Perú: perversiones en el mercado del hierro y acero

Por: 

Jorge Manco Zaconetti

Con la privatización de los yacimientos de hierro de Marcona/Ica en 1992 a favor de la Shougang Hierro Perú, una filial del gigante conglomerado estatal chino Shougang Group Corporation, se dio la primera experiencia de las inversiones chinas fuera del territorio de la República Popular China; al margen que se socializaron las deudas y pasivos que tenía la empresa Hierro Perú con el Estado (Sunat, Aduanas, Seguro Social, proveedores etc.), asumiendo el Estado peruano una deuda de más de US$300 millones de dólares; es decir, se limpiaron los pasivos y se privatizaron las instalaciones, plantas, reservas de hierro por más de 100 años, igualmente se transfirió el puerto de San Nicolás, de gran calado. ¡Todo a precio de remate!

Han transcurrido más de 33 años de dicho negociado y el hierro extraído en un 98 % de la producción se transporta a la República Popular China, dejando desabastecido el mercado interno de hierro, pues no se fijó cláusula alguna para abastecer prioritariamente el mercado interno. Es más, desde un inició la empresa estatal china adoptó los métodos propios de la sobre explotación de la fuerza de trabajo, sin mayores inversiones. Ello significó, en su momento, que la fuerza de trabajo fuera el principal sostén de la producción, con accidentes fatales, incapacitantes y discriminación salarial.

En verdad, los capitales chinos en la explotación de la fuerza de trabajo están lejos de la modernidad capitalista, del incremento de la producción por medio de una mayor productividad vía inversiones en nueva maquinaria y equipo. De allí los recurrentes conflictos con sus trabajadores; por ello, el Sindicato de Trabajadores Obreros representativos ha iniciado una huelga general indefinida a pesar de la elevada rentabilidad operativa y neta de la empresa Shougang Hierro Perú.

Como casi el 98 % de la producción del hierro se “vende a la matriz” Shougang Group, un gigante en la economía china, las empresas que operan en el mercado interno del acero, como son Aceros Arequipa S.A., que tiene como principales accionistas a los capitales nacionales asociados a las familias Cillóniz Champin, Cillóniz Rey, José Baertl Montori, a los Von Wedemeyer; y de otro lado, a SiderPerú, cuyo mayor accionista es la transnacional brasileña Gerdau, operando en la Planta de Chimbote.

Al no tener acceso al hierro de Marcona y al estar cerrado el “Alto Horno” de la Planta de Chimbote desde el 2008, el que se constituye en el corazón de toda industria siderúrgica, las empresas que operan en el país utilizan hornos eléctricos secundarios utilizando como combustible el gas de Camisea. En Pisco opera la moderna planta de Aceros Arequipa y, en Chimbote la unidad de SiderPerú, que se destaca por la marca con un prestigio de 75 años en la industria.

La cruel paradoja es que, teniendo tanto hierro, ambas empresas de la industria del acero que operan en el Perú, tanto “Aceros Arequipa” como “SiderPerú SAA” de la transnacional brasileña Gerdau, compran en el exterior chatarra, productos intermedios y productos finales para abastecer el mercado interno de acero, en especial para la elaboración de los productos largos que se utilizan en la construcción.

Por lo tanto, las perversiones del “libre mercado” explican que, entre el 2021 al 2024; es decir, desde la recuperación de la economía mundial, desde el Perú, la empresa china Shougang Hierro Perú ha transferido a su matriz 65.2 millones de toneladas de concentrados de hierro; mientras tanto SiderPerú y Aceros Arequipa importan productos intermedios y chatarra, lo cual constituye una salida de divisas en nombre del “libre mercado” que solamente existe en los libros de texto.

Con la información de la “Asociación Latinoamericana del Acero” en el 2024, el consumo aparente de acero bruto en nuestro país se acercaba a los 3.4 millones de toneladas, donde la producción local, de 1.1 millones toneladas, eran responsabilidad de Aceros Arequipa y 516 mil toneladas de parte de SiderPerú, la diferencia se saldaba con importaciones. Es más, ambas empresas importan, lo que quiere decir que compran afuera productos semiterminados, chatarra, y productos finales; es decir, también son importantes importadores, en especial SiderPerú que mantiene la producción por debajo de las 600 mil toneladas anuales, con una alta rentabilidad y un menor número de trabajadores.

Mientras la competencia “Aceros Arequipa” se capitaliza, aumentan sus ingresos, patrimonio, capital social, activos fijos e incrementa sus inversiones tanto en el Perú como el exterior. Prueba de ello son las nuevas inversiones por US$243 millones en la nueva acería de Pisco que le han permitido una producción de 1.250 mil toneladas de acero, aprovechando las ventajas del gas natural de Camisea.

