El tema de la semana es, sin duda, el referido a la fase oral que se lleva a cabo en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, en el cual nuestro país ha presentado sus alegatos con una solvencia que muchos especialistas reconocen y que podrían situarnos, en términos técnico jurídicos, en una posición de ventaja frente al vecino país del sur. Sin embargo, hay otros aspectos por considerar que, sin ánimo de eclipsar el optimismo nacional, es preciso señalar.

Primero que nada, cabe resaltar que la fase de los alegatos chilenos recién se da inicio el día de hoy, con lo cual podremos conocer con mayor profundidad la posición vecina. Ello podría dar pie a un clima hostil que, por lo pronto, se ha logrado neutralizar por la fortaleza de nuestros argumentos jurídicos, la postura objetiva de quienes están llevando el caso en la corte, etc. Sin embargo, no se trata exclusivamente, así quisiéramos, de un tema jurídico. Esta postura es un ideal. Se trata, como suele ocurrir en estas confrontaciones, también de una disputa de correlación de fuerzas.

En dicho sentido, cabe mencionar que no es cierto, como han señalado algunos analistas, que este litigio internacional nos encuentra en una posición privilegiada en la región. Si bien la intención de Cancillería ha sido durante buen tiempo evitar disputas con los países vecinos para así tener “aliados” antes de que se emita la sentencia (sea esta favorable o desfavorable al Perú), esta intención no ha sido del todo alcanzada. Basta notar ciertos gestos que así lo demuestran como son la distancia notoria que hay con Brasil, país que fue hace no muchos meses, muy cercano al nuestro. Consideremos también las ausencias de Dilma Roussef (Brasil), Evo Morales (Bolivia) y Cristina Fernández (Argentina) a la VI Cumbre presidencial de UNASUR celebrada en Lima la semana pasada. Estos gestos hablan por sí solos respecto a la distancia que ciertos países, otrora cercanos, mantienen en la actualidad.

Por otro lado, es preciso tomar en cuenta el contexto chileno. Chile se encuentra atravesando un momento de cambio gubernamental y el período de deliberación por parte de los jueces de la corte, así como la posterior sentencia que emitan, formarán parte de los discursos de campaña electoral. No resulta arriesgado considerar que la postura de los candidatos sea una que vaticine una sentencia favorable al país del sur o, aún más que eso, podría haber un candidato que indique (precedentes no faltan) que no permitirá una sentencia desfavorable a Chile.

Cabe por ello estar atentos a lo que ocurre en la Haya pero, sobre todo, no comprar ciegamente el discurso optimista respecto al tema de fondo que es la relación de nuestro país con los otros de la región. En Otra Mirada hemos señalado en otras oportunidades la importancia de la integración con la región y, sin embargo ese es un tema obviado en la agenda mediática cuando, ahora, es de lo más relevante. Esta no debe ser otra oportunidad perdida para ponerlo sobre la mesa y debatir sobre nuestro futuro en relación con nuestros vecinos.