¿Se equivocó Alberto Andrade?

El domingo pasado, en el diario El Comercio, se publicó el artículo ¿En qué barco está Keiko Fujimori?, del periodista Juan Paredes Castro.

En este texto, Paredes realiza un análisis de las oportunidades de Keiko para gobernar “democráticamente”, pues, en su opinión, la actual congresista viene siendo apoyada por un caudal de votos que se identifica con “los saldos de gobierno más sanos y legítimos de su padre”. ¿Tendrá saldos positivos un gobierno que cometió el delito más grave contra un estado democrático, como fue el golpe de estado de 1992? 
 
Paredes Castro es más polémico cuando plantea una distinción entre “los errores, excesos y estilos de Fujimori” y “la conducta delictiva de Vladimiro Montesinos”. De esta manera, se intenta reescribir la historia de los “siameses” Fujimori y Montesinos, como en algún momento los llamó el fallecido ex Alcalde de Lima, Alberto Andrade. Fujimori – que está sentenciado por criminal – habría cometido errores y los delitos serían de Montesinos. Además, al plantear que el fujimorismo es un partido democrático y constitucional, cuyo error de gobierno más grave fue la corrupción, se olvida el latrocinio de la dictadura de los noventa y se busca defender el modelo económico neoliberal que instauró de forma implacable Alberto Fujimori.
 
No debemos olvidar, sin embargo, que si el fujimorismo se ha convertido en una opción de gobierno se debe también a que los otros partidos políticos le cedieron el paso. Recordemos las declaraciones que dio hace unos meses el Congresista del PPC Juan Carlos Eguren para el diario La Primera, donde señaló que “en el espacio democrático están todos aquellos que se diferencian del humalismo, incluyendo al fujimorismo”. Una situación similar se observa cuando la candidata a la Alcaldía de Lima, Lourdes Flores, busca ganar los votos fujimoristas afirmando que los “ataques” a su candidatura demuestran que “la mafia montesinista quiere reorganizarse con el fin de volver a capturar el Estado peruano”. ¿Por qué Lourdes Flores no dice mafia “fujimontesinista”?
 
Para el sociólogo Sinesio López, el interés de encontrar una diferencia entre Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos es una estrategia con la que se quiere limpiar a Fujimori de los crímenes y la corrupción ocurridas durante su gobierno. De esta manera, “el dictador es presentado como un estadista mientras que Montesinos es el corrupto y el asesino. El Chino, se dice  además, desconocía las maldades y corruptelas de Montesinos”.
 
Finalmente, el juicio realizado el año pasado contra Alberto Fujimori demostró que Andrade sí tenía razón, pues quedó comprobado que Fujimori y Montesinos formaron parte de un aparato de poder mafioso y corrupto. ¿Acaso hemos olvidado que Alberto Fujimori ha sido condenado por graves delitos contra los derechos humanos? ¿Cómo es posible que uno de los editores de un diario que luchó por el regreso de la democracia, como El Comercio, intente lavarle la cara de esta forma al fujimorismo?

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