Renovación electorera

Según el Latinobarómetro del año 2009 el Perú figura como uno de los países andinos con menor confianza en sus instituciones y como el país que ocupa el último lugar de la región (22%) en cuanto a la satisfacción con la democracia.

Estas cifras evidencian el profundo desencanto que las instituciones democráticas causan en la población y, lamentablemente, esta reacción ciudadana no es gratuita.
Como afirma un artículo de la BBC Mundo¹, el año 2009 ha sido un año crítico para el Congreso de la República del Perú que ha sonado por los escándalos de corrupción de sus integrantes, antes que por su efectividad. Así, de un total de 120 congresistas, en lo que va del período electoral que se inicio en el año 2006, alrededor de 82 han recibido denuncias por delitos y faltas graves; 27 se han visto implicados en escándalos tanto de corrupción como personales y cinco han sido removidos del cargo. En medio de la lluvia de congresistas “comepollos”, “lavapiés”, “robaluz”, etc. e incluso de un Presidente del Congreso al cual se le ha involucrado en un escándalo de corrupción por haber utilizado dinero del Estado para financiar el show de una conocida cantante, ¿cómo puede, el ciudadano peruano, confiar en sus autoridades?
En este contexto, el Presidente Alan García ha propuesto la reducción del mandato congresal a la mitad. ¿Será esta medida la solución para el desprestigio del Congreso de la República? ¿Si el tiempo de mandato congresal se reduce, podremos evitar futuros “comepollos”, “lavapiés” y “robaluces”? La respuesta es negativa. La propuesta presidencial no es otra cosa que un parche que no funciona pues es necesario cambiar el conjunto del sistema de representación política. No hay en el mundo, ningún Parlamento unicameral que se renueve por partes, ni que tenga períodos congresales cortos. Para que esta renovación propuesta por el Presidente tenga efectividad es preciso contar con un parlamento bicameral donde una cámara (diputados) se puede renovar por partes y la otra (senado) se elige por períodos más largos. Esta sería una reforma de fondo y no un parche como la propuesta gubernamental.
Otra Mirada presentó, en Setiembre del 2009, el encarte titulado “Una democracia sin cimientos se puede caer” en el cual resaltaba la importancia de lograr un acuerdo democrático que se plasme en una Nueva Constitución pues, la vigente, es producto de una dictadura. Lo mejor sería realizar una reforma al sistema de representación política dentro de una reforma integral de la Constitución que se sustente en un nuevo contrato social distinto al vigente desde 1993.
La propuesta de García carece de seriedad y más parece una campaña de propaganda personal a costa del Congreso de la República que una voluntad auténtica de cambio.

¹ En BBC Mundo: Perú: ¿el peor congreso? Para leer el texto completo ingrese aquí

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