Gas de Camisea sin inversiones en exploración
Jorge Manco Zaconetti
Lamentablemente en el gobierno de la señora Boluarte no existe una real decisión por la masificación del gas natural en el país y en especial para la Macro Región Sur, Cusco, Arequipa, Apurímac, Moquegua, Tacna, Puno por más que se publiciten las declaraciones sin mayor fundamento del ministro de Energía y Minas Rómulo Mucho, exitoso empresario minero, pero sin rumbo ni conocimiento en materia energética.
Apostar por el transporte del gas natural mediante camiones cisterna en lo que se denomina gasoductos virtuales para el norte y sur del país, es una solución de corto plazo que preserva los intereses del Consorcio Perú LNG y el proyecto de exportación del lote 56 que dicho de paso termina en el 2028 y no se han repuesto las reservas de gas natural consumidas desde el 2004 a la fecha.
El contrato de exportación del lote 56 que ha consumido más de 2.1 trillones de pies cúbicos en gas natural desde el 2010 al 2022 tenía reservas probadas estimadas de gas natural de 1 trillón de pies cúbicos, por tanto, al 2024 las reservas probadas deben ser menores y se debe tener una estrategia nacional que promueva la inversión exploratoria, de riesgo en yacimientos donde se presume que existen importantes recursos de gas natural y condensados.
La opinión pública y la clase política debe reconocer que dicho lote 56 destinado a la exportación se negoció durante el gobierno corrupto de Alejandro Toledo de una forma contraria al interés público, pues prácticamente PerúPetro la agencia de contratos entregó en negociación directa dicho lote al Consorcio Camisea, sin licitación ni concurso internacional alguno con 2 trillones de pies cúbicos y 200 millones de barriles de condensados, prácticamente como reservas probadas.
Es más, desde que se inició el proyecto de exportación en setiembre del 2010 hasta el año pasado 2023 en el lote 56 apenas se han perforado 3 pozos exploratorios, es decir inversiones que conllevan riesgo a pesar de los importantes ingresos de exportación del gas natural, que sumaron un valor de US $ 15,489 millones de dólares en el período; valor de exportación al cual habría que restar las regalías pagadas al fisco, que tienen una fórmula especial de determinación en función al precio internacional del gas natural del mercado de llegada menos todos los costos asumidos (Net Back Price) hasta llegar al precio en boca de pozo, es decir en la producción.
Si se tiene presente que la inversión más importante para hacer viable el proyecto de exportación del lote 56 fue la mega inversión de la Planta de Licuefectación de Pampa Melchorita donde se convierte el gas natural en líquido para que pueda ser transportado en buques metaneros tuvo un costo de US $ 4,500 millones de dólares, podemos afirmar que ha sido un negocio muy rentable para los accionistas de Perú LNG.
Es más, si a ello se suman los ingresos provenientes de los líquidos de gas natural, que tienen precios de mercado un poco menores al precio internacional del petróleo, del cual se extraen nafta una especie de gasolina cruda que se exporta, gas licuado de petróleo (GLP) y diésel en la Planta de Fraccionamiento de Pisco siendo estos productos realizados, es decir vendidos en el mercado interno. Podemos decir que el negocio del gas natural y líquidos de gas natural de los lotes de Camisea 88, 56, y 57 es muy rentable. Pero se están agotando las reservas probadas y los gobiernos de turno desde el 2016 para adelante no tienen una visión estratégica, en gran medida por la profunda crisis política que agobia al país.
En tal sentido, los accionistas del Consorcio de Exportación Perú LNG SRL conformado por la estadounidense Hunt Oil Company con el 50 %, Shell Gas BV de Holanda con el 20 %, Marubeni Corporation del Japón con el 10 %, y la coreana SK Innovation con el 20 % restante priorizan la exportación en contra de la masificación interna del gas natural. Se debe conocer que SK de Corea del Sur el 8 de febrero del 2024 ha firmado un acuerdo para transferir toda su participación del 20 % en Perú LNG a favor de la firma estadounidense MidOcean Energy una subsidiaria de EIG Global Equity Partners. ¿Por algo será?
Sería interesante saber en cuánto ha valorizado la transnacional SK su participación del 20 % en el Consorcio Exportador de Perú LNG. Estoy casi seguro que ha valorizado las reservas probadas, probables y posibles que yacen en el subsuelo cuando por la Constitución de 1993 y la propia ley de hidrocarburos tales reservas en el subsuelo pertenecen a la Nación peruana, por tanto, corresponden al Estado. ¿Qué puede decir al respecto el señor ministro de energía y minas?