Es más, la nacional “Aceros Arequipa” se internacionaliza en los Estados Unidos, adquiriendo dos activos de negocios en Florida como captadoras de carga metálica, las cuales le han permitido asegurar un abastecimiento de 100 mil toneladas anuales de acero reciclado para su nueva planta de Pisco, que, y por razones ambientales, tuvo que cerrar la Planta de Arequipa. Es más, opera también en Chile, Bolivia, Colombia, Guayaquil.

De otro lado, con la producción de SiderPerú SAA, que se mantiene por debajo de las 600 mil toneladas anuales, obtiene una rentabilidad a pesar de las mínimas inversiones. Gerdau un gigante del acero a escala mundial es propiedad de la transnacional brasileña Gerdau, de la familia Gerdau Johannpeter que conforma el Consejo de Administración; opera en varios países, tales como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, India, México entre otros.

El Grupo Gerdau que opera la siderúrgica de Chimbote tiene cerrado el “Alto Horno” desde el 2008, a pesar de los compromisos asumidos con el segundo gobierno de Alan García, pues utilizan un solo horno eléctrico secundario, dedicándose básicamente a la importación y compra de chatarra, productos intermedios y productos finales, comprando casi el 50 % de sus requerimientos a sus empresas vinculadas.

En la práctica, la empresa Siderúrgica del Perú se convierte más en una empresa importadora, distribuidora, comercializadora y elaboración de los productos de acero, en especial productos largos, dejando de lado las posibilidades de crecimiento industrial, la cual debiera promoverse en el marco de una estrategia nacional de desarrollo.

A pesar de tales características de SiderPerú, los accionistas de la Empresa Controladora Gerdau de Brasil han percibido como dividendos entre el 2021 al 2024 más de S/ 621 millones de soles, gracias a la posición de mercado y los bajos salarios que no guardan correspondencia con la riqueza creada. Y, al III Trimestre del 2025, tienen importantes resultados económicos, tal como lo expresa el documento oficial “Análisis y Discusión de la Gerencia”, cuando suscribe que la empresa tiene: “una excelente capacidad financiera para cubrir con recursos corrientes la totalidad de sus obligaciones corrientes sin inconvenientes…”

A pesar de ello, la empresa y su directorio son más duros que el acero para remunerar con justicia a sus trabajadores empleados, pues ofrecen como incremento la inflación del 2025 que no supera el 1.37 %, una tasa de inflación de las más bajas del mundo, más un punto o menos todavía como incremento al básico, lo cual significa una falta de reconocimiento a la contribución de los trabajadores a la riqueza creada.

Chimbote creciente malestar

En verdad, Chimbote, capital de la provincia del Santa, es una olla a presión por el creciente malestar de los trabajadores en su conjunto, pues las empresas privadas y las propias entidades estatales adoptan como política salarial el índice de precios al consumidor, dejando de lado la rentabilidad y productividad del negocio. Por ello, como una especie de frente social, se ha creado recientemente el SEGEN donde están los diversos secretarios generales representando a sus bases sociales, que superan a los 20 mil trabajadores organizados.

De tal forma, están en dicho frente defendiendo los intereses de Chimbote, el Sindicato de Empleados de Siderperú, el Sindicato Único de trabajadores del servicio de Agua Potable de Chimbote, Casma y Huarmey; el Sindicato Único de Trabajadores del Proyecto Especial Chinecas, el Sindicato Único de Trabajadores el Vivero Forestal – Diócesis de Chimbote, el Sindicato de Trabajadores No Docentes de la Universidad San Pedro, el Sindicato de Trabajadores No Docentes de la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote, el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Sociedad de Beneficencia de Chimbote, el Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil de Chimbote y del Departamento de Áncash, el Sindicato de Trabajadores del Terminal Portuario de Chimbote, el Sindicato de Trabajadores del Distrito Judicial Santa – Chimbote, el Sindicato de Trabajadores de Seguridad y Guardianía del Ministerio Público – Fiscalía de la Nación, el Sindicato Unitario de Trabajadores de SIMA Perú, el Sindicato de Trabajadores Municipales.

Al margen de las particularidades sectoriales, a los trabajadores los une la defensa de la industria siderúrgica, pues durante mucho tiempo la empresa SiderPerú, conjuntamente con las empresas pesqueras, se han constituido en el pulmón económico de la región. Volveremos sobre el tema.