Juntos por Lima
Frente a los comicios del 17 de marzo, en los cuales los ciudadanos limeños decidiremos el futuro de nuestra ciudad, diversos representantes políticos y de la sociedad civil han manifestado sus razones para defender la opción que han elegido. Ambas posturas (la de quienes promueven la revocatoria al segundo año de iniciada esta gestión y la de quienes se oponen a esta propuesta) se encuentran ya bastante descritas y delineadas por quienes las defienden y protagonizan. Sin duda, la presencia de determinados personajes contribuye a formar una idea más cercana al tipo de intenciones detrás de estas elecciones.
Del lado de los promotores de la revocatoria se ha escrito bastante, se han develado los intereses que la movilizan y en Otra Mirada hemos señalado los intereses detrás de quienes ahora son llamados “promotores de la revocatoria” pero que tenían los ojos puestos en este mecanismo desde el día siguiente en que la Alcaldesa Susana Villarán asumió la gestión edil.
Lo que cabe mencionar, en esta ocasión, es la solidez con la cual la opción del “no” ha retomado iniciativa para una mejor comunicación con la ciudadanía. Esta solidez no viene únicamente de los argumentos, que los tienen, sino sobre todo de la capacidad democrática que han mostrado una serie de adhesiones de los diversos sectores que forman las Limas. Evidencian solidaridad para responder a una iniciativa que divide, sino también un interés auténtico en la ciudad para resolver sus grandes desafíos.
Este es el caso claro, por ejemplo, del Partido Popular Cristiano (PPC), el cual a través de su Presidente, Raúl Castro, señaló la semana pasada que se unían a la campaña por el “no” considerando que la gestión actual ha iniciado reformas importantes y que, si bien no es una alianza política, buscan que se siga haciendo obras a favor de los más necesitados. Que el PPC, la fuerza opositora más fuerte en el concejo municipal se manifieste en las filas del “no” y apoye a la actual alcaldesa es elocuente del trabajo que el municipio se encuentra realizando y se compromete a mejorar, evitando los perjuicios que ocasionaría una revocatoria.
Por otro lado, la misma Lourdes Flores, contendora principal de Susana Villarán en las últimas elecciones municipales, ha sabido defender una postura pensando en la ciudad antes que en sus propios intereses y emociones y ha señalado con agudeza que “lo democrático de quien no ganó las elecciones no es tumbarse a quien ganó, lo democrático es permitirle que gobierne”. Democracia versus, ¿qué? Saque usted sus conclusiones.
A estos gestos democráticos se unen otros partidos políticos que también respaldan la continuidad institucional municipal, liderada desde la izquierda por Susana Villarán. Somos Perú, Acción Popular, el Partido Humanista y Perú Posible han también unido sus voces a la campaña por el “NO”, enfatizando la importancia de que una autoridad elegida llegue a concluir su mandato ya que ello fortalece la institucionalidad y estabilidad.
Asimismo, fortaleciendo la postura, diversas agrupaciones de izquierda respaldaron a Susana Villarán. Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio, el Partido Socialista, Partido Comunista Peruano, Tierra y Libertad, Movimiento de Afirmación Socialista y Voz Socialista, son los siete grupos que expresaron públicamente su apoyo. Llamaron a derrotar la revocatoria, y fortalecer la gestión municipal para el trabajo. Se trata, como vemos, de una coalición diversa, sumamente plural, que trasciende los límites de las ideologías particulares y se posiciona en defensa de la ciudad capital, sus habitantes de todas las sangres, y la democracia.
Entonces, en esta elección hay dos grandes posibilidades. Votar por el “sí” defendido por quienes han ocupado (y lucrado con) el sillón municipal durante los últimos años y sus intereses. O votar por el “no” defendido, avalado y representado por representantes políticos que, cuando se trata de defender los intereses de la ciudad antes que los negocios y la corrupción, han sabido tender los puentes necesarios para unirse por Lima, y tratar adecuadamente sus diferencias. ¿Con cuál postura se siente usted más identificado?
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