Alejandro Narváez Liceras (*)
El último destape del escándalo y sus tentáculos de favores mutuos en el Ministerio Publico, nuevamente nos ha conmocionado y ha aflorado la magnitud de las cloacas de la corrupción. La pugna entre el poder económico y político por el control del poder judicial ha sido una constante en el Perú para garantizar su salvaguarda a los pillos y los corruptos.