero, un registro itinerante reactivado ayudaría a bajar la presión de la demanda de atención sobre las agencias, ahora sobrepasadas.
Cuarto, el registro itinerante ya está entrenado para la atención en espacios abiertos, que son los ideales ahora que se necesita evitar atenciones en espacios cerrados, manteniendo el distanciamiento físico.
Quinto, esta respuesta al embalse de demandas de atención de la documentación tendría un efecto positivo rápido para la imagen de RENIEC, pues solo hay que reagrupar al personal entrenado ahora disperso.
Sexto, la necesidad de vehículos para los desplazamientos seguros de este personal pueden ser financiados por el proyecto BID – RENIEC, que ya tiene este rubro dentro de su plan de adquisiciones y es factible de incrementar los montos. Recursos adicionales se necesitarían para implementos de seguridad y otros gastos operativos.
Sétimo, por último, otras opciones para potenciar la capacidad de atención de RENIEC, tal como la virtualización de los servicios para atención remota a la población, tomará un tiempo significativo en implementarse. Su inconveniente mayor, sin embargo, es que la población rural, lejana o en condiciones de pobreza no podrá incorporarse a ese tipo de atención en el corto plazo por razones obvias.
Al momento de redactar este artículo, me informan de otro caso tan o más extremo que el de Jhon. Un hombre de aproximadamente 60 años fue hallado sin vida en una choza cerca del Cerro Intiorko en Tacna. No podrá ser nunca identificado pues no se encontraron sus huellas digitales en los registros de RENIEC.
Entre ambos casos seguramente ahora mismo estarán ocurriendo otros, así sean menos extremos. ¿Cuántos serán? Pero igual nos harían volver sobre todo lo que puede llegar a costarle la pobreza a un pobre. Y de todos modos solo queda poner fuerza, decisión, y capacidad de escucharnos y unirnos para superarla.
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