Los días jueves y viernes de la semana pasada el Señor Jaime de Althaus nos atacó en su programa “La hora N” en el Canal N, calificando nuestro infodiario del día jueves 11 “¿Cuánta Amazonía nos queda y qué quieren regalar?” como mentiroso y desinformador. A pesar de que el día viernes 12 en la mañana le enviamos una carta señalando la actitud poco democrática de atacarnos sin que estuviéramos presentes y pudiéramos responder, repitió sus ataques la noche siguiente también en ausencia nuestra. Esta es la libertad de expresión que practica de Althaus y de la cual se cree gran paladín.
Pero ¿qué fue lo que dijimos en el infodiario del jueves 11 y qué es lo que tanto molesta a de Althaus para gastar los preciosos minutos de su programa en denostar de este reciente blog? Nuestro propósito ha sido, con las diferentes fuentes de información disponibles, señalar cuál es la dimensión del bosque amazónico que corresponde al Perú, cuánto se ha deforestado en los últimos años, cuánto del bosque son tierras tituladas en manos de indígenas y cuál es el área que ya está o puede ser concesionada para diferente tipo de actividades extractivas.
Lo que rápidamente se concluye de la información presentada es la magnitud de la deforestación ocurrida en los últimos años, aproximadamente 10 millones de Hás., la dimensión enorme del área que está o puede ser concesionada en el futuro próximo que alcanza alrededor del 70% de la Amazonía y el territorio en manos de las comunidades que llega aproximadamente al 20% del bosque amazónico.
Poner sobre la mesa las dimensiones del bosque Amazónico ha sido especialmente irritante para el oficialismo y sus voceros, entre los que destaca de Althaus, porque en esos días, precisamente, se había puesto en el aire un spot infamante que señalaba que “para 400 mil nativos hay 12 millones de Hás” deslizando la especie de que un grupo de privilegiados se apropiaba de vastos territorios. Como vemos, a la luz de los datos, nada más falso, se trata de sus territorios ancestrales que han logrado titular tras dura lucha.
Asimismo, resaltamos también la amenaza que han representado para esta situación los decretos, parece que ya en vías de ser derogados. Amenaza que pende, cual espada de Damocles, no sólo sobre los territorios ajenos a las comunidades sino sobre sus propios territorios titulados, debido al confuso concepto de “seguridad nacional” que se podría usar como posible causal de expropiación.
Creemos en el ejercicio de un periodismo serio, ya sea en la TV o en el espacio virtual del internet. No nos negamos a polemizar con nuestros adversarios ideológicos, como es el caso de Althaus, pero con lo que sí no podemos transigir es con la mentira como método de polémica, vía por la cual no se llega a ningún esclarecimiento y por la cual sólo contribuimos a la indeseable polarización en la que las provocaciones del neoliberalismo han sumido al Perú.