Las venas abiertas de Venezuela

Por: 

Ariela Ruiz Caro

La demora del Consejo Nacional Electoral (CNE) en la publicación de las actas que respaldan los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela han vuelto a poner a ese país en el centro del debate internacional y ha dado lugar a un nuevo realineamiento de la región y del mundo en torno a la legitimidad de las elecciones. 

El retraso, que el gobierno ha atribuido a un supuesto hackeo en la plataforma digital del CNE para su publicación, más no para su procesamiento, dio lugar a que la principal fuerza opositora, Plataforma Unitaria Democrática (PUD), liderada por María Corina Machado y su candidato presidencial, Edmundo González, recopilara tres días después de la elección el 81% de las actas de votación, proporcionadas por los testigos en las mesas electorales del país, que los dan como ganadores con el 67 % de los votos, frente a un 30 % obtenido por Nicolás Maduro.

Es sobre la base de estos resultados respaldados por actas subidas a un portal de libre acceso –que carecen de institucionalidad y de auditoría– que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, felicitó al candidato Edmundo González por su exitosa campaña. En el comunicado publicado el jueves pasado por el Departamento de Estado se señala que, “dada la abrumadora evidencia, está claro para Estados Unidos y, lo que es más importante, para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales”. Asumiendo las funciones de árbitro internacional, Blinken lamentó que los resultados anunciados por el CNE fueran profundamente defectuosos, y que no representaran la voluntad del pueblo venezolano. 

Además de felicitar al ganador por su exitosa campaña (financiada por su gobierno) dijo que apoyarán plenamente el proceso de restablecimiento de las normas democráticas en el país y que están dispuestos a considerar formas de reforzarlo junto con “nuestros socios internacionales". Sin embargo ayer, una semana después de la publicación del comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, informó que aún no lo consideran presidente de Venezuela. El viernes Maduro había amenazado con transferir los yacimientos de petróleo y gas a “nuestros aliados de los BRICS”. Según Maduro, "ya el mundo no depende de la élite gobernante en Washington […] Hay otro mundo y ese mundo está abierto con todas sus posibilidades políticas, diplomáticas, culturales, económicas, financieras, comerciales, espirituales a Venezuela”.  

El viernes Argentina, Uruguay, Costa Rica y Ecuador reconocieron a Edmundo González como presidente electo. Perú lo había hecho antes de que la oposición tuviera siquiera ese porcentaje de actas. Con atribuciones de jueza, la canciller Diana Mondino ha señalado que “todos podemos confirmar, sin lugar a ninguna duda, que el legítimo ganador y presidente electo es Edmundo González”. “Todos” es mucho decir pues el World of Statistics, señala que ya son casi cincuenta países los que han reconocido la reelección de Maduro. El CNE concluyó el sábado el conteo de votos al 100%, sin publicar las Actas.

Recuerdos del pasado

Después de que en la madrugada del 29 de julio, el CNE se apresurara en publicar un primer boletín en el que anunció el triunfo de Maduro con 80% de votos escrutados –sabiendo que no podía mostrar las actas de respaldo– los gobiernos de Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay emitieron un comunicado conjunto en el que manifestaron su preocupación por el desarrollo de las elecciones presidenciales en Venezuela y exigieron la revisión completa de los resultados con la presencia de observadores electorales independientes que aseguren el respeto de la voluntad del pueblo venezolano que participó masiva y pacíficamente. En dicho comunicado anunciaron una reunión urgente del Consejo Permanente de la OEA para emitir una resolución que salvaguarde la voluntad popular, enmarcada en la Carta Democrática y los principios fundamentales de la democracia en nuestra región.

El canciller de Venezuela, Yvan Gil, respondió con otro comunicado en el que anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con los siete países y expresó “su más firme rechazo ante las injerencistas acciones y declaraciones de un grupo de gobiernos de derecha, subordinados a Washington y comprometidos abiertamente con los más sórdidos postulados ideológicos del fascismo internacional, tratando reeditar el fracasado y  derrotado Grupo de Lima, que pretenden desconocer los resultados electorales de los comicios presidenciales efectuados este domingo 28 de julio de 2024". Recíprocamente, los Presidentes de esos países suspendieron las relaciones diplomáticas con Venezuela y retiraron al personal, aunque se mantienen las relaciones consulares.

El conflicto proyecta un escenario similar al del Grupo de Lima, constituido en agosto de 2017 por 14 países del hemisferio, entre ellos Estados Unidos y Canadá, con el objetivo de dar seguimiento y acompañar a la oposición venezolana para buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela y poder emitir pronunciamientos, avalar sanciones económicas, coordinar recepción de migrantes, instar a las fuerzas armadas de Venezuela a reconocer a Juan Guaidó, entre otros, que no podían ser aprobados en el marco de la OEA.
Asimismo, el reconocimiento de González por cinco países latinoamericanos, y a medias por Estados Unidos, tiene un símil con el de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, reconocido por más de cincuenta países, a pesar de no haber participado en una contienda presidencial. El Grupo de Lima se desintegró y Guaidó terminó sin pena ni gloria, después de haber sido recibido por Donald Trump y ovacionado de pie, en 2018, por ambas Cámaras y Partidos políticos. De nada sirvió la sagacidad golpista de Elliot Abrams, de John Bolton ni de Mauricio Claver-Carone, quienes aseguraban que el régimen venezolano no resistiría las sanciones ni los planes de desestabilización. 

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