Lote 88 en cuestión
En el denominado lote 88 la transnacional holandesa Shell entre 1983 al 1998 realizó 6 pozos exploratorios asumiendo inversiones de riesgo que fueron valorizados en US $ 500 millones de dólares. El lote 88 antes se denominaba lote 38 y 42, y se descubrieron más de 9 trillones de pies cúbicos de reservas de gas natural con condensados, que la Shell en 1998 entregó al Estado peruano por no llegar a un acuerdo en el llamado “Contrato del Siglo” firmado por el presidente Fujimori y el Consorcio Shell/ Mobil
Por ello el ex presidente Fujimori declaraba ante los medios de comunicación ante el retiro de la Shell/Mobil del país consorcio que priorizaba sus inversiones gasíferas en Bolivia y en las ex repúblicas socialistas de la URSS, que el Perú era US $ 500 millones de dólares porque tenía las reservas probadas del lote 88 en Camisea, las mismas que fueron licitadas en el año 2000 en plena crisis política producto de los “Vladivideos” y la megacorrupción de su gobierno.
Sin embargo, el contrato del lote 88 con las reservas probadas descubiertas por la Shell en 1984 fue firmado durante el “gobierno de transición” del doctor Valentín Paniagua, y la tasa de regalías pactada fue del 37.24 % compromiso asumido por el Consorcio Camisea, liderado por la argentina Pluspetrol. Esto significaba que el Estado percibía el 37.24 % del 100 % del valor obtenido. Una tasa de regalía alta en razón que las reservas del referido lote eran reservas probadas, por tanto, el factor riesgo era mínimo.
El contrato del lote 88 como todo contrato de gas natural tiene una vigencia de 40 años y si fue firmado en el 2001 tiene más de la mitad de su período transcurrido, y comenzó sus operaciones comerciales a mediados del 2004 gracias a la intervención del Estado que promulgó una serie de normas para que el gas natural extraído en el Campo Malvinas en Echarate/La Convención/ Cusco llegará a Lima, al City Gate de Lurín.
En varios artículos nos hemos referido a la importancia del Gas de Camisea en el cambio de la matriz energética por una serie de razones, en especial por el precio regulado entiéndase barato, que ha permitido su consumo en la generación eléctrica en términos muy favorables para las empresas de generación, pues el 45 % de la producción eléctrica proviene del uso del gas natural del lote 88.
En verdad, son varios los beneficios de la cultura del gas natural que prácticamente fortalecen el centralismo de Lima y Callao donde se han favorecido más de 1.7 millones de familias entre otros aspectos, con un combustible barato en relación al GLP y menos contaminante que los derivados del petróleo.
Sin embargo, poco o nada se dice que en el referido lote entre el 2004 es decir el año de inicio de operaciones hasta el 2023 solamente se han realizado 5 pozos exploratorios, que, sumados a los 6 pozos exploratorios realizados por la Shell en la década de los ochenta del siglo pasado, se podría decir que en más de 40 años ha sido débil la actividad exploratoria que implica asumir inversiones de riesgo, que no se están haciendo. Es más, el gobierno actual no tiene en agenda la exigencia de mayores inversiones de riesgo para reponer las reservas de gas natural consumidas del lote 88 destinado a satisfacer el mercado local.
Desde el 2004 al 2023 del lote 88 se han consumido 3.5 trillones de pies cúbicos y las reservas probadas estimadas al 2022 deben ser de 5.8 trillones de pies cúbicos, que al ritmo de un consumo conservador de 3.5 trillones adicionales en los próximos 20 años (2044) las reservas serían mínimas para el afianzamiento de la seguridad energética, asunto que es y debe ser un problema de Estado y de interés público.
Por ello urge asumir una negociación estratégica con el Consorcio Camisea sobre el futuro de las inversiones de exploración en el lote 88 para reponer las reservas consumidas. Ello supone sentarse a conversar con los accionistas del Lote 88. En especial con la transnacional argentina Pluspetrol que retiene el 27.2 % del capital social, con SK de Corea del Sur que tiene el 17.6 % del capital; lo mismo con la estadounidense Hunt Oil que representa el 25.2 % del accionariado, con la argentina Tecpetrol que participa con el 10 %, con la empresa estatal de Argelia Sonatrach que retiene el 10 % y por último con la transnacional española Repsol responsable del 10 % restante.
Una negociación estratégica debe reconocer intereses mutuos y responsabilidades compartidas. El Perú necesita asegurar mayores reservas probadas de gas natural para llevar a cabo una real masificación priorizando el mercado interno sobre la exportación. De otro lado, se debe asumir que se requieren mayores inversiones privadas y reconocer beneficios razonables al capital. Por ello más que expropiar o nacionalizar los hidrocarburos como el gas natural y los líquidos de gas natural de Camisea como lo hizo en Argentina con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con los activos de Repsol, nos saldría muy caro y sería un craso error. ¡Hay que ser nacionalistas, pero no tontos!
Este artículo se publicó en el Diario Uno