¿Qué esperar de Cateriano?
Lo primero a señalar es el detonante inmediato de la crisis política. No se trata de cualquier cosa. La Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) ha sido encontrada haciendo un espionaje masivo a políticos de todos los colores, además de otros funcionarios públicos, líderes de opinión y empresarios. Es decir, una herramienta fundamental del Estado como es la inteligencia, cuyo objetivo es proteger la seguridad nacional, usada al servicio de los intereses políticos de corto plazo de quien ocupa, temporalmente, la primera magistratura de la nación. Una práctica inaceptable para cualquier régimen democrático, porque si el gobierno nos espía nos colocamos respectivamente como enemigos ya no como adversarios y se rompe todo fundamento de convivencia.
Hoy podemos entender a cabalidad por qué nos espía Chile. Porque quien debería ocuparse de hacer la contrainteligencia respectiva está dedicada a juegos domésticos. El responsable, funcional y práctico, de todo esto es el Presidente de la República, el actual, Ollanta Humala, y los anteriores, porque la denuncia también señala que, por lo menos Alan García, también estuvo inmerso en estas prácticas. Sin embargo, Humala hereda y aumenta, porque durante su gestión el presupuesto de inteligencia multiplica varias veces su monto global. Al no poder ir contra el Presidente porque es inimputable de acuerdo a la Constitución el Congreso ha ido contra la Premier. Más allá de los aprovechamientos coyunturales su suerte estaba echada.
Desde Palacio esta se ve como una crisis política y nada más. La oposición que busca fastidiar a Ollanta Humala y arremete para malograrle el final de su gobierno. Por ello, no es casualidad que el núcleo de decisión, la pareja presidencial, haya optado por Pedro Cateriano como Premier. Hasta ahora Cateriano era conocido como el Ministro de la luz verde (“Nadine ya me dio luz verde” dijo en algún diálogo telefónico) y seguro que en Palacio pretenden que sea el Premier de la luz verde. ¿Qué significa esto? Que Cateriano, como pocos, captó rápidamente el instinto cortesano que era necesario de desarrollar para llevarse bien con la pareja presidencial. Cumple entonces el requisito fundamental para que lo nombren Premier de este gobierno, ser cortesano. Sin embargo, tiene también otra característica que es la de tener buenos contactos con las élites políticas y empresariales pre y post cinco de abril, lo que le puede permitir oficiar de pararrayos ante cualquier ofensiva política y/o empresarial de estos sectores. Por ello, es relativa su autonomía política en decisiones importantes. Podrá hacer lo que no perturbe la tarea central de este último tiempo en Palacio: hacer maletas, con todo el detalle y la tranquilidad necesarios para su partida el 28 de julio de 2016.
Pero allí no se termina la paradoja de un Premier que no sabemos que tanto Premier será. Cateriano significa también el cierre del círculo en el camino que Humala empezó entre la primera y la segunda vuelta del 2011. Este liberal a ultranza que es Pedro Cateriano termina de Premier de un candidato que entró a la política y ganó la primera vuelta de aquellas elecciones con las banderas de la Gran Transformación. Exactamente lo contrario a lo que cree Cateriano, de la A a la Z. Pedro Cateriano ha sido todos estos años un funcionario de la operación de traición al pueblo peruano, en los millones de personas que votaron por el candidato Humala para hacerlo Presidente de la República.
La crisis, sin embargo, no es solo política, sino también económica y social. El modelo económico está de bajada y los números hablan por sí solos. Esta crisis también empieza a tener hondas repercusiones sociales que se ven en las movilizaciones en distintos puntos del país, con Tía María como el ejemplo inmediato. Sobre la economía Cateriano no parece saber sino lo que le dicta el dogma y sobre la movilización popular lo que le dice la policía. No sabemos por ello qué futuro podrá tener más allá de los confines de la política de cóctel. Por ello, parece ser una buena opción para las necesidades de la pareja presidencial, pero no sabemos si también para las necesidades del país.
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