Los goles fallados por Vásquez
Víctor Zamora Mesía
Gerente General de Gobierna Consultores SAC
El gol errado por "El Cóndor" Mendoza en el partido entre Perú y Ecuador durante las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006 se convirtió en una herida abierta del fútbol peruano. Ese gol pudo cambiar no solo el resultado del partido, sino el destino de la selección en la clasificación. Quedó grabado como un error emblemático porque el jugador se encontraba solo frente al arco vacío. "¡Cómo vas a perder ese gol!" resonó en la memoria colectiva.
"Como vas a perder ese gol" es lo que hoy le decimos a Vásquez, actual ministro de Salud, quien en los últimos dos meses decidió cancelar un proyecto del Banco Mundial valorizado en S/ 300 millones y solicitar al MEF el recorte de S/ 138.5 millones para otro proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo.
No se trata de proyectos menores. El presupuesto del Banco Mundial buscaba fortalecer las capacidades para la vigilancia y control de nuevas pandemias. El del BID pretendía fortalecer las redes de servicios de salud de primer nivel, entre ellas las de Comas y Villa El Salvador quienes sufrirán el recorte. Recordemos que el 95% de los establecimientos de primer nivel presentan infraestructura deficiente y 30% carece de agua potable.
Qué fácil fue llenarse la boca con críticas y falsas promesas. "¿Por qué no se fortaleció el primer nivel o por qué nuestros laboratorios no fueron fortalecidos?", decía el actual ministro desde su cómoda posición de congresista. Ya siendo ministro, prometió priorizar el primer nivel de atención. Los hechos lo contradicen.
El fracaso en cifras
Las coberturas de vacunación no se han recuperado. La tosferina ha infectado a más de 600 peruanos y cobrado una decena de vidas en Loreto, región donde la vacunación no supera el 50%. Morir de tosferina en el siglo XXI constituye un desastre porque existe una vacuna segura, efectiva y gratuita, y significa el retroceso de décadas de progreso que habían posicionado al país como ejemplo internacional. Mientras escribo este artículo, ya se han notificado los primeros casos de esta enfermedad en Lima. La fiebre amarilla, también prevenible por vacuna, registra ya 12 fallecidos durante este año.
La anemia representa otro frente abandonado. Según el Instituto Peruano de Economía, 19 regiones reportaron aumento de casos respecto a 2022. Entre los factores están el limitado acceso a agua segura, las brechas en servicios de salud y las dificultades en la entrega de suplementos nutricionales.
La crisis del medicamento
La gestión del medicamento evidencia abandono claro. El desastroso manejo de la crisis del suero fisiológico, generada por el propio ministro, dejó un lamentable saldo de fallecidos y secuelas que persisten: desabastecimiento, especulación de precios y corrupción (el caso de EsSalud resulta emblemático).
La crisis del medicamento esencial ha acompañado esta gestión desde el primer día. Sucesivos cambios en CENARES explican que hoy el gasto de bolsillo por medicamentos se haya incrementado. Cerca de un cuarto de millón de peruanos ingresan a la pobreza solo por comprar sus medicinas. Este ministro no ha hecho esfuerzo alguno para revertir esta situación.
Sin claridad programática, ha intentado responder con iniciativas legislativas confusas, dejando que el Congreso aprobara una ley que debilita a la DIGEMID.
La frivolidad sospechosa: el sueño del robot propio
Finalmente, la frivolidad sospechosa. El sueño del robot propio, comprado con "plata como cancha". Serias acusaciones arrojan sombras sobre la compra de robots quirúrgicos en el Hospital 2 de Mayo y el INEN.
Primero, el cuestionamiento técnico: los informes señalan que la inversión no se justifica. Segundo, el costo: los precios pagados superan largamente lo que pagan países vecinos. Tercero, la gestión presupuestaria: para comprar el juguete nuevo dejaron desfinanciadas actividades más importantes, como el equipamiento de Unidades de Cuidados Intensivos.
¿Qué tiene que ver Vásquez con el "Cóndor" Mendoza?
El ministro Vásquez es un ave rara en la gestión sanitaria. Primero, por su duración: el 23 de junio cumplirá dos años al frente de la cartera. Segundo, cuenta con el apoyo absoluto de la presidenta, mediado por su padrino César Acuña. Tiene la bendición de los autodenominados "papá y mamá de la Nación".
Tercero, se encuentra blindado por el Congreso, cuyos miembros no se atreven a interpelarlo. Los gobiernos regionales mantienen con él una sólida relación político-presupuestaria. Los gremios y sindicatos no lo han confrontado, lo cual también tiene explicaciones presupuestarias.
Finalmente, tiene "plata como cancha". Durante la pandemia, el MINSA incrementó su presupuesto en 50%, de 20 mil millones a 30 mil millones, y se ha mantenido así.
En resumen, blindado políticamente, sin oposición significativa y con una billetera considerablemente más gruesa que sus antecesores, se hubiese esperado que metiera más de un gol.
Pero no. Su mediocridad política y la de su equipo —construida sobre el patrimonialismo clientelar partidario, alianzas regionales y vínculos de paisanaje, con vistas a futuras postulaciones—, sumada a la frivolidad "sospechosa" en el caso de los robots, se lo impiden.
Con todo a favor, con el arco vacío, cuando solo necesitaba meterla, nuevamente nos toca gritar "¡Cómo vas a perder ese gol!".
La diferencia es que Mendoza falló un gol en 90 minutos de partido. Vásquez lleva dos años fallando goles que podrían haber salvado vidas, fortalecido el sistema de salud y preparado al país para futuras crisis. Su falla no es solo técnica o de oportunidad: es una falla moral. Porque cuando tienes todos los recursos, todo el respaldo político y todas las oportunidades del mundo, fallar ya no es mala suerte. Es responsabilidad.
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El autor es médico especialista en políticas públicas en salud, con experiencia en gestión sanitaria. Ha trabajado en el Ministerio de Salud del Perú y en organismos internacionales, es profesor universitario y consultor en reformas del sector salud en América Latina